viernes, 8 de diciembre de 2017

IN FINEM DILEXIT EOS

Como decíamos ayer, me encantó ir a misa a esta iglesia tan  unida al dogma de la Inmaculada.

Los dos grandes lunetos de encima del presbiterio en la nave central aluden al origen de la Iglesia de Santa  la Mayor de Roma, la primera  en el mundo, dedicada a Santa María. 
El patricio Juan, en los primeros siglos del cristianismo tiene una visión en el que la virgen le encarga que construya un templo bajo su advocación en Roma. Este es el cuadro de la derecha del espectador.
El papa Liberio se niega a hacerlo, ya que se encuentra la Iglesia en plenas disquisiciones sobre la virginidad de María, antes durante y después del parto. No se niega rotundamente el pontífice, pero responde que será construida cuando nieve en Roma en agosto . Un imposible claro.
No obstante nevó en el monte Esquilino en pleno ferragosto, el día 5,  nuestra señora de las Nieves, y el Patricio y su mujer acuden a comunicárselo al Papa (segundo cuadro) que accede convencido.
Son temas, pues, pintados  propósito para exaltar la pureza de María desde los orígenes.

Por su parte, los dos lunetos de menor tamaño que coronan los altares de las dos naves laterales representan, El triunfo de la inmaculada, donde una maravillosa imagen murillesca es presentada a los fieles con el lema en latín, Al principio se deleitaba en ella, esto es, ya Dios sabedor de la caída, se "consolaba" con la visión de María, como exenta de pecado original.
Copia del original. Las fotos las hice la semana pasada cuando estaban aún sin colgar para exposición pública

El otro cuadro muestra el triunfo de la Iglesia representada por la Eucaristía adorada por los fieles santos y el lema, "al final se deleita en ellos" esto es, será Dios mismo el que, gracias a la redención por María Inmaculada, se recreará en los salvados que han sido fieles. Asombrosamente leo hoy la entrada de Cavalcanti, espléndida como siempre, sobre el medico ingles del XVII, Thomas Browne, y me ha impresionada esta coincidencia sobre la pre-visión Divina desde la eternidad esa  misericordia y beneplácito de Dios antes de que yo existiera o de la fundación del mundo. 


Como decía, estos cuatro cuadros fueron rapiñeados por el pirata Soult, dos se encuentran el el Prado, la serie del Patricio, pues no llegaron a salir de España, aunque donde debieran estar, a pesar de que algún amigo lo discuta, es en su casa.
Los dos restantes se encuentarn en el Louvre y en la coleccion de un afortunado lord inglés.
Gracias al buen hacer de Valdivieso, la semana pasada fueron entregadas sendas copias de estos últimos. Los del Patricio fueron reproducidos y colocados en los años cincuenta, con lo que la Iglesia desde hace unos días ha recuperado su programa iconográfico completo.

Recibir la eucaristía en este templo lleno de bellos y profundos mensajes marianos, comprenderán ustedes que es un deleite único la víspera de la Purísima.
La Santa Cena es original de Murillo, (1650) Debido a su tenebrismo no lo robó el mariscal, que prefería la luminosidad de su época de madurez. Los otros son de 1664-65 y denotan una notable evolución estilística.






Hace unos días antes del montaje.


Esta foto borrosa es para que veáis donde están colgados ahora. El luneto que aparece en la foto es una reproducción en plástico quizá. 


Esto fue la víspera, pero hoy por la mañana, también sin esperarlo he disfrutado lo indecible de este día luminoso al ir a recoger a mi hijo Santiago que salía de carráncano en la catedral. Ya digo que Sevilla estos días es una fiesta allá donde vayas. Pero eso lo contaré mañana...

1 comentario:

  1. Ay qué preciosidad todo. Aquí me quedo esperando, más contenta que unas pascuas. A ver si algún año puedo irme a Sevilla a vivirlo en directo...

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