Por mis huesos, que ya me gustaría a mí estar junto a la varandilla por siempre ¡y mis sucesores también!
jueves, 7 de noviembre de 2019
sábado, 2 de noviembre de 2019
Día de otoño en Sevilla
Antes lo difícil era dejar a los niños en casa para salir,
ahora lo difícil es conseguir que alguno de los mayores no salga para que se
queden con los pequeños. Hoy hemos tenido suerte y como Ignacio (que acaba de
entrar en Teleco) tenía que estudiar se ha quedado con Pilar, también Manolito porque
había Betis en la Tele.
Hemos comprado nuestras entradas on line, la mejor fila y ya
sin agobios, en nuestras bicicletas, Reyes y yo nos hemos ido ¡al cine! Sólo la
ponían en el Nervión Plaza, justo al lado, como los romanos en el circo, se
escuchaban las voces de los enfervorizados hinchas del Sevilla.
Mi Coca Cola, mis Pasarratos
y mis kikos…Umm, nada comparable a cuando se apagan las luces y comienza la
sesión.
En Un día lluvioso en
Nueva York, recuperamos al mejor Woody Allen. Qué delicia, que frescura,
que chispeante; los diálogos, los escenarios de una ciudad espléndida, los
actores jóvenes. Lo mediocre de WA, al menos para mí, es mejor que la mayoría de
lo que hoy podemos ver, lo bueno es que es buenísimo. Frente al pesimismo de
sus últimas películas este maestro de hoy nos recuerda al jovial de las
primeras, alegre, positivo, brillante. Hemos salido del cine encantados.
Para celebrarlo nos hemos tomado una copa en una abacería
cercana a casa, De Bellota, en la plaza de la Pescadería, cuyo local nuevo
acaban de inaugurarl. Sus chacinas son exquisitas y sus quesos y pates. Me he tomado una ostra (sí, sólo una) que
estaba de muerte y el próximo día me he prometido tomar 10 gramos de caviar.
Hoy me ha parecido excesivo. Realmente por un módico precio podré escribir una
entrada de este blog titulada “Entre ostras y caviar” que suena tan glamuroso
como las escenas de la propia película de Allen.
En casa Pilar dormida en el sofá, con ese hermoso descuido
de un niño que sueña, y el Betis, ha empatado nada menos que con el Madrid en
su casa. Estamos de enhorabuena, Manolito de buen humor.
¡Esta noche todo parece rodado!
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