lunes, 31 de diciembre de 2012

La teoría del superhombre

Mi hijo Santiago, mientras cenamos, dice muy convencido: Cuando sea mayor voy a ser tan fuerte como papá.
Manolito responde muy serio: ¡Anda, hombre, tanto noo!
Sí, ya sé que llegará el día en que se darán cuenta de la verdad. ¡Ah, pero mientras tanto...!

¡FELIZ AÑO NUEVO!

domingo, 30 de diciembre de 2012

En el día de hoy: cosas de familia.


Cuando termina la película aparecen los dibujitos de Finn y Jake, que les tengo prohibido porque alguna vez que los atisbé, así de pasada, no me gustaron nada.  Tampoco hay que exagerar, serán cosas mías, y mientras recojo algunas cosas los dejo puestos, concediéndoles el beneficio de la duda. Y de pronto escucho una cancioncilla: “meneo mi culete, meneo mi paquete”(sic). ¡PROHIBIDO! - Estallo -¡PRO-HI-BI-DO!
Hay cosas que simplemente no me entran en la cabeza  ¡dibujitos para niños! 

Salimos de misa, la calle Sierpes a tope, mi mujer se adelanta con los mayores entre la marabunta y me quedo con los dos enanos que están “flamencos”. Ambos quieren ir a hombros a pesar de que les digo que papá  sólo tienen una cabeza.  Aunque lo comprenden, no les sirve de justificación. Santi se sienta en el suelo y yo sigo con Pilar unos pasos a ver si aquel se asusta. Cuando miro para atrás la que se ha asustado es una señora mayor  de abrigo de visón que lo cree perdido y le atiende solícita, yo me apresuro entre la gente- no se preocupe, que es mío, jeje, -trato de sonreír  entre el cabreo-¡ hay hijo que susto, menos mal!- responde aliviada- me disculpo, doy las gracias y vuelvo la mirada hacia delante: Pilar es ahora la que es atendida por una pareja joven, que mira desesperada entre la gente. Arrastro a Santiago sin contemplaciones, no quiero que esto se convierta en una partida de ping-pong. Acudo presuroso. ¡A menos mal!- se les ve apesadumbrado- ¡con las de cosas que están ocurriendo ahora!- Gracias, gracias, je, je, -balbuceo . Se van, ¡Esto se ha acabado!-grito furibundo entre el gentío, mientras los dos, sentados en la calle, lloran. ¡A la de tres los dos andando hasta casa! En ese instante Manolito viene corriendo  y me salva. ¡Venid, mamá va a entrar en un nacimiento de chocolate! grita, y los dos se van tras él como una exhalación. ¡Bendito sea Dios!

Ayer me mandaron al super a solventar algunos desavíos urgentes: papel de plata, jabón para los platos… Compré los más baratos, la marca blanca. No llegaba al euro. En el pecado llevo la penitencia. Acabo de fregar la olla de los macarrones. ¡Ojú con el falso Fairy, si  echo un escupitajo hace más espuma! ¿A qué va a ser verdad lo del  “milagro antigrasa”?

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"Más virutas de taller"

He de recomendar este libro (http://www.lospapelesdelsitio.com/23401/52001.htm) por ameno, inteligente y sensato. Tres cosas que no abundan sueltas y mucho menos unidas. Miguel d'Ors, poeta y  profesor de literatura en la universidad, escribe y dice lo que le da gana en este libro inclasificable. ¿Qué son: reflexiones, pensamientos, opiniones, ensayos literarios...? De todo un poco, pero lo bueno es que "pasa" de todos y es un gustazo leer opiniones que no temen a lo politicamente correcto. Que nadie espere nada escandaloso, simplemente razonable, lógico y de sentido común, lo cual hoy en día, ciertamente, a muchos puede resultar escandaloso.
La edición es preciosa, cuidada. Con un papel de calidad, amplios márgenes, clara tipografía y una sobrecubierta agradable al tacto y a la vista. Parece una de esas primeras ediciones de la generación del 27 o algo así. La pequeña editorial "los papeles del sitio" http://www.lospapelesdelsitio.com/ se lo curra.
Tiene más de 300 páginas y, de verdad, que me lo he leído en unos días como el que se toma una limonada refrescante, de un tirón. Será la falta de costumbre de escuchar verdades como puños... y excelentemente escritas.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Santiago y sus metáforas

