Mi hija Pilar, algo intuye de este tiempo de gloria, de una tierra nueva y un tiempo nuevo...
Se mete en nuestra cama, nos despierta por la mañana y pregunta ¿A que hay que quitar a los Jesús muertos, papá?- y sin esperar a que conteste continua- Porque ha nacido otra vez... - y concluye muy ufana- y hay qué decir todo el tiempo:
¡felices Cuascuas!
Pues eso.
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