Echado en el sofá, medio dormido en la camilla, noto como mi hija pequeña me acaricia la mano que descansa sobre mi costado. Me enternece ese gesto de cariño y la dejo
hacer.
De repente la aparta con decepción, la mía es mucho mayor.
¡Andaba
buscando el móvil en mi bolsillo !
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