lunes, 8 de junio de 2015
Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros.
Hoy leo el blog de AR, cuyas aportaciones cotidianas son impagables y veo esta entrada, que, oh, casualidad, está relacionado con mi impresión de ayer no más.
Estaba en la Parroquia de la Magdalena, asido a un varal de plata del palio del Santísimo, que tras la procesión del Corpus, íbamos a acompañar hasta el altar mayor para la espléndida bendición solemne.(Mis impresiones de otro año aquí y aquí).
Miraba el cuadro de la Batalla de Lepanto de Lucas Valdés, que luce restaurado con vivos colores. Me entretuve en contar cuantos navíos surcaban los mares, unos setenta había pintado. Hubo cientos.
Pensé que hoy muchos considerarán políticamente incorrecto este cuadro, en este sitio y despreciarán la grandeza de haber vencido al Turco en 1571.
Gracias a la sangre derramada por tantos entonces, podemos nosotros disfrutar de nuestra civilización occidental y García Morente lo sabía.
Hoy ignoramos nuestra historia o lo que es peor la traicionamos. Renegamos de la Reconquista por la que nuestros antepasados nos introdujeron voluntariamente en la modernidad, recuperando la vieja Hispania duramente, palmo a palmo, y hay quien añora un islam falso y mitificado. Ese movimiento andalucista, tan propio de los nacionalismos utópicos decimonónicos, y que, gracias a Dios, no llegó a nada en nuestra tierra, (bueno, la triste bandera blanca y verde, el himno, y poco más), pero que ha sido tan trágico en Cataluña y Vascongadas, bebe de esas fuentes absurdas.
Ayer contemplando el cuadro de la batalla heroica, como el "viejo" profesor, yo también, con una mezcla de orgullo y desolación, clamaba: España, España, España.
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Vaya, me gustan mucho estas casualidades. Lepanto fue algo muy importante, de eso no tenían ninguna duda los contemporáneos.
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