Marta,
Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria.
(Lc 10 38-42)
Ayer salió elegida la candidatura de la Junta del Círculo de Labradores de la que formo parte como
vocal de cultura. La semana pasada fue el Certamen de Nuevas Voces Ciudad de
Sevilla, donde me estrenaba como presidente de la ASAO. Son días intensos de
organización, preparativos…
Estos son grandes
satisfacciones, qué duda cabe, pero a ello se ha juntado el cam
bio de mi puesto de trabajo; me llevan a asesoría jurídica, una labor rutinaria que detesto.
bio de mi puesto de trabajo; me llevan a asesoría jurídica, una labor rutinaria que detesto.
Ayer me llegó en un grupo de wassap una foto de mi hijo
mayor, hoy hace Primero de Telecomunicaciones, con cuatro o cinco años, junto a
tres amigos, en la feria, sentados en un cacharrito, con las piernecillas
colgando y unas sonrisas conmovedoras , ingenuas y francas, tras ellas los
huecos de los dientes que se llevó el Ratón Pérez. Me afectó por lo que tiene
de tempus fugit, ido, inaprensible, irretornable…
Espero el Cielo, que me
consuela de esta desolación de lo presente.
Mientras estaba en la Asamblea
y el escrutinio, toda la tarde de ayer, a mi hija que está en COU, nuestro COU,
le imponían una medalla de hija de María como despedida del Colegio, que
llevará toda la vida y recordará con emoción como testimonio de estos tiempos
puros y gráciles de la juventud.
Yo no estuve allí y veo los
vídeos de las canciones a María, en que aparece junto a sus amigas, oh, los amigos
irremplazables del colegio, con la mirada elevada al altar, como flores recién
abiertas, frescas y bellas.
Y me viene a la cabeza, como
un ritornello, Marta, Marta…
(Mientras escribía escuchaba el maravilloso Spem in alium de Tallis, que con mis
mejores deseos para el adviento pongo aquí:
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