lunes, 31 de diciembre de 2012

La teoría del superhombre

Mi hijo Santiago, mientras cenamos, dice muy convencido: Cuando sea mayor voy a ser tan fuerte como papá.
Manolito responde muy serio: ¡Anda, hombre, tanto noo!
Sí, ya sé que llegará el día en que se darán cuenta de la verdad. ¡Ah, pero mientras tanto...!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

domingo, 30 de diciembre de 2012

En el día de hoy: cosas de familia.


Cuando termina la película aparecen los dibujitos de Finn y Jake, que les tengo prohibido porque alguna vez que los atisbé, así de pasada, no me gustaron nada.  Tampoco hay que exagerar, serán cosas mías, y mientras recojo algunas cosas los dejo puestos, concediéndoles el beneficio de la duda. Y de pronto escucho una cancioncilla: “meneo mi culete, meneo mi paquete”(sic). ¡PROHIBIDO! - Estallo -¡PRO-HI-BI-DO!
Hay cosas que simplemente no me entran en la cabeza  ¡dibujitos para niños! 

Salimos de misa, la calle Sierpes a tope, mi mujer se adelanta con los mayores entre la marabunta y me quedo con los dos enanos que están “flamencos”. Ambos quieren ir a hombros a pesar de que les digo que papá  sólo tienen una cabeza.  Aunque lo comprenden, no les sirve de justificación. Santi se sienta en el suelo y yo sigo con Pilar unos pasos a ver si aquel se asusta. Cuando miro para atrás la que se ha asustado es una señora mayor  de abrigo de visón que lo cree perdido y le atiende solícita, yo me apresuro entre la gente- no se preocupe, que es mío, jeje, -trato de sonreír  entre el cabreo-¡ hay hijo que susto, menos mal!- responde aliviada- me disculpo, doy las gracias y vuelvo la mirada hacia delante: Pilar es ahora la que es atendida por una pareja joven, que mira desesperada entre la gente. Arrastro a Santiago sin contemplaciones, no quiero que esto se convierta en una partida de ping-pong. Acudo presuroso. ¡A menos mal!- se les ve apesadumbrado- ¡con las de cosas que están ocurriendo ahora!- Gracias, gracias, je, je, -balbuceo . Se van, ¡Esto se ha acabado!-grito furibundo entre el gentío, mientras los dos, sentados en la calle, lloran. ¡A la de tres los dos andando hasta casa! En ese instante Manolito viene corriendo  y me salva. ¡Venid, mamá va a entrar en un nacimiento de chocolate! grita, y los dos se van tras él como una exhalación. ¡Bendito sea Dios!

Ayer me mandaron al super a solventar algunos desavíos urgentes: papel de plata, jabón para los platos… Compré los más baratos, la marca blanca. No llegaba al euro. En el pecado llevo la penitencia. Acabo de fregar la olla de los macarrones. ¡Ojú con el falso Fairy, si  echo un escupitajo hace más espuma! ¿A qué va a ser verdad lo del  “milagro antigrasa”?

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"Más virutas de taller"

He de recomendar este libro (http://www.lospapelesdelsitio.com/23401/52001.htm) por ameno, inteligente y sensato. Tres cosas que no abundan sueltas y mucho menos unidas. Miguel d'Ors, poeta y  profesor de literatura en la universidad, escribe y dice lo que le da gana en este libro inclasificable. ¿Qué son: reflexiones, pensamientos, opiniones, ensayos literarios...? De todo un poco, pero lo bueno es que "pasa" de todos y es un gustazo leer opiniones que no temen a lo politicamente correcto. Que nadie espere nada escandaloso, simplemente razonable, lógico y de sentido común, lo cual hoy en día, ciertamente, a muchos puede resultar escandaloso.
La edición es preciosa, cuidada. Con un papel de calidad, amplios márgenes, clara tipografía y una sobrecubierta agradable al tacto y a la vista. Parece una de esas primeras ediciones de la generación del 27 o algo así. La pequeña editorial "los papeles del sitio" http://www.lospapelesdelsitio.com/ se lo curra.
Tiene más de 300 páginas y, de verdad, que me lo he leído en unos días como el que se toma una limonada refrescante, de un tirón. Será la falta de costumbre de escuchar verdades como puños... y excelentemente escritas.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Santiago y sus metáforas

