Bendita sea la luz/ y la santa Vera Cruz./ Y el señor de la verdad/ y la Santa Trinidad./ Bendita sea el alba/ y el Señor que nos la manda./ Bendito sea el día/ y el Señor que nos lo envía. Cantinela recitada en el siglo XV por el paje de guardia durante la navegación de una nao.
Habría que ver al marinero de guardia cantar agradecido la llegada de un nuevo día en alta mar, esperando ver tierra firme.
Creo que recitaré esta breve oración cada mañana para concienciarme del regalo que supone estar vivo cada amanecer.
Y bendito sea Ignacio
ResponderEliminarque nos la trajo.
Qué bonita es.
Amén.
¡Gracias, maestro!
ResponderEliminarGracias por la entrada. Me ha encantado. Nosotros en la Armada, al ocaso cantamos esta oración:
ResponderEliminarTú que dispones de cielo y mar,
haces la calma, la tempestad.
Ten de nosotros Señor, piedad.
Piedad, Señor, Señor, piedad