Alucino con los niños. Son poetas también. Mi hijo Santiago, con sus cinco recien cumplidos, trata de asegurarse de si la Virgen que ahora ve desde el balcón, (la del Rocío de la Hermandad de Sevilla, que sale siempre el 22 de diciembre) es la misma que vió en otra ocasión dentro de la Iglesia del Salvador. Y yo que sé, le respondo. Sí papá, esa que tiene- y hace un gesto extendiendo los brazos hacia abajo y hacia atrás- eso así. Yo con cara de pasmo. Ni remota idea. Insiste, si eso, y repite el gesto indescifrable. Y otra vez: Sí esa que lleva lo que nosotros hacemos con la boca, y sonríe... Ya me escama y la comparación me intriga y despierta mi interés lo de la sonrisa. Por fin doy con la tecla, ¡la luna a sus pies! Ha comparado, con toda naturalidad, la luna creciente con una sonrisa. ¿No es asombroso? y ya salen solas: La Virgen lleva la sonrisa a sus pies, o la luna creciente es la sonrisa de la noche o...Como padre me siento orgulloso y mirandolo me aparece una luna en la cara.

Un paso atrás

Tres de mis hijos están con su madre y mis cuñadas en Carrefour, haciendo las compras para Nochebuena en casa de mi suegra. Manolito, como no, en el Betis, con sus primos. (Yo no piso un campo desde el naranjito y el Mundial) y Pilar durmiendo a pierna suelta en el sofá. Uum, he subido a mi azotea donde el sol del invierno recién estrenado lucía, tras tristes grises días,  como nuevo.
Allí  acabo de terminar, solito y al solito “Un paso atrás”. Es un libro antológico en todos los sentidos. Recopila una serie de artículos que Enrique García-Máiquez, ha escrito en prensa. Es una delicia, son artículos que dan un paso atrás, es decir no de “rabiosa actualidad", y por ende intemporales, que en este caso ciertamente lo son ya que recogen pensamientos, reflexiones, momentos y sugerencias que podrán leerse dentro de otros cien años, porque la dulzura un limón no desaparece nunca y el agua fresca- como estos artículos- es, debe ser, siempre una fiesta.

Oh, Pilar acaba de despertar. No puedo escribir más, le doy rápido a "publicar"...

Ah, y no lo olviden,
¡Comprénlo!

martes, 18 de diciembre de 2012

¡OH!

En el día de la Esperanza, de la Virgen de la O, la Iglesia curva los labios con asombro y exclama admirada ante el misterio que se acerca.

¿No son de una maravillosa y profunda poesía los secretos que guarda la liturgia?
http://musikliturgik.blogspot.com.es/2010/07/las-antifonas-de-la.html

martes, 11 de diciembre de 2012

¡BRAVO!




Cuando todo confluye para que una obra maestra se represente en todo su esplendor, nos encontramos con una tarde como la que el pasado miércoles disfruté en el Maestranza.

Foto: EL País

Al final grité bravo sin pudor alguno. Porque hay que saber disfrutar. Porque es de justicia reconocer lo excelente. Porque es de bien nacido ser agradecido.
Foto: EL País
Y cuando más de cien personas han estado ensayando horas y horas para que una orquesta se armonice y suene como lo hizo, (además de toda una vida previa dedicada a un instrumento); cuando un director de prestigio mundial (Pedro Halffter) se ha formado en Madrid, Viena, Alemania, se ha imbuido del espíritu germánico, ha estudiado una obra y la ha ensayado hasta la extenuación; cuando un escenógrafo experimentado ha creado un espectáculo visual en simbiosis única con la música y el drama, (Carlos Padrissa, La Fura del Baus) de una originalidad extraordinaria, con unos efectos grandiosos, con una sensibilidad extrema y una fidelidad al espíritu del autor sin parangón, se merecen un bravo.
Y si encima se trata de la obra de un genio desbordado, excesivo, extravagante y único como es Wagner, acompañado de unas voces limpias, potentes y ágiles que nos representan un drama que se remonta a los arcanos más profundos de la mitología germánica, con toda la simbología subyacente, con sus lecturas sugestivas, donde atisbas la poderosa influencia ejercida en la cultura europea posterior, entonces nos sobrecogemos ante el arte y la belleza culminadas en cinco horas de música fluida y arrolladora.
Que todo esto coincida en un momento determinado y uno esté allí para presenciarlo por el módico precio de una entrada, merece nuestro agradecimiento y la verdad, me hacen volverme un sin vergüenza y gritar: ¡BRAVO!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Home sweet home...



