¡Qué escándalo, qué escándalo, aquí se juega! exclama el capitán Renault en Casablanca, mientras se guarda en la cartera las ganancias de la ruleta.
Así estamos ahora. ¿Quién se va a sorprender de la falta de formación y de principios de gran parte de los actuales políticos españoles?
Las últimas generaciones, con Sánchez y Zapatero a la cabeza tienen un CV más inane que una calavera. En la Junta de Andalucía no digamos, Presidenta y candidato opositor a la cabeza.
El olmo seco de Machado tiene más hojas que los currículos de aquellos.
Son muchachos y muchachas que han crecido a la sombra de los partidos como hongos peligrosos alimentándose del sustrato putrefacto de aquellos. Que no pretendan erigirse en frondoso árbol de la ciencia.
Sin embargo se han adornado, como pavos reales, con plumas falsas y cuando se rasca un poco nos encontramos que el rey estaba desnudo.
Sería de risa si no fuera porque tenemos el País en manos de estos piratillas pretenciosos y embusteros.
La tesis fantasma de Sánchez puede ser su mortaja. Todos presumimos que (¡las universidades tienen tela en su contubernio con el poder!) dicho trabajo tendrá la misma sustancia que la sopa boba, pero que no tomen por tal a la "ciudadanía".
Me alegro de que, con esta corriente falsa de puritanismo, al menos todas estas vedettes queden al final in puris naturalibus.
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