Me gustó mucho "la gran apuesta". Aunque no tengo ni idea de la banca y transacciones financieras, el mensaje final es muy claro: como la burbuja inmobiliaria era una gran mentira evidente y como, asombrosamente, sólo unos pocos lo vieron, a pesar de esa evidencia. Por avaricia, necedad e inercia todos se apuntaron al carro y al final llegó el desastre previsible y consecuente.
Pienso en la multitud de casos de burbujas basadas en ficciones y mentiras fácilmente comprobables: Hitler, los nacionalistas catalanes y vascos, el llamado arte contemporáneo, o el actual ascenso de Podemos y sus ¡cinco millones de votantes!
Al final la verdad se impone en todo caso, a veces demasiado tarde, y casi siempre dolorosamente.
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