Alucino con los niños. Son poetas también. Mi hijo Santiago, con sus cinco recien cumplidos, trata de asegurarse de si la Virgen que ahora ve desde el balcón, (la del Rocío de la Hermandad de Sevilla, que sale siempre el 22 de diciembre) es la misma que vió en otra ocasión dentro de la Iglesia del Salvador. Y yo que sé, le respondo. Sí papá, esa que tiene- y hace un gesto extendiendo los brazos hacia abajo y hacia atrás- eso así. Yo con cara de pasmo. Ni remota idea. Insiste, si eso, y repite el gesto indescifrable. Y otra vez: Sí esa que lleva lo que nosotros hacemos con la boca, y sonríe... Ya me escama y la comparación me intriga y despierta mi interés lo de la sonrisa. Por fin doy con la tecla, ¡la luna a sus pies! Ha comparado, con toda naturalidad, la luna creciente con una sonrisa. ¿No es asombroso? y ya salen solas: La Virgen lleva la sonrisa a sus pies, o la luna creciente es la sonrisa de la noche o...Como padre me siento orgulloso y mirandolo me aparece una luna en la cara.

Un paso atrás

Tres de mis hijos están con su madre y mis cuñadas en Carrefour, haciendo las compras para Nochebuena en casa de mi suegra. Manolito, como no, en el Betis, con sus primos. (Yo no piso un campo desde el naranjito y el Mundial) y Pilar durmiendo a pierna suelta en el sofá. Uum, he subido a mi azotea donde el sol del invierno recién estrenado lucía, tras tristes grises días,  como nuevo.
Allí  acabo de terminar, solito y al solito “Un paso atrás”. Es un libro antológico en todos los sentidos. Recopila una serie de artículos que Enrique García-Máiquez, ha escrito en prensa. Es una delicia, son artículos que dan un paso atrás, es decir no de “rabiosa actualidad", y por ende intemporales, que en este caso ciertamente lo son ya que recogen pensamientos, reflexiones, momentos y sugerencias que podrán leerse dentro de otros cien años, porque la dulzura un limón no desaparece nunca y el agua fresca- como estos artículos- es, debe ser, siempre una fiesta.

Oh, Pilar acaba de despertar. No puedo escribir más, le doy rápido a "publicar"...

Ah, y no lo olviden,
¡Comprénlo!

martes, 18 de diciembre de 2012

¡OH!

En el día de la Esperanza, de la Virgen de la O, la Iglesia curva los labios con asombro y exclama admirada ante el misterio que se acerca.

¿No son de una maravillosa y profunda poesía los secretos que guarda la liturgia?
http://musikliturgik.blogspot.com.es/2010/07/las-antifonas-de-la.html

martes, 11 de diciembre de 2012

¡BRAVO!




Cuando todo confluye para que una obra maestra se represente en todo su esplendor, nos encontramos con una tarde como la que el pasado miércoles disfruté en el Maestranza.

Foto: EL País

Al final grité bravo sin pudor alguno. Porque hay que saber disfrutar. Porque es de justicia reconocer lo excelente. Porque es de bien nacido ser agradecido.
Foto: EL País
Y cuando más de cien personas han estado ensayando horas y horas para que una orquesta se armonice y suene como lo hizo, (además de toda una vida previa dedicada a un instrumento); cuando un director de prestigio mundial (Pedro Halffter) se ha formado en Madrid, Viena, Alemania, se ha imbuido del espíritu germánico, ha estudiado una obra y la ha ensayado hasta la extenuación; cuando un escenógrafo experimentado ha creado un espectáculo visual en simbiosis única con la música y el drama, (Carlos Padrissa, La Fura del Baus) de una originalidad extraordinaria, con unos efectos grandiosos, con una sensibilidad extrema y una fidelidad al espíritu del autor sin parangón, se merecen un bravo.
Y si encima se trata de la obra de un genio desbordado, excesivo, extravagante y único como es Wagner, acompañado de unas voces limpias, potentes y ágiles que nos representan un drama que se remonta a los arcanos más profundos de la mitología germánica, con toda la simbología subyacente, con sus lecturas sugestivas, donde atisbas la poderosa influencia ejercida en la cultura europea posterior, entonces nos sobrecogemos ante el arte y la belleza culminadas en cinco horas de música fluida y arrolladora.
Que todo esto coincida en un momento determinado y uno esté allí para presenciarlo por el módico precio de una entrada, merece nuestro agradecimiento y la verdad, me hacen volverme un sin vergüenza y gritar: ¡BRAVO!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Home sweet home...



