Casi no nacen niños con síndrome de Down porque los padres prefieren matarlos en el seno materno. En principio no era el espíritu de la ley, pero hay una presión tal que prácticamente incitan a ello desde los "centros de salud" y "te miran mal" si no lo haces. Ha llegado el momento en que se ha pervertido tanto el concepto del bien y el mal que el hecho de permitir nacer a tu hijo se considera insolidario.
Con la eutanasia pasará lo mismo. Esos ancianos "inútiles" cuyo de coste de mantenimiento es "inasumible" serán liquidados en pro de la solidaridad. Serán puestos en la disyuntiva de firmar el papel aceptando su muerte so pena de ser considerados unos egoístas desalmados.
¿Quien defenderá a tantos enfermos solitarios, sin familia cercana? ¿Quien se preocupará de que reciban atenciones médicas hasta su muerte natural, aunque sea largo el proceso, esos viejos quizá dementes, sin hijos o con familiares que están deseando recibir la herencia?
Se va abrir una nueva espita hacia la muerte, con ella se cierra el ciclo: el aborto al nacer y la eutanasia al morir. La total deshumanización, que se completará cuando consideren a los animales como humanos, por lo que muchos necios ya abogan.
No hay palabras para expresar tanto horror. Pero tampoco podemos quedarnos en silencio. ¡Hay que gritar por esos muertos!
Aquí tres noticias de prensa sobre el tema verdaderamente aterradoras. Son simplemente noticias, pero que iluminan sobre esta deriva diabólica:
El doctor Luis Montes que "sedó" a un montón de viejos en Madrid.
Dos casos de la progresista Holanda.
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