Detesto el DNI y lo que significa. Esto es, que somos como animales enjaulados con nuestro sello o herraje.
Envidio a los ingleses que, según creo, no lo tienen.
Ayer tuve que volver a recoger los de mis dos hijos a casa porque se necesitaban para que la policía expidiera unos permisos para viajar sin sus padres en avión. No basta el libro de familia, no. No basta mi DNI, no...también el de los niños.
Recuerdo que cuando con trece o catorce años me lo tuve que hacer me sentí ya fichado para siempre. Somos el DNI. Sin él no somos personas, no somos nadie. Es nuestra alma. Se dan situaciones verdaderamente ridículas, en las que esta tarjetita te suple y llega a ser más importante que tú mismo. Recuerdo que en unas elecciones sindicales de la empresa pública en que trabajo, entre compañeros que se veían todos los días a todas horas y se conocían mas que de sobra, no dejaban votar ....¡al que no se "identificara" con el DNI!
Nunca lo llevo, sobre todo en verano, en que no al no llevar chaquetones ni abrigos voy sin cartera.
Yo soy yo, no mi documento nacional de identidad. Me niego a estar controlado y estabulado.
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