Cómodamente arrellanado en mi sillón leía a la par que escuchaba de fondo el maravilloso dúo de Adán y Eva de la Creación de Haydn  (de levitar).Las argentinas risas, muy leves, casi imperceptibles, de los niños que jugaban reposadamente en la lejanía más lejana, en paz y armonía (y no parecían tener fiebre) hacían resonar su ingenuo y alegre cascabeleo. Sentíase el sosiego del dulce hogar donde se hallan las delicias inefables de la vida doméstica. Miraba a mi alrededor y todo era bueno. Cuando apartaba los ojos del libro podía ver a mi querida y santa esposa sentada con mi tierna hija Pilar en sus rodillas, encantada con las carantoñas de su madre; de fondo,en la penumbra, el árbol de Navidad encendido y algunas velas tímidas y temblorosas...
Era un anuncio de turrón, era la escena deliciosa del último estreno que en estas fechas tan entrañables (o señaladas) podrán ver “próximamente en esta sala”.
¿Qué cuanto duró este momento idílico? Yo que sé, supongo que cuatro minutos veintinueve segundos (pero ha quedado indeleble y para siempre marcada en mi retina).
 Al momento se escucharon gritos desgarradores y llegó la hora de los baños, (yo no quiero, primero Manolo, me pido el último) y las peleas (me ha destrozado el puzle), y se rompió una maceta y había que preparar la cena, (no me gusta el huevo frito, quítame eso verde, no metas la manga en el tomate, no te eches más kétchup) e irse a la cama (un ratito más, Santi me ha escupido, otro cuento, quiero agua). Es decir mi auténtica familia, la genuina, la verdadera.
La diosa Vesta, que momentos antes derramaba sus bendiciones sobre mi salón y sonreía cándida y benévolamente, se arremangó la stola y tropezándose con la túnica salió por patas como una exhalación.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Adviento

Pues sí, me encanta la Navidad que se acerca. Cada año más. Poner el nacimiento y el árbol. Subirme a los altillos y sacar las cajas con el corcho, las bolas, la estrella y todo ese mundo de barro, plástico y serrín.
Me emociona escuchar de fondo el soniquete de la lotería el día 22, aunque ahora sea en euros. Me veo de nuevo con las vacaciones recién estrenadas, la calefacción a tope, la cocina en plena efervescencia, y mi madre trajinando entre el pavo y el caldo; la encimera llena de ingredientes buenísimos, el horno humeante, las cacerolas despidiendo olores, la tata echándome de la cocina mientras me chupo el dedo; Los espumillones de colores, (cómo me gustaban, tan chillones y demodés), pegados con papel celo por las paredes formando dibujos y con una bola colgando, los pastores de plástico rodando por ahí, la lavandera, el tío de la carreta…
Cada vez qué llegaba mi padre era una sorpresa, el agradecimiento de sus pacientes se materializaba en formas diversas: en un pollo vivo, un jamón, una figurita de porcelana de estilo remordimiento, una cesta de navidad o hasta una sandía de crochet, (sí, sí, totalmente artesanal)
La Navidad hay que celebrarla, con los que estamos aquí y con los que nos esperan en el cielo y dejarse de monsergas.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ojú, el de la luz

Papá, ayer vino un señor del flamenco para algo del ascensor.
 ¿Del flamenco?
Algo así dijo... de la luz y un contador...
¡Ah! Por fin dí con la tecla: ¡era de "La Sevillana de Electricidad"!

martes, 4 de diciembre de 2012

Emoción asegurada

La liebre de la emoción puede saltar en cualquier sitio.
Estoy seguro de que esta tarde, en el Maestranza, la gran orquesta wagneriana que dirigirá Halffter en el Sigfrido, con toda su potencia, sus delicadeza y sus matices, será arrasadora. Ya me han llegado noticias de los que han asistido al ensayo.
Ayer tarde, otra orquesta, que sonaba de manera infernal, me emocionó profundamente. Horrísonos pitidos, desconcierto y de fondo una melodía medio reconocible. Pero entre los interpretes se hallaba el hijo de uno. Era la primera audición de "Agrupaciones" del segundo curso del conservatorio.
Y que quieren que les diga, es que la sangre tira mucho...

lunes, 3 de diciembre de 2012

MURILLO Y JUSTINO DE NEVE IV

Con placas de obsidiana se pueden hacer muchas cosas, como afilados cuchillos para sacar el corazón, aún vivo, a los enemigos, en el altar de los dioses Aztecas, como nos refiere Bernal Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España, pero también pueden servir para plasmar sobre ellas maravillosas y exquisitas obras de arte que inspiren la devoción.