Cómodamente arrellanado en mi sillón leía a la par que escuchaba de fondo el maravilloso dúo de Adán y Eva de la Creación de Haydn  (de levitar).Las argentinas risas, muy leves, casi imperceptibles, de los niños que jugaban reposadamente en la lejanía más lejana, en paz y armonía (y no parecían tener fiebre) hacían resonar su ingenuo y alegre cascabeleo. Sentíase el sosiego del dulce hogar donde se hallan las delicias inefables de la vida doméstica. Miraba a mi alrededor y todo era bueno. Cuando apartaba los ojos del libro podía ver a mi querida y santa esposa sentada con mi tierna hija Pilar en sus rodillas, encantada con las carantoñas de su madre; de fondo,en la penumbra, el árbol de Navidad encendido y algunas velas tímidas y temblorosas...
Era un anuncio de turrón, era la escena deliciosa del último estreno que en estas fechas tan entrañables (o señaladas) podrán ver “próximamente en esta sala”.
¿Qué cuanto duró este momento idílico? Yo que sé, supongo que cuatro minutos veintinueve segundos (pero ha quedado indeleble y para siempre marcada en mi retina).
 Al momento se escucharon gritos desgarradores y llegó la hora de los baños, (yo no quiero, primero Manolo, me pido el último) y las peleas (me ha destrozado el puzle), y se rompió una maceta y había que preparar la cena, (no me gusta el huevo frito, quítame eso verde, no metas la manga en el tomate, no te eches más kétchup) e irse a la cama (un ratito más, Santi me ha escupido, otro cuento, quiero agua). Es decir mi auténtica familia, la genuina, la verdadera.
La diosa Vesta, que momentos antes derramaba sus bendiciones sobre mi salón y sonreía cándida y benévolamente, se arremangó la stola y tropezándose con la túnica salió por patas como una exhalación.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Adviento

Pues sí, me encanta la Navidad que se acerca. Cada año más. Poner el nacimiento y el árbol. Subirme a los altillos y sacar las cajas con el corcho, las bolas, la estrella y todo ese mundo de barro, plástico y serrín.
Me emociona escuchar de fondo el soniquete de la lotería el día 22, aunque ahora sea en euros. Me veo de nuevo con las vacaciones recién estrenadas, la calefacción a tope, la cocina en plena efervescencia, y mi madre trajinando entre el pavo y el caldo; la encimera llena de ingredientes buenísimos, el horno humeante, las cacerolas despidiendo olores, la tata echándome de la cocina mientras me chupo el dedo; Los espumillones de colores, (cómo me gustaban, tan chillones y demodés), pegados con papel celo por las paredes formando dibujos y con una bola colgando, los pastores de plástico rodando por ahí, la lavandera, el tío de la carreta…
Cada vez qué llegaba mi padre era una sorpresa, el agradecimiento de sus pacientes se materializaba en formas diversas: en un pollo vivo, un jamón, una figurita de porcelana de estilo remordimiento, una cesta de navidad o hasta una sandía de crochet, (sí, sí, totalmente artesanal)
La Navidad hay que celebrarla, con los que estamos aquí y con los que nos esperan en el cielo y dejarse de monsergas.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ojú, el de la luz

Papá, ayer vino un señor del flamenco para algo del ascensor.
 ¿Del flamenco?
Algo así dijo... de la luz y un contador...
¡Ah! Por fin dí con la tecla: ¡era de "La Sevillana de Electricidad"!

martes, 4 de diciembre de 2012

Emoción asegurada

La liebre de la emoción puede saltar en cualquier sitio.
Estoy seguro de que esta tarde, en el Maestranza, la gran orquesta wagneriana que dirigirá Halffter en el Sigfrido, con toda su potencia, sus delicadeza y sus matices, será arrasadora. Ya me han llegado noticias de los que han asistido al ensayo.
Ayer tarde, otra orquesta, que sonaba de manera infernal, me emocionó profundamente. Horrísonos pitidos, desconcierto y de fondo una melodía medio reconocible. Pero entre los interpretes se hallaba el hijo de uno. Era la primera audición de "Agrupaciones" del segundo curso del conservatorio.
Y que quieren que les diga, es que la sangre tira mucho...

