viernes, 26 de abril de 2013

DOS LLAMADAS

I
Llevaba la jeringa rellena con cinco mg de “Apiretal” cuando sonó el teléfono, a las doce menos cinco de la noche, no lo quería coger, pero se abalanzó sobre él.
Escuchó la noticia como desde fuera, y se vio a sí misma como desdoblada ante un espejo.
La tos de su hija la volvió a la realidad y se sentó a los pies de la cama, donde dormía acurrucada, su oso de trapo caído en el suelo, sin saber todavía que era una niña huérfana.

II
Expectante se paseaba en su despacho de la oficina de la Dirección General de Tráfico. Faltaban cinco escasos minutos para su triunfo. Sus medidas habían sido efectivas. Por primera vez en los últimos treinta años, y sólo por uno de diferencia, el número de fallecidos en accidentes había disminuido este fin de semana.
Sonó el teléfono, se apresuró a cogerlo. Soltó un taco. ¡Un maldito motorista le había estropeado las estadísticas!
(Relato breve basado en hechos, desgraciadamente, reales)

2 comentarios:

  1. Mis condolencias para los hechos reales que quedan por detrás de la historia. El relato es, además, una denuncia de la indiferencia del poder y de la vulnerabilidad de la intrahistoria. Muchas gracias.

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