Hojeando los libros de Actas la Diputación de Ceremonias de la Santa Yglesia Catedral Metropolitana de Sevilla, (el archivo Capitular, en un patio de Palacio, entre campanas y trinos, es una delicia) aunque no tengan nada que ver con el tema de mi tesina, me encuentro sucesos sabrosos, que no me resisto a copiar.
Esto sucedió en mayo de 1828 y debío de ser sonado ya que el Secretario, con su letra cuidada, lo dejó plasmado solicitando su corrección:
"(...) lo acaecido en una de las noches anteriores, en que un capellán de coro no besó la mano al tiempo de presentarle la naveta y dar la cuchara con el incienso al Sr. Preste, resistiendose y manifestando con voz descompasada que no quería ni es su obligación, llamando la atención de los fieles con la desobediencia y falta de respeto, para que informe sobre la insinuada ceremonia de besar la mano y contener abusos en lo sucesivo."
Reunida la Diputación de ceremonias concluye que esta costumbre:
"Siempre se ha observado en esta Santa Yglesia, besar la mano y cuchara (...) y los Sres Visitadores y capellanes les hagan entender es de rúbrica y que deben cumplir con ellas, amonestandole para que no se repitan excesos semejantes".
Así que ya saben, no olviden nunca besar la mano y la cuchara del incienso cuando les sean presentados en el Altar Mayor y por favor no griten, que no es para tanto.
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