El viernes en el Maestranza la Orquesta sinfónica: un concierto para percusión increíble. El percusionista austriaco Martín Grubinger es un virtuoso alucinante. Rodeado de xilofonos, baterías e instrumentos cuyos nombres desconozco, interpreto un conciertazo, espectacular. La música "Frozen in time" de Dorman, impactante. Movimientos rápidos, convulsos, frenéticos, cardíacos, con una orquesta sublime y un director, Axelrod, formidable. Como el teatro estaba en pie, el percusionista dio una propina, con un tambor, en un alarde que nunca he visto y supongo que nunca más veré.
Ayer terminé "el desierto de los tártaros" de Dino Buzatti. Es una obra maestra. Una reflexión sobre el tiempo, las ilusiones, la vida y la muerte. Un lenguaje sobrio, sencillo. Describe sensaciones y sentimientos recónditos pero universales, con gran delicadeza, con verdadera belleza, con autentica humanidad.
Esto sí que es una vida aprovechada, Ignacio.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Un placer, Fernando. Gracias.
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