Hoy D. Justino se ha levantado temprano, más de lo habitual, está impaciente porque llega la Flota de Indias, que según le avisaron,  ya se divisaba desde Sanlúcar días antes. Ha celebrado la misa primera en la Catedral, casi vacía a esas horas, en la capilla de la Virgen de la Antigua, donde rezara el Navegante antes de partir a sus descubrimientos. Hoy ha encomendado su alma con especial fervor a Dios Nuestro Señor, teniendo presente que toda esa riqueza que está engrandeciendo a las Españas, a su ciudad hispalense y a sus propios caudales tienen su origen en el empecinamiento del Gran Almirante.
A la vuelta ha pasado por su casa en la antigua judería,  ha recogido a un esclavo que le acompañe y también a la pequeña Francisca María, la hija de su querido amigo Bartolomé Murillo, que con sus apenas 13 años le ha obligado, imposible resistirse a sus encantos, a llevarla consigo a ver llegar los barcos. ¡Qué quiero ver la flota, tío Justino! Y retozaba a su alrededor como un perrillo.
Han salido presurosos, el manteo oscuro tremolante entre las callejas, María Francisca, de la mano del esclavo acribillándole a preguntas, alegre y bulliciosa.
No son los únicos, la ciudad conocedora de que por el Río Grande vienen las naves con cargamentos exóticos, con el oro y la plata recién sacados de las entrañas de las tierras ultramarinas, acude en tropel para no perderse el espectáculo.
A través de la calle de la Mar, han dejado a sus espaldas la Gran Torre, cuyas campanas resuenan avisando de las buenas nuevas, que han llegado los barcos, superando tormentas, corsarios, piratas y bucaneros, y se dirigen al arenal, puerto y puerta de las Indias.

Una barahúnda inquieta, pintoresca y heterogénea se acumula en la rivera, los balcones de las casas del arrabal de Triana están rebosantes de gente, por el puente de barcas caminan decenas de personas y pícaros, buscones, mendigos, hampones, pilluelos, ladrones y buscavidas de toda laya están arremolinados en el puerto junto a los representantes de las grandes familias, de comerciantes y banqueros, francos, genoveses, aristócratas que elegantemente esperan gozosos que a través del río les llegue la corriente de oro que aumente la de sus fortunas.
Galeras y naos,  fragatas y bergantines maniobran en una danza entrecruzada de mástiles, velas, jarcias, trinquetes y mesanas, para dejar sitio preferente a los galeones que se acercan…
Y ya se ven, empavesados. Los gallardetes y banderas ondean al viento, el castillo de popa reluce de colores, los marineros se ordenan en las cubiertas y todo el velamen se inflama con el viento salobre que llega con la marea, como los corazones de toda la multitud que espera embelesada.
D. Justino adelanta en su interior el Tedeum que luego se entonará en el altar mayor de la Catedral, está deseoso de conocer, primero las noticias, que espera favorables, del curso de sus negocios indianos y después,  refinado y exquisito caballero, ojear las maravillosas mercancías que saldrán de las bodegas de los barcos, cornucopias fabulosas, desbordadas de productos exóticos, delicados, extraños, suntuosos, magníficos, soberbios y opulentos.
Las lacas chinas, el marfil untuoso, las delicadas sedas, que a través del Galeón de Manila llegan a Acapulco y Vera Cruz y desde allí a través de los océanos, tras noches serenas de calma chicha y estrellas o de tronantes tormentas, hasta la capital hispalense. Las plantas desconocidas, el cacao puro, las aves de colores, las maderas nobles, la caoba, el ébano, el palo de rosa… los perfumes orientales, la nuez moscada, el fragante cardamomo, las níveas porcelanas cuyos secretos guardan celosamente los artesanos de la corte imperial de los mandarines, el jade misterioso, etéreos abanicos, las alfombras trenzadas en Persia, el terciopelo espeso y los tafetanes multicolor ; las oscuras esmeraldas del Brasil, las perlas irisadas que recogen jóvenes resistiendo la presión de los abismos marinos, el añil del color de las noches de luna, la purpura incandescente de los césares y de los príncipes y las hojas del tabaco y el sándalo perfumado y la canela de Ceilán, el clavo de las Molucas, el alcanfor de Borneo o el jengibre de Malabar…
Se van descargando baúles, cajas, toneles, barricas…Algunos se abren allí mismo.

