martes, 30 de octubre de 2018

¡¡GRANDE MURILLO!!


 Sin nadie en la sala contemplé a mi antojo estas dos obras cumbres de Murillo. Están expuestas en el suelo y volverán a su sitio habitual en breve, a más de 10 metros de altura. Pertenecen al Hospital de la Santa Caridad, debido a sus más de cinco metros de longitud, el cabrón del mariscal Soult no las robó, como el resto de las obras que andan por los museos de todo el mundo.
Recién restauradas, es verdaderamente emocionante verlas así, sin gente, como si nos hubiéramos colado en el propio taller del pintor justo antes de su entrega a D. Miguel de Mañara.

Moises haciendo brotar el agua de la roca de Horeb

Multiplicación de lo panes y los peces
 Mientras uno bebe, el hermano o amigo le grita ¡déjame un poco, joé!
 El perro, la tinaja...
 El cacharro de cerámica trianera, el agua...



 El niño que trata de alcanzar la jarra de su madre, que bebe primero para poder calmar después a su hijo
 La alegría de la niña de las trenzas es de una ternura increíble, las manos gordezuelas, el brillo del pelo, el lazo rojo, las sandalias... es un retrato intemporal de la ingenuidad infantil.




Y no, no es Goya en la Pradera de San Isidro, es el mismo Murillo en una pincelada suelta, magistral, impresionista que describe la multitud hambrienta en la lejanía.






miércoles, 17 de octubre de 2018

PRÓXIMA SUBASTA

José de Mora
Ayer estuve en la sala de subastas Isbilya. Me encanta eso de ver las obras sin cintas ni guardas jurados, ni tantas prohibiciones. Había obras increíbles. Entre las más destacadas les hice fotos a estas. Si queréis pujar está abierto el plazo. Algunas son de venta directa.

Guercino

Juan de Mesa

Murillo



La firma de Zurbaran (de un cuadro que no alcanza la altura habitual del maestro, la verdad)

Un Valdes Leal, este sí, muy bueno)

José de Ribera (detalle)

La Roldana, curiosamente con ojos azules.
 Los retratos me encantan, yo tendría una galería en mi casa de tipos/as desconocidos sin problemas


Escuela de Salzillo

Esta pieza me gustó mucho. Estaba bajo un plástico, sin catalogar- Es una talla magnifica con un rostro de serenidad clásica de la Virgen de gran calidad,  La mano estaba por ahí...

 


Los espejos reflejan grandes obras.
Pujaré por algo... pero ninguna de estas piezas.

lunes, 15 de octubre de 2018

Miscelánea semanal

Se me acumulan las cosas y no me da tiempo de trasladarlas aquí, pero no quiero dejar de apuntar varias de esta última semana relacionados con la lírica.

La divina Caballé ha muerto. Estará en el cielo dejando pasmados a los ángeles, porque canta mejor que ellos. Enlazo con un artículo de Daniel Capó, que expresa mejor todo lo que pueda yo decir.


Seguirá deleitándonos en sus grabaciones y haciéndonos mejores, al menos el instante después de escuchar una de sus inefables arias. Ya, ya..después volveremos a ser los brutos que solemos, pero, ay, ese momento de transformación único, hasta que volvemos a la realidad tras tocar el misterio con la punta de los dedos, ay, eso no hay quien nos lo quite. Gracias, Montse, maravillosa catalana-española (encima), Montse.

El miercoles fuimos al recital de Juan Diego Florez en el Maestranza. Qué decir sino que fue unos de los momentazos de nuestra vida. Es como haber escuchado a la Caballé, a la Callas, a Kraus, a Pavarotti... Quizá el mejor tenor lírico del mundo en la actualidad. Cuando entonó "una furtiva lágrima" literalmentea las mías fluyeron sin cesar durante toda la primera parte. Como estaba solo me daba igual. Qué voz, qué pureza, qué técnica más depurada, qué elegancia en el fraseo, que agudos, qué facilidad, qué delicia...
Me transportaba a esos momentos inolvidables de mi adolescencia, en mi casa escuchando los discos de vinilo de mi padre, cuando descubría tanta belleza, nueva entonces para mi. El sol que entraba a través de la cristalera jugando con la porcelana de mi taza de café humeante, destellando  en la cucharilla, en los vasos de cristal de bohemia que adornaban el escritorio, en las hojas verdes de la maceta de palma... y la música en la sobremesa de un sábado cualquiera, mientras allá en la salita la tele ponía "Sesión de tarde" y uno leía y escuchaba en el salón.

Como propina el Mes amis, de la Hija del Regimiento, que nunca olvidaré, ya que fue esa ópera la que escuchamos mis padres y hermanos, al mismo JDF, hace varios años en el Liceo, como un último viaje juntos, sabedores de que sería la última vez para mi padre que murió pocos meses después.


El Nessun Dorma, la Paloma, se sentía a gusto y se acompañaba con la guitarra. Verdaderamente de éxtasis.

El sábado festival taurino en la Maestranza a beneficio de la hermandad de la Macarena, cómo debe ser, tan sevillano, tan español, tan sin tonterías. La saga de los Vázquez se daba cita y da continuidad al rito. Pepe Luis hijo, y el jovencísimo novillero nieto de Manolo Vázquez, el cual se cortó la coleta en esta misma plaza, en este mismo día de la Hispanidad, hace no sé cuantos. Tuve la suerte de haber estado entonces, con 11 o 12 años...

Para colmo esa misma noche tenía el recital con los ganadores del Concurso de de Nuevas Voces de la ASAO y con la bici llegué en punto.
Otro momentazo. Los cinco cantantes estuvieron espléndidos, el maestro Soriano, insuperable al piano. La pequeña Sala Turina se convirtió en una recoleta caja de música para los privilegiados que asistimos.

lunes, 8 de octubre de 2018

Patinazo

Mientras la llevo en bicicleta en el sillín de atrás, Pilar, me viene poniendo la cabeza bomba sobre unas cuentas que no le salen.
Para zanjar la cuestión le digo - bueno, ahora en casa que te haga tu madre esa división y arreglado-
¡Papá- exclama escandalizada- dice la seño que eso no se puede hacer que es engañarnos a nosotros mismos!
¡Glup! Claro, claro hija, eso no se puede hacer...

domingo, 7 de octubre de 2018

Un nuevo iniciado

Supongo que en las tribus africanas cuando llega este momento los jóvenes púberes se someten a escarificaciones y tatuajes o han de matar una fiera y regresar chorreando sangre con la piel sobre los hombros. Aquí nos conformamos con entregarles un nuevo móvil de última generación, el primero ya se le da el día de su primera comunión...

Manolito es rubio y apenas se le nota la pelusa del bigote. Llevo resistiéndome a que se lo afeite todavía a pesar de su insistencia. Pienso que es para evitarle entrar en otra más de las incomodidades de la vida diaria, pero en realidad esa resistencia es mía, porque sé que soy yo el que entra en otra etapa. Otro hijo más que pierde la infancia y que me aleja a mí de mi juventud más todavía.
Hoy domingo, con algo más de tiempo libre, aprovecho para iniciarle en las pericias del buen rasurado.
Agua caliente, espuma, loción...
Desaparece el casi invisible bozo rubio de una leve pasada como vuela ante un soplo el diente de león.
Hemos inaugurado otra etapa. 
No sé si recordará algún día que el día de la Virgen del Rosario de 2018, su padre le adentro en el rito iniciático de la barbería -¡El día de la Batalla de Lepanto, niños,-como les dije esta mañana en el desayuno- en el que vencimos al Turco y España cambió el curso de la Historia- No sé si se acordara- digo- al igual  que yo recuerdo a mi padre, que me enseñó a mi, no se qué día de no sé qué año ya…


martes, 2 de octubre de 2018

Quand vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle...

Ha muerto Pe de la Paz.
Ayer mientras desayunaba vi la esquela en ABC.
Un cúmulo de recuerdos me golpeó.
Era Pe de la Paz la mujer más elegante que he conocido. Era de una belleza rotunda. Unos ojos verdes transparentes. En las fotos de joven que pude ver, el ovalo de la cara era perfecto. Ninguna artista de los cincuenta podía hacerle sombra.
Cuando en esa Sevilla aristocrática de las fiestas en Pilatos y Dueñas, cuando llegaban Grace Kelly y la Onassis y Ava Gadner a la feria, no dudo que Pe de a Paz, que se codeaba con todas ellas, era la más bella y la más envidiada. ¿Quien es esa niña de grandes ojos claros? preguntarían.
Era Pe además una artista. Sus cuadros de paisajes y jardines, reflejaban su alma delicada.
Todo lo que tocaba lo transformaba. Con unas telas abandonadas hacía unas cortinas o un tapete o un vestido.
Aquí ponía una flor, allí un candil con una vela, en un rincón organizaba un bodegón exquisito con cuatro cosas que encontraba.
La recuerdo alta, delgada, flexible. Era distinguidísima, el culmen del estilo. El pelo negro recogido sin artificios, dejando el cuello esbelto a la vista. No necesitaba nada para lucir perfecta, para ser admirada allá donde estuviera. Pasaba y dejaba una estela, como una ninfa, como un hada.

Hace años que no la veía. Sé que había perdido la memoria y en una residencia esperaba reunirse con su querido hijo Marco, con mi amigo Marco, que era el pequeño de su casa y del que nunca se separó.

Querida Pe de la Paz, es triste la vida y la melancolía me invade hoy cuando pienso en estos años últimos sin recuerdos. Aún así, me han dicho, sentada en una silla sin moverte, no habías perdido tu elegancia, como la rosa en un libro que un día fue fresca.

Pe, bendita muerte que te reúne hoy con tu hijo.
Me vienen al oído las notas del piano que tocaba, improvisando partituras.
Resuenan alegres a pesar de la muerte que no existe ya para ti.