El Tribunal Constitucional ha dictado una sentencia que desautoriza un Auto del Tribunal Supremo en el que se consideraba a SORTU una continuación de Batasuna, según hechos probados en aquel Auto.
Así lo consideraba el ministerio Fiscal, y así lo consideraba el Abogado del Estado.
Así lo han considerado también cinco miembros del propio TC en voto particular.
También es cierto que en auto del TS hubo, de los 16 magistrados, 7 que discreparon en voto particular.
Con todo, ha habido 16 “expertos” que consideran a SORTU ilegal frente a 11 que lo consideran legal.
De lo dicho se deduce que personas especialmente preparadas, estudiando en profundidad el asunto han llegado a conclusiones opuestas. Por tanto hay que deducir que no se trata de una cuestión clara e indubitada. Leyendo los argumentos de unos y otros se puede colegir que ninguno dice ninguna “barbaridad”, aunque se pueda discrepar.
Visto desde fuera y sin entrar por tanto en los argumentos (que he leído con interés) de cada uno, y repito, “razonables” ambos, cabe preguntarse:
¿En la sociedad española quiénes son los buenos y quiénes son los malos? Eso sí que está claro, no hay discusión: los terroristas y su entorno son los malvados frente a la sociedad democrática y especialmente las víctimas y sus asociaciones.
Puestos a elegir, ¿tú a quien apoyarías? Es decir, si te encontrases en la posibilidad de decidir o decantarte por dos posturas razonables ¿por cual lo harías por la que favorece a los buenos o la que favorece a los malos?
¿De verdad que esos magistrados que han votado a favor de la legalización de Sortu, con todo lo que eso conlleva de financiación, poder y consolidación, han seguido los dictados de su consciencia de un modo radical y es eso lo que no les ha permitido favorecer a los buenos, aunque se les supone preferencia por ellos? ¿O es que hay otros intereses espurios, negociaciones políticas, agradecimientos pagados?
Cada cual que saque sus conclusiones.
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