D. Justino no puede esperar. Un comerciante que le conoce bien, le ofrece algunas mercaderías delicadas, una pieza perfecta de marfil para ser tallada, un tibor opalescente con rosas dibujadas sobre verde celadón cuyas irisaciones translúcidas son el fruto de cocciones a más de 1200 grados en la corte lejana de un emperador oriental..
Pero… y aquí el comerciante astuto, saca de un embalaje relleno de paja, un envoltorio pesado. Se demora en el momento de descubrirlo con delectación, mientras va alabando las excelencias del producto. - Algo único D. Justino, inmejorable, monseñor, exquisito, ilustrísima,- y va ascendiendo en elogios, títulos y adulaciones.- Digno de un príncipe de la Iglesia, que digo,  del mismísimo Santo Padre de Roma, extraído de los tesoros recién descubiertos en un templo destruido del príncipe  Itzcóatl en la selva de Tenochtitlan,
D. Justino se admira, ante la belleza oscura y misteriosa de tres placas de obsidiana pulida, que el comerciante extiende ante sus ojos. Sin regatear el precio los adquiere. Mientras, Francisca María juguetea con un chal peruano de lana ligera que envolvían delicadamente las piezas, se lo echa sobre los hombros, se cubre la cabeza, se lo ata a la delgada cintura.

Por el camino de vuelta, el sacerdote piensa ya en el uso que le dará a tan ricas piezas. Y se dirige a casa del amigo artista sin demora, cuya hija, va recogiendo las rosas que se escapan entre las tapias de casas y conventos, y las porta en el chal nuevo, con el que alegre camina, otras se la coloca en su pelo castaño de núbil doncella.
Sin apartar sus pensamientos de las joyas que lleva el esclavo, D. Justino, recita maquinalmente los versos de Ausonio, Collige, virgo, rosas…

Cuando llegan, Murillo espera en su taller, y allí explica el sacerdote, lo que quiere que se plasme en los lienzos de piedra. El pintor examina, intuye y finalmente plasma su genio creativo con vivas palabras: serán tres noches que inciten a la contemplación. Estas vetas de aquí - y va señalando con el dedo-  serán las ráfagas de las estrellas que acompañaron al Mesías en el milagro de Belén,


 y esta de aquí será el rayo confortador en la oscuridad tenebrosa de Getsemaní, y esta otra piedra negra sin atisbo de luz, será la noche de la desesperación de Pedro antes que cante el gallo frente a un Jesus atado e indefenso.


Los amigos jubilosos se estrechan en abrazo feliz. Se entienden, se compenetran. La risa de Francisca María tintinea alegre cuando los ve abrazados, e irrumpe en sus ensoñaciones. Los dos la miran sentada, hermosa, joven, en el regazo rosas, y ambos, ya han adivinado en ella, ingenua y pura, la eterna imagen de la primavera.

domingo, 2 de diciembre de 2012

MARANATHA

Después de más dos mil páginas que nos relatan la historia del mundo, del hombre, su caída, su salvación, los acontecimientos más extraordinarios y hermosos del universo, la Biblia ¿como termina? ¿Cuales son sus últimas palabras? ¿Qué le indica a cada persona cuando cierra el libro entre sus manos? Esto:

"El que da fe de estas palabras dice: SÍ, VENGO PRONTO.

Amén. VEN, SEÑOR, JESÚS.

Que la gracia del Señor Jesús esté con vosotros."

Este es nuestro happy end.
Y esperamos, sí, alegres, esperamos...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Murillo y Justino de Neve III

Don Justino de Neve, como buen anfitrión nos da la bienvenida.

Don Justino, nos espera sentado en un sillón de madera y terciopelo tachonado. Junto a una mesa, sobre la que reposa un gran libro. Es una suma teológica, o un profundo tratado sobre el determinismo, puede ser la Concordia liberi arbitrii… del jesuita Molina, impreso en la ciudad de Cuenca en la  oficina  de un tipógrafo italiano. Un reloj delicado, de bronce dorado, herencia, tal vez de su abuelo paterno, que labraron artesanos del ducado de Brabante, marca el tiempo pausadamente y la campanita de plata cincelada espera a ser usada cuando D. Justino llame a la fámula para que le traiga el chocolate de la tarde a la hora en punto.
Ahora descansa  un momento de su lectura. Piensa. Su dedo marca la página de un breviario que sostiene, pequeño, con finas páginas de vitela y mira al espectador. Esa mirada denota inteligencia y sensibilidad. Viste de negro con amplio  traje talar. Un pesado cortinaje recogido sobre la escena deja entrever al fondo un paisaje, brumas y árboles, tras la balaustrada. Todo es sobrio, elegante, serio. Lo propio de un señor canónigo, que aunque joven aún, es miembro del cabildo de la Patriarcal, Santa y Metropolitana Iglesia Catedral de  Santa María Mayor de Sevilla. Ha llegado muy alto y es heredero de una fortuna familiar, que gasta en beneficio de los pobres, la Iglesia y el arte. Sin embargo… en la escena, inesperadamente ha entrado un perrito, que ladra desde una esquina mirando a su amo. El perro es alegre, juguetón, impropio de un hombre de esta categoría y para colmo el ama o una sobrina o la joven y alocada criada le ha puesto un gracioso collar con cascabeles y un lazo de agresivo bermellón.
EL perrillo salta y reclama sus derechos al paseo y las caricias. D. Justino parece contenerse. No es momento, no es momento…
 Pero ya no nos engaña, hemos descubierto que bajo la oscura sotana, don Justino no es tan serio como parece, y quizás el libro que sostiene en su mano, quien lo pensara, es la obra de otro sevillano que narra las graciosas aventuras del pícaro Guzmán.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Murillo y Justino de Neve II

