Iba escuchando la noticia en el coche
los almendros florecidos a través de las ventanas
eran un insulto
y un bálsamo.
Quisiera llevar esos brotes
a la cima de las montañas
de aceros retorcidos
posarlas
a los pies de las heridas
familias
como una caricia
y una oración
No hay comentarios:
Publicar un comentario