jueves, 5 de diciembre de 2019

Spem in alium nunquam habui praeter in te


Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. (Lc 10 38-42)



Ayer salió elegida la candidatura de la Junta del Círculo de Labradores de la que formo parte como vocal de cultura. La semana pasada fue el Certamen de Nuevas Voces Ciudad de Sevilla, donde me estrenaba como presidente de la ASAO. Son días intensos de organización, preparativos…
Estos son grandes satisfacciones, qué duda cabe, pero a ello se ha juntado el cam
bio de mi puesto de trabajo; me llevan a asesoría jurídica, una labor rutinaria que detesto.
Ayer me llegó  en un grupo de wassap una foto de mi hijo mayor, hoy hace Primero de Telecomunicaciones, con cuatro o cinco años, junto a tres amigos, en la feria, sentados en un cacharrito, con las piernecillas colgando y unas sonrisas conmovedoras , ingenuas y francas, tras ellas los huecos de los dientes que se llevó el Ratón Pérez. Me afectó por lo que tiene de tempus fugit, ido, inaprensible, irretornable…
Espero el Cielo, que me consuela de esta desolación de lo presente.
Mientras estaba en la Asamblea y el escrutinio, toda la tarde de ayer, a mi hija que está en COU, nuestro COU, le imponían una medalla de hija de María como despedida del Colegio, que llevará toda la vida y recordará con emoción como testimonio de estos tiempos puros y gráciles de la juventud.
Yo no estuve allí y veo los vídeos de las canciones a María, en que aparece junto a sus amigas, oh, los amigos irremplazables del colegio, con la mirada elevada al altar, como flores recién abiertas, frescas y bellas.
Y me viene a la cabeza, como un ritornello, Marta, Marta…


(Mientras escribía escuchaba el maravilloso Spem in alium de Tallis, que con mis mejores deseos para el adviento pongo aquí:




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