Y se entra en el antiguo hospital. Es bellísimo. La conjunción de elementos que se dan en los patios andaluces auténticos, herederos de una forma de entender la vida que escoge lo más perfecto de romanos, árabes y cristianos en los últimos dos mil años, es de feliz armonía y se adapta a este clima nuestro de calores tórridos en verano, de fríos húmedos que calan en invierno, y de luz radiante siempre.
Casa en callejón del Agua

Patio en la calle Cruces


Cass en la Calle Guzmán el Bueno


Los patios del viejo Hospital, son un puro deleite, como lo son los del antiguo convento de la Merced, donde hoy disfrutamos del más hermoso (aunque dejado de la mano de las administraciones) Museo de Bellas artes del mundo. Allí es donde está el mejor Murillo. Entrar en la antigua y monumental iglesia repleta de cuadros maestros es una experiencia inigualable. Muchos que ahora verán estos dieciséis cuadros de esta exposición, tal vez no hayan visitado nunca el otro museo dormido.

Patio del Museo del Museo de BBAA. Convento de la Merced desamortizado

Antigua iglesia del convento
Entrar en los Venerables da que pensar y visitar la exposición es un ejercicio de melancolía.
Cuanto se ha perdido por incuria, avaricia, especulación. Cuanta Sevilla destruida por la ignorancia, la incultura, el odio…
Son muchos los conventos deliciosos desaparecidos. Patios como estos o los del Antiguo Convento de La merced, o incluso mejores, ya no existen. El espléndido convento de San Francisco, el de San Pablo…grandiosos llenos de obras de arte y belleza insólita, los destruyeron salvajemente.
Los franceses primero (el mariscal Soult, de infame memoria, para ser exacto) la malhadada desamortización (con el “inteligente” Mendizabal a la cabeza), la triste “Gloriosa”, los rojos en la “añorada” República, con su quema de iglesias y conventos, y por último la especulación inmobiliaria de los años sesenta y setenta, se llevaron por delante gran parte del alma de la ciudad.

Ahora nos tenemos que contentar con ver de prestado obras sevillanas que están desperdigadas por los museos del mundo (otras ni siquiera han tenido esa suerte).
Pero entremos, entremos…
Lo primero que hay que destacar es que la mirada de Murillo es benévola, compasiva y piadosa. A un paso de la dulzura ramplona. Pero ahí se queda. He ahí el genio. Esto explica que sus infinitos imitadores, nos hayan empalagado hasta el extremo. Las estampitas y cromos nos hastían. Pero ver a Murillo en vivo nos reconcilia con el maestro. Es pura verdad, pura bondad, pura naturalidad. No es artificioso, ni impostado, sino de una deliciosa belleza. Huye de lo feo y lo desagradable y hasta la pobreza cubre con un manto de dignidad, con un fondo de alegría. No es que huya de la cruda realidad es que para él la realidad no es nunca tan cruda. (Y sabía de dolor y de angustias, había perdido tres hijos de una sola vez en la terrible peste de 1649, que no diezmó la ciudad, sino que la dejó literalmente en la mitad)
Es un genio sin paliativos, un creador de tipos y figuras que forman parte irrenunciable de la memoria colectiva de la cultura de occidente.
Su técnica es perfecta en estos cuadros en que ya ha alcanzado su plena madurez, su pincelada es suelta, creadora de unas atmosferas vaporosas y sutiles…donde las líneas se difuminan tenuemente degradándose con suavidad. Los colores, aunque vivos,  se armonizan amigablemente, sin sobresaltos, sin estridencias...
(Se me hizo tarde. Continuara...)