lunes, 3 de diciembre de 2012

MURILLO Y JUSTINO DE NEVE IV

Con placas de obsidiana se pueden hacer muchas cosas, como afilados cuchillos para sacar el corazón, aún vivo, a los enemigos, en el altar de los dioses Aztecas, como nos refiere Bernal Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España, pero también pueden servir para plasmar sobre ellas maravillosas y exquisitas obras de arte que inspiren la devoción.

Hoy D. Justino se ha levantado temprano, más de lo habitual, está impaciente porque llega la Flota de Indias, que según le avisaron,  ya se divisaba desde Sanlúcar días antes. Ha celebrado la misa primera en la Catedral, casi vacía a esas horas, en la capilla de la Virgen de la Antigua, donde rezara el Navegante antes de partir a sus descubrimientos. Hoy ha encomendado su alma con especial fervor a Dios Nuestro Señor, teniendo presente que toda esa riqueza que está engrandeciendo a las Españas, a su ciudad hispalense y a sus propios caudales tienen su origen en el empecinamiento del Gran Almirante.
A la vuelta ha pasado por su casa en la antigua judería,  ha recogido a un esclavo que le acompañe y también a la pequeña Francisca María, la hija de su querido amigo Bartolomé Murillo, que con sus apenas 13 años le ha obligado, imposible resistirse a sus encantos, a llevarla consigo a ver llegar los barcos. ¡Qué quiero ver la flota, tío Justino! Y retozaba a su alrededor como un perrillo.
Han salido presurosos, el manteo oscuro tremolante entre las callejas, María Francisca, de la mano del esclavo acribillándole a preguntas, alegre y bulliciosa.
No son los únicos, la ciudad conocedora de que por el Río Grande vienen las naves con cargamentos exóticos, con el oro y la plata recién sacados de las entrañas de las tierras ultramarinas, acude en tropel para no perderse el espectáculo.
A través de la calle de la Mar, han dejado a sus espaldas la Gran Torre, cuyas campanas resuenan avisando de las buenas nuevas, que han llegado los barcos, superando tormentas, corsarios, piratas y bucaneros, y se dirigen al arenal, puerto y puerta de las Indias.

Una barahúnda inquieta, pintoresca y heterogénea se acumula en la rivera, los balcones de las casas del arrabal de Triana están rebosantes de gente, por el puente de barcas caminan decenas de personas y pícaros, buscones, mendigos, hampones, pilluelos, ladrones y buscavidas de toda laya están arremolinados en el puerto junto a los representantes de las grandes familias, de comerciantes y banqueros, francos, genoveses, aristócratas que elegantemente esperan gozosos que a través del río les llegue la corriente de oro que aumente la de sus fortunas.
Galeras y naos,  fragatas y bergantines maniobran en una danza entrecruzada de mástiles, velas, jarcias, trinquetes y mesanas, para dejar sitio preferente a los galeones que se acercan…
Y ya se ven, empavesados. Los gallardetes y banderas ondean al viento, el castillo de popa reluce de colores, los marineros se ordenan en las cubiertas y todo el velamen se inflama con el viento salobre que llega con la marea, como los corazones de toda la multitud que espera embelesada.
D. Justino adelanta en su interior el Tedeum que luego se entonará en el altar mayor de la Catedral, está deseoso de conocer, primero las noticias, que espera favorables, del curso de sus negocios indianos y después,  refinado y exquisito caballero, ojear las maravillosas mercancías que saldrán de las bodegas de los barcos, cornucopias fabulosas, desbordadas de productos exóticos, delicados, extraños, suntuosos, magníficos, soberbios y opulentos.
Las lacas chinas, el marfil untuoso, las delicadas sedas, que a través del Galeón de Manila llegan a Acapulco y Vera Cruz y desde allí a través de los océanos, tras noches serenas de calma chicha y estrellas o de tronantes tormentas, hasta la capital hispalense. Las plantas desconocidas, el cacao puro, las aves de colores, las maderas nobles, la caoba, el ébano, el palo de rosa… los perfumes orientales, la nuez moscada, el fragante cardamomo, las níveas porcelanas cuyos secretos guardan celosamente los artesanos de la corte imperial de los mandarines, el jade misterioso, etéreos abanicos, las alfombras trenzadas en Persia, el terciopelo espeso y los tafetanes multicolor ; las oscuras esmeraldas del Brasil, las perlas irisadas que recogen jóvenes resistiendo la presión de los abismos marinos, el añil del color de las noches de luna, la purpura incandescente de los césares y de los príncipes y las hojas del tabaco y el sándalo perfumado y la canela de Ceilán, el clavo de las Molucas, el alcanfor de Borneo o el jengibre de Malabar…
Se van descargando baúles, cajas, toneles, barricas…Algunos se abren allí mismo.

