miércoles, 6 de febrero de 2013

Miscelánea

Vaya lío esta semana, con mi incorporación al nuevo programa de la asesoría jurídica de la Agencia pública, más un seminario que debo impartir mañana en la UPO sobre creación de empresas y sociedades telemáticas, más el comienzo de mi tesina, o como se llame ahora, sobre arquitectura efímera en el siglo XIX en Sevilla (tengo que acotar más, exequias reales y túmulos, entradas regias…), más los niños y baños y cenas y cuentos…que no perdonan (la fiebre se ha apoderado sucesivamente de tres de ellos desde la semana pasada. Ahora están, toco madera, todos de alta)
Tengo dejado de la mano de Dios mi blog, hoy escribo por acumulación:
La ópera de ayer:
Como siempre caballería Rusticana no defrauda, su melodía y musicalidad, tan conocida es bellísima. Sólo el intermezzo merece la pena http://www.youtube.com/watch?v=7OvsVSWB4TI. Su estreno en Sevilla, allá por los años veinte, contaba mi abuelo que asistió, fue un fracaso. Demasiado realista, “naturalista”, es una ópera verista, alejada del glamour tradicional, no digo ya de dioses y héroes, sino de caballeros, damas, escenas medievales o ambientes palaciegos…
 Del poder transformador del arte: cuando aparece la mezzo, Dolora Sejick, uno se pregunta, que demonios hace unaa señora tan, digamos gruesa, en el escenario, en un papel de joven atractiva. Pero cuando abrió la boca se le olvidaba a uno su aspecto y se convirtió en una verdadera belleza.

Manolito el otro día se acurrucó en el sofá junto a mí. Limpio, recién bañado y en pijama. Me gusta que estés aquí  juntito – le dije. A mí no me gusta- me contesta -¡me chifla!. UMMM

El pobre de la capillita me mira a la salida y nunca le doy nada porque nunca, literalmente, llevo dinero en el bolsillo (porque no lo tengo), pero claro me da apuro. Hoy llevaba una moneda y media y le he dado (la moneda, no la media) en un acto de extravagante generosidad. A él lo mismo le da mi intención, que es espuria totalmente: quedar bien al fin. (Lo de la mano derecha y la izquierda y todo eso, aun me queda muy lejos…)

La huelga de basuras en Sevilla me parece desmedida. Según tengo entendido los basureros se quejan porque les van a obligar a trabajar media hora más al día, y no sé si algunos recortes más. En fin lo que a todo el mundo y por lo visto están en una situación privilegiada, con un convenio colectivo que es la pera, unos sueldos, que ya quisieran la mayoría, un incentivo por asistir (sic) a  su trabajo, unas horas extras, unos descansos… En fin un dispendio por un trabajo cuyo nivel de formación requerido es cero (aunque haya ingenieros atómicos entre los mismos, qué bien pudiera haberlos). Si hubiera dinero sería estupendo, pero ya no lo hay, precisamente por tirar con pólvora del rey. Y la basura por toneladas en la calle. De aquellos polvos…

4 comentarios:

  1. Interesantísimo tema de tesina, me parece. En Valladolid queda un arco de ladrillo de la entrada triunfal, 'efímera' en todo lo demás, de Isabel II.

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  2. Buscaré ese arco, gracias Ángel. Me interesa porque es raro que se construyesen para perdurar. Isabel II se paseó por toda España y le hicieron grandes fastos. Concretamente por Andalucía y Murcia en 1862 y hay gran cantidad de elementos muy bien documentados. Sólo en Sevilla varios arcos, adornos de fachadas, templetes... En ello estoy ahora, buscando bibliografía y acotando un poco el tema, los túmulos funerarios son otro "mundo" interesantísimo también. Ya veremos.

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  3. He ido a mirar y resulta que puede que no sea, como yo pensaba, resto de arquitectura efímera (y por eso no es efímero: cuadra):
    http://es.wikipedia.org/wiki/Arco_de_Ladrillo
    Sí, bien pensado parece más un alarde técnico que otra cosa.

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  4. Gracias de nuevo. Lo acabo de ver y efectivamente no parece hecho para una reina. Estos arcos triunfales se hacían para que pasase la comitiva regia bajo ellos. Lo que sí es cierto es que se aprovechaban esas visitas para inaugurar grandes obras públicas, puentes, estaciones... y se adornaban estas profusamente, o se construían recintos efímeros para recibir a los grandes personajes y agasajarlos pertinentemente. Todo ello para mostrar la "fidelidad" y el "poderío" de la ciudad y la oligarquía local.

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