miércoles, 28 de octubre de 2015

¡VAYA ABUSO!

Vamos charlando de regreso del conservatorio, Manolito, con su guitarra a la espalda, y yo.
Ya han cambiado la hora y oscurece pronto. A pesar de que mi niño es un tarugo, que sólo piensa en el fútbol, de repente se para asombrado- ¡mira papá! y señala la luna, tras los edificios... Está realmente impresionante. Tan hermosa como es siempre la luna llena, que parece falsa y teatral. Además un celaje misterioso la cubre y se mueve delante de ella como un velo sutil que la hace aún más misteriosa, aun más irreal.

¡Qué abuso, papá! y me obliga a hacerle una foto con el móvil, aunque le advierto que nunca salen "favorecidas" las fotos de la luna.
Y es que verdaderamente, como dicen mis niños ahora para ponderar algo, es de una belleza abusiva.

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