Un 8.75 en sociales. El Ecuador lo ha señalado en el Polo Sur y ha puesto vida con be. Pero está bien. Animo a Santiago. Escucho a Pilar en la cocina leyéndole balbuciente a su madre todos los deberes que le han mandado, y que le ocupan-dice- una página entera de su agenda. Ahora chapotea en el baño.
Suena la sinfonía nº 2 de Schumann y me llega el olor sabroso de la comida de mañana que hoy se cuece.
Leo.
Ignacio se marcha a entrenar al río, ya de noche, y me pide mi bicicleta. Le advierto que no me la destroce como la semana pasada.
Cuando llegué de Polonia las marchas estaban estropeadas y durante la reparación he tenido que circular dos días con la pequeña bici rosa de mi hija.
Reyes y Manolo estudian en su cuarto.
Ahora es un quinteto de piano lo que suena.
Del salón en el ángulo oscuro sólo el cerco de una lámpara destaca en la penumbra y tras la ventana la cornisa barroca de la iglesia.
Qué extraordinaria tranquilidad.
Creo que me voy a saltar el telediario esta noche.
Me encantan estas estampas de la Vida cotidiana que nos regalas de vez en cuando...
ResponderEliminarMe hacen desear que mis niños crezcan, ¡a mí! que suelo desear que se pare el tiempo y permanezcan chiquititos para siempre...
Genial lo del telediario.
Antes de que te des cuenta ya han crecido, pero como contrapartida, toda edad tiene su encanto.
ResponderEliminarUn abrazo.