D. Justino no puede esperar. Un comerciante que le conoce bien, le ofrece algunas mercaderías delicadas, una pieza perfecta de marfil para ser tallada, un tibor opalescente con rosas dibujadas sobre verde celadón cuyas irisaciones translúcidas son el fruto de cocciones a más de 1200 grados en la corte lejana de un emperador oriental..
Pero… y aquí el comerciante astuto, saca de un embalaje relleno de paja, un envoltorio pesado. Se demora en el momento de descubrirlo con delectación, mientras va alabando las excelencias del producto. - Algo único D. Justino, inmejorable, monseñor, exquisito, ilustrísima,- y va ascendiendo en elogios, títulos y adulaciones.- Digno de un príncipe de la Iglesia, que digo,  del mismísimo Santo Padre de Roma, extraído de los tesoros recién descubiertos en un templo destruido del príncipe  Itzcóatl en la selva de Tenochtitlan,
D. Justino se admira, ante la belleza oscura y misteriosa de tres placas de obsidiana pulida, que el comerciante extiende ante sus ojos. Sin regatear el precio los adquiere. Mientras, Francisca María juguetea con un chal peruano de lana ligera que envolvían delicadamente las piezas, se lo echa sobre los hombros, se cubre la cabeza, se lo ata a la delgada cintura.

Por el camino de vuelta, el sacerdote piensa ya en el uso que le dará a tan ricas piezas. Y se dirige a casa del amigo artista sin demora, cuya hija, va recogiendo las rosas que se escapan entre las tapias de casas y conventos, y las porta en el chal nuevo, con el que alegre camina, otras se la coloca en su pelo castaño de núbil doncella.
Sin apartar sus pensamientos de las joyas que lleva el esclavo, D. Justino, recita maquinalmente los versos de Ausonio, Collige, virgo, rosas…

Cuando llegan, Murillo espera en su taller, y allí explica el sacerdote, lo que quiere que se plasme en los lienzos de piedra. El pintor examina, intuye y finalmente plasma su genio creativo con vivas palabras: serán tres noches que inciten a la contemplación. Estas vetas de aquí - y va señalando con el dedo-  serán las ráfagas de las estrellas que acompañaron al Mesías en el milagro de Belén,


 y esta de aquí será el rayo confortador en la oscuridad tenebrosa de Getsemaní, y esta otra piedra negra sin atisbo de luz, será la noche de la desesperación de Pedro antes que cante el gallo frente a un Jesus atado e indefenso.


Los amigos jubilosos se estrechan en abrazo feliz. Se entienden, se compenetran. La risa de Francisca María tintinea alegre cuando los ve abrazados, e irrumpe en sus ensoñaciones. Los dos la miran sentada, hermosa, joven, en el regazo rosas, y ambos, ya han adivinado en ella, ingenua y pura, la eterna imagen de la primavera.

domingo, 2 de diciembre de 2012

MARANATHA

Después de más dos mil páginas que nos relatan la historia del mundo, del hombre, su caída, su salvación, los acontecimientos más extraordinarios y hermosos del universo, la Biblia ¿como termina? ¿Cuales son sus últimas palabras? ¿Qué le indica a cada persona cuando cierra el libro entre sus manos? Esto:

"El que da fe de estas palabras dice: SÍ, VENGO PRONTO.

Amén. VEN, SEÑOR, JESÚS.

Que la gracia del Señor Jesús esté con vosotros."

Este es nuestro happy end.
Y esperamos, sí, alegres, esperamos...