Hoy cumple 10 años mi hija Pilar, la pequeña de todos. Ha pasado de una sola cifra a dos. Ya no es tan niña y me doy cuenta de cómo pasa el tiempo.
Collige, virgo, rosas!!
Recuerdo que tal día como hoy entonces, estaba yo dando clases en la CEA, me interrumpió el móvil y tuve que decir a mis alumnos, dejándolos pasmados, que me iba, que iba a tener un hijo.
En bicicleta desde la Cartuja a toda velocidad para recoger el coche en mi casa y trasladar a mi mujer que ya desesperaba en el portal, con eso que llaman contracciones, cada pocos minutos...
Un coche de caballos delante, el Paseo de Colón atascado, uff! Al final llegamos de chiripa.
Pilar nació muy bien, y ahora cumple diez añitos. La pequeña, espabilada al ser la quinta, ha sido enseñada por los mayores, ya en la guardería nos decían que la llamaban Doña Pilar, por cómo se imponía.
Pasó el periodo Dodotis, carritos, noches insomnes, dolores de espalda de tenerlos en brazos, apiretal, Dalsy, Mitosyl, chupetes, biberones... ¡loado sea Dios!
Pero que duda cabe, aunque estemos ahora en una dulce etapa, también, ay, somos más viejos.
Somos más viejos, sin duda.Creo que era Alfonso Guerra quien decía que de lo más orgulloso que se sentía era de sus hijos. Los mios tienen 30 y 25. Es increíble, te lo aseguro.
ResponderEliminarEl tiempo vuela, verdad, es increíble! Un abrazo.
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