viernes, 14 de octubre de 2016
Nada hay escondido
Escribo con la tranquilidad de pensar que esto lo leen cuatro seguidores fieles y, sin embargo, a veces me sorprende como vuelan algunas entradas o cuando alguien, totalmente insospechado, me dice que "me lee", lo cual me llena de una íntima satisfacción.
Estaba en misa y por una relación de ideas pensaba en que, finalmente, no había escrito sobre un tema determinado, por si alguien pudiera sentir vulnerada su intimidad y justo en ese mismo instante, pero en el mismísimo momento, escucho que el sacerdote lee:
Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea.
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Son maravillosas esas coincidencias.
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