Sólo por ver de cerca la Inmaculada de Martínez Montañés, "la Cieguecita" (1630) así conocida por su mirada baja, hay que acercarse a la exposición de la Catedral " El rostro de la misericordia de Dios".
La serena belleza del rostro, la delicada policromía, el recogimiento admirable que transmite... realmente no hay palabras.
Qué envidia, Ignacio.
ResponderEliminarGracias por traernos las fotos.
Están hechas con el móvil, pero la imagen es tan espléndida que sale espectacular. Un abrazo.
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