Patinillo de los Venerables y Manolito

 

martes, 27 de noviembre de 2012

Ayer, otra vez redonda


Cantando bajo la luna
llena la chicharra
el silencio

Murillo y Justino de Neve I


El domingo pude asistir a la exposición de Los venerables sobre Murillo. ¡Por fin!
Fui andando desde casa, callejeando, y explicando a los niños la vida de Murillo, su relación con el canónigo, su vida…
Nada más salir pasamos por la Parroquia de San Isidoro, allí se bautizaron dos de mis hijos ya que es mi parroquia y allí mismo rezó Murillo, pues algunos años de su vida fue feligrés de la misma.


Parroquia de San Isidoro


Setecientos años de culto, devoción e historia se acumulan entre sus muros. Allí vería el pintor la esplendida pintura de Roelas que preside el retablo, se arrodillaría ante la Virgen de las Nieves, de época del Rey Santo, y quizá también bautizaría a algunos de sus diez hijos.
Sólo le sobrevivieron cuatro. Curtidos en el dolor debían de estar la gente de aquellos siglos. Soportarían la muerte con gran fe, resignación y trascendencia. Esos niños muertos al poco de nacer quien duda que están inmortalizados en sus lienzos, entre los ángeles que sostienen a sus Inmaculadas, o entre los pílluelos que comen o juegan en las calles. Esa ternura, esas ingenuidad, esos cuerpos sonrosados, ¿de donde los iba a copiar sino de entre los de su propia sangre?
Murillo fue, en el buen sentido de la palabra bueno. Cuando su esposa muere de parto a los 41 años, el pintor se dedicará a su familia, a su obra y llevará una vida ejemplar, colaborando con hermandades de ayuda a los pobres y guardando fiel memoria de aquella. No volverá a casarse.
En la cercana Iglesia de San Nicollás aproveché para admirar el cuadro de la Santa Cena, que no robó el Mariscal Soult por ser tenebrista y estar oscurecido por el tiempo. Pertenece a Santa María la Blanca cuya restauración está concluyendo.


Impresiona verlo tan cercano, a nivel del suelo, y sin gente, ni molestias. Apenas nadie sabe que está ahora allí.


Pasamos por la casa donde vivió Justino de Neve. Mágnifica casa sevillana, de frescos patios, mármol, fuente y amplias estancias.

Casa del canónigo Justino de Neve


 Las ruedas de molino que se incrustan en el zócalo, material de acarreo, tal vez molieron el trigo de aquel pan que comieran los patricios de la Híspalis romana, el que consagró San Isidoro o, quizás, el que amasaba Itimad para el poeta Almotamid.
Es fácil imaginar al inteligente canónigo, caminando con sus amplios ropajes, por entre las callejuelas. Murillo le escucha, mientras le explica entusiasmado el proyecto iconográfico de  la Iglesia de Santa María la Blanca, a la que se dirigen. Un esclavo mulato les sigue, portando rollos y planos, bocetos y dibujos.


Iglesia de Santa María la Blanca (en restauración)


Atisbando patios y cancelas, portones y conventos se llega al Hospital para ancianos y venerables sacerdotes. 

  Rejas, azulejos, agua y naranjos nos esperan y dentro los cuadros del pintor amable y genial, que han vuelto tras los siglos a la ciudad que los vio nacer y de la que nunca debieron salir.




Patinillo interior (los Venerables)


Patio Principal del Hospital de los Venerables
(continuara...)

