Llegamos a la inauguración un poco tarde. El mundo del arte se
daba cita para contemplar la "Abstracción andaluza 1957 al 1982".
Saludos a un lado
y a otro. Sonrisas. Besos.
Unas chicas
monísimas vestidas de negro nos invitan a una copa de manzanilla deliciosa.
Entre Salinas,
Barbadillos, Equipos 57, hábilmente colgados en las paredes charlábamos, diría
que frívolamente, si no fuera porque el Arte con mayúsculas es cosa muy seria.
Pero cuánto nos
costó llegar.
Nadie diría al ver
a Reyes con sus taconazos, que acababa de limpiarse las manos en el delantal
tras empanar las albóndigas y, literalmente, soltarse el pelo que tenía
recogido con una pinza, o que yo acababa de recoger en la bici y bajo la
lluvia a Santiaguito de un cumpleaños.
Cuando la última
albóndiga salió de la freidora salimos nosotros también apresuradamente, yo
intentando que no se notase mucho mi contrariedad por la demora.
Volvimos más
relajados.
Aún hube de
"colaborar" con Manolito en un poema sobre "Europa" y
repasar con Pilar las capas de la atmósfera.
Cuando nos íbamos
a la cama me informa Reyes de que "la chica" no puede venir mañana
porque está enferma.
Suspira cansada
¡Menos mal que tengo hechas las albóndigas!
¡Glup!
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