miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA MUJER DE ROJO


En  el Gran Salón Verde del Real Círculo de Labradores y Propietarios no podían entrar las mujeres, ya que se trata de un Club fundado, hace más de 150 años, por y para hombres.
La norma no era discriminatoria, puesto que no se permitía la entrada a “ninguna” mujer, pero sí obsoleta.

Lo que era un casino se convirtió, con los años, en un club social con piscina e instalaciones deportivas.

A pesar de que se cambiaron las normas y las mujeres pueden ser socias de pleno derecho por sí mismas (antes sólo eran esposas, hijas o viudas de socio) y por ello podían acceder al salón prohibido, nunca, hasta ayer, había visto una señora en él.

Este salón antiguo de grandes lámparas y mullidas alfombras es un reducto del pasado anclado en el siglo XXI.

Los periódicos aprisionados con su listón de madera, descansan sobre la gran mesa de lectura de fieltro verde. Las revistas de caza y pesca, de agricultura, antes de la era internet, el BOE y el BOJA…

Todo exactamente igual que hace 150 años, incluso las personas. Esos señores venerables que se trataban de usted, siempre con chaqueta y corbata, que era obligatoria hasta hace poco. Esta norma también ha quedado obsoleta, ahora somos nosotros, los cuarentones, los socios que frecuentamos el Círculo y nadie lleva corbata de forma habitual, si lo hacía mi abuelo, incluso cuando estaba en casa.

Los usos van cambiando moderadamente, naturalmente, sin necesidad de revoluciones, (siempre he odiado todas las revoluciones que en el mundo han sido) simplemente, han muerto todos esos señores que yo veía hace 25 años sentados en los gastados sillones de piel y las costumbres han cambiado, pero ellos se fueron a la tumba sin ver “profanados” sus salones ni por mujeres, ni por descamisados. Y yo que me alegro. Ahora nos toca a nosotros adaptar las normas. Por ello, me sorprendió ayer tarde, pero me agradó, ver una mujer de rojo sentada en el venerable salón.

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