jueves, 22 de noviembre de 2012

El perito asombrado

De nuevo vino un técnico, ahora el de la compañía de seguros del vecino. Duelo de peritos.  Estaba sólo con los dos peques. Lo recibí en el Gran Hall del ala Este, totalmente vestido de mamarracho, porque pensaba ir a recoger a Manolito del entrenamiento de futbol, haciendo footing. Mis  vestiduras deportivas no son nada fashion, es más son recicladas, un bañador viejo, una camiseta y una sudadera que un brasileño dejó abandonadas en un apartamento de mi madre debido al exceso de equipaje y que yo no dudé en apropiarme. El inquilino, todo hay que decirlo era doctor en algo y estaba complementando sus estudios y algunas cosas, es cierto, eran digamos, tan brasileiras que no me atreví a llevármelas, pero una sudadera, (el nombre se la trae) no es más que una sudadera por mucho que las haya de marcas marquísimas. Mira que recibo cada temporada una invitación con el nuevo catálogo de Loewe, que no me molesto en abrir, pero seguro que tiene ropa "casual” y chándales ideales para primavera, verano, otoño e invierno para deportistas de “élite”. Pero ni por esas. A ver si me notifican que me ha tocado un bolso de piel de gamusino, y lo vendo por no menos de dos mil euretes.  Reyes, por ahora que se conforme con los de Zara, o todo lo más, elevando un poquito el nivel,  vamos a dejarlo en Üterque,...
Pero a lo que íbamos, las zapatillas, "los tenis" como dicen por ahí, los botines como decimos por aquí, no sé ni de quien son, quizá de algún sobrino de Reyes, (eso sí, son adidas blancos con tres rayitas azules, como los de mis tiempos y me están bien si encojo algo los dedos) y los calcetines de los gitanos de Sanlúcar, diez pares a un euro... con un logo imitación de la victoria alada, oséase, falso Niké… 
De esa guisa tuve que abrir la puerta. El perito iba encorbatado. Cruzó mis aposentos personales para pasar a la zona de baños y spa. Mi ropa ligeramente desordenada, encima de mi lecho, (es decir hechas un gurruño, que no se entere mi santa esposa.).
Inspeccionada las “zonas húmedas” parece que no hay que abrir, no se ve nada extraño en mi sala de baños, quizá se solucione con una simple laparoscopia. Que los técnicos se entiendan...
De nuevo en el Gran Vestíbulo, mientras terminada de darle mis datos, mi hija Pilar apareció diciendo a grito pelado ¡¡limpiaameee!! en posición de decúbito prono y con su hermoso y sonrosado trasero al aire. El perito no dijo nada, yo tampoco, aunque la niña insistía e insistía cada vez más desaforada. Por fin se fue. (En qué pensaría mientras yo le daba la mano “deportivamente" y mi hija rugía, prefiero no adivinarlo) Al final acudí a los requerimientos perentorios de la pequeña salvaje y le iba advirtiendo que es de mala educación salir del cuarto de baño a las zonas nobles de la casa, sin ropa interior, con el trasero en pompa y gritando cuando los peritos de las compañías de seguros ajenas vienen de visita, y dada las circunstancias, aproveche para darle un azote conminatorio en salva sea la parte, que tenía tan a mano, a lo que ella muy digna (lo que aprenden estas chica en el cole) me respondió: "no se pega, hay que respetar" (Sic).
Bueno pues, seremos respetuosos mientras podamos…

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Altamente recomendable

Acabo de terminar "Lo que ha llovido", libro de Enrique García-Máiquez. ¡Excelente¡   Se trata de una compilación de su blog "Rayos y truenos" de 2006 a 2008. Son entradas cortas, heterogéneas, sobre su vida diaria, temas de actualidad, poesía... Como ante todo EGM es poeta, unas gotas de lirismo lo impregnan todo, como es un  optimista irredento, el buen humor, nos hace sonreir a cada página. Dicen que todo depende de la mirada, del cristal con que se mira. Aquí el cristal está limpio y claro.
Se pasa un buen rato cada vez que abrimos sus páginas y ademas nos sugiere ideas, reflexiones, que deja abiertas al lector. Son como aguijonazos, al intelecto a veces, al corazón otras. Pistas para descubrir más. El que quiera hacer un buen regalo esta navidad ya sabe. Mejor adquirir el "pack" completo, esto es, también "El pábilo vacilante" (que aunque posterior, leí antes) y que es estupendo: http://compostela.blogspot.com.es/2012/05/el-pabilo-vacilante.html
La deuda con Ángel Ruiz, es grande, merece nuestro agradecimiento, su blog, magnífico, increíble, ha sido el instigador o precursor de EGM.  Desde aquí, recomieno vivamente visitarlo:¡verán, verán!:

http://compostela.blogspot.com.es

D. Javier, "Zaqueo" (otro pedazo de blog: http://javiervicens.es/lo-que-ha-llovido ) y yo hemos coincidido leyendo el libro, aquí está su referencia, más atinada que la mía, para el que quiera leerla.

¡Recomendar tanto bueno en estas pocas líneas es un gustazo!

domingo, 18 de noviembre de 2012

Y como estas miles...

¡Pilaaar, pincha las patatas con el tenedor!. Y Pilar (cuatro años) obediente coge las patatas con la mano izquierda las pincha con dificultad en el tenedor, que empuña con la derecha y se las lleva a la boca.

Del diccionario de Santiaguito (cinco años): Papá mira cuantos "árgoles", dejame coger las hojas del otoño que tengo que llevarle a la seño.
No salgas ahora del coche que te vas a mojar.
¡Que vaa, papá, no llueve! ¡Sólo están cayendