jueves, 15 de noviembre de 2018

Postales líricas de la Semana Santa de Sevilla.


Frente a la vulgaridad imperante, la Hermandad del Valle continua por tercer año consecutivo con el "Aula de poesía "Rafael Montesinos". Alejada del estilo pregoneril al uso, del que que hay tanto abuso, aquí se pretende dar cabida a otro tipo de literatura sobre nuestra semana santa. Se trata incentivar la Literatura, y para ello se han invitado a poetas, pero de verdad, no aficionadillos. Y han pasado por aquí desde Aquilino Duque a Lutgardo García, siguiendo la estela del Montesinos, que da nombre al aula.
Ayer fue el turno de José María Jurado García-Posada.
No sé cuantos estuvimos allí anoche, no tantos como como en cualquier pretenciosa presentación de cualquier necedad de las que se estilan acompañadas de ágape de croquetas. Ayer no hubo croquetas.Ni falta que hacía, pero digo que fue uno de esos momentos inolvidables que quedarán para los anales de las cofradías sevillanas. Qué JMJ es un gran poeta ya lo sabíamos, pero que escribiera tan sentidamente de la semana santa no, y a mi me emocionó profundamente con su exposición. Además habla, recita, con una naturalidad, una delicadeza ajena a toda impostura que difícilmente he visto en otras ocasiones. Presentó sus textos con un discurso previo que fue tan esplendido como aquellos. Cómo evocó su caída del caballo pasada la adolescencia al reencontrarse, inmigrante en Cáceres y Madrid, con una semana santa que tenía en los pliegues recónditos de la memoria heredada y que en un rapto iluminador (oh, paso del Cristo del Amor) le subyuga. Solo eso ya merece ser editado en una antología (que lo será) y alcanzar la cima de los textos clásicos de nuestra fiesta mayor. Pero además nos deleitó con "Postales líricas" que tuvo la gentileza de imprimir y regalar
a los presentes, de una profundidad, emoción y finura fuera de lo común:
Cazos de caracoles, manojos de puerros, claveles reventones y geranios puntillistas...para describir el mercado de Santa Genoveva,
y A solas con su túnica, clama "madre de los Jacintos, alza tu requiem blanco, inunda la ciudad con tu silencio... y vemos fielmente la dulce Soledad que avanza en su paso solemne.
En los besamanos se fija en el ácido puñal que horada las blondas, los brocados, los damascos, hasta hundir su cuchilla penetrante en el centro del llanto y de la leche.

Y así podría seguir sin acabar...

Grande, muy grande José María.
Qué bien.

Y aquí tenéis el enlace a su blog donde podéis leer y escuchar su intervención.

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