Los plátanos estaban demasiado maduros y como aquí no se tira nada, y menos ahora en que me sobra mes al final del sueldo, mi mujer le añadió zumo de naranja e hizo unas papillas de frutas como las que tomaban cuando los niños eran bebés.
Manolito al probarlo, a Proust le surgieron seis tomos de una magdalena, se le vino su larga vida a la memoria (siete añitos) y exclamo ante el asombro y las carcajadas de su madre y mía:
¡¡OSTRAS QUÉ RECUERDOS!!
Qué gracioso! Manolito es un crac!
ResponderEliminarQué bueno!!! Le recordaba a cdo era pequeño jajajaja
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