lunes, 17 de junio de 2013

A GOOD WEEK END

El viernes noche, con las calores, comenzamos el ciclo de cine de verano "Desde mi azotea". Esto es, proyección sobre la pared, entre el jazmín y la buganvilla.
Sillas, hamacas y pipas. Antes hicimos barbacoa (bueno, fue la princess, creo que se llama) con hamburguesas caseras que preparé (y estaban de muerte, todo hay que decirlo) y patatas al horno con kepchup y mayonesa. Por último helados. Las barras de Mercadona, superrecomendables para familias numerosas. La de turrón, excelente y la de chocolate con trocitos, para chuparse los dedos. Además la espolvoreamos con canela y ...¡umm!
Peliculón: ¡Con la muerte en los talones! Los más pequeños se van quedando dormidos y tengo que dar varios viajes escaleras arriba y abajo con ellos en brazo.
La azotea, de noche, es una delicia, los niños hasta se tapan con una mantita y la dama de noche, tras más de un años de arduos y penosos cuidados de riegos y trasplantes, se atreve a echar unas florecitas minúsculas que perfuman en la oscuridad. ¡Ya era hora!
El sábado tarde, hicimos "batidos de Ochoa", los mejores del mundo. Nos habían dado el secreto de la  receta de la famosa confitería, que ríase usted del de la Coca-cola, y que no voy a desvelar aquí, claro. Con sus bolas de helado, la nata, el caramelo...flipante.
Para terminar: Noche en la ópera. Fui con Reyes y los tres mayores al ensayo general de Rigoletto.
¡Fantástico! Los niños se lo pasaron en grande. ¿Quién dice que la ópera es aburrida? Manolito, al final de tercer acto, volvía la cabeza sobre mi hombro y repetía- yo no miro, yo no miro- cuando, en medio de una horrísona tormenta,  el malvado Sparafucile se disponía a clavar el cuchillo en el pecho de la cándida Gilda.
¿Qué si los niños pueden quedar impresionados? Espero que sí, y que quieran repetir...
La música de Verdi es maravillosa, las voces espléndidas. Me retrotraen a mi casa, a mi padre, siempre de fondo las voces de Pavarotti, Callas, Di Esteffano, Kraus...
Salieron entusiasmados.
El domingo, tras comer en la piscina, siesta y después, esta vez en la tele, era de día, vimos "Crimen perfecto", que si la llave era de la casa de ella o de la del muerto, que si condenaban o no a la guapísima Grace Kelly... el tiempo se nos echaba encima y teníamos que llegar a misa de ocho. Todos con el alma en vilo.  El The End apareció a las ocho menos tres minutos. Reyes, con su madre, que anda más despacio ya se había ido. Los demás bajamos como exhalaciones y corrimos calle arriba hasta llegar a "la Capillita" justo cuando salía el cura. Pilar no paró. Se subía al banco, se bajaba, iba con su madre, volvía conmigo, no quiso echar el dinero en la cestilla y se lo quedó para comprarse chucherías, en fin...

Tras la tortilla de patatas de la cena, todos a la cama.  Manolito, que estaba derrengado, nos hizo prometer que lo despertaríamos a las doce para ver el partido de España.
Tras un rato de tranquilidad, Reyes doblando calcetines y yo leyendo a Trapiello, salieron los jugadores al campo, sonó el himno de España y acto seguido nos fuimos a la cama, (Manolito dormía a pierna suelta) a descansar tras un estupendo week end.

2 comentarios:

  1. Esta entrada me da esperanzas que pueda hacer mas como padre. Gracias, escritor, por espolearme. Un saludo.

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    1. Gracias, John. Lo de "escritor" no tiene precio. Un abrazo.

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