Mientras la llevo en bicicleta en el sillín de atrás, Pilar, me viene poniendo la cabeza bomba sobre unas cuentas que no le salen.
Para zanjar la cuestión le digo - bueno, ahora en casa que te haga tu madre esa división y arreglado-
¡Papá- exclama escandalizada- dice la seño que eso no se puede hacer que es engañarnos a nosotros mismos!
¡Glup! Claro, claro hija, eso no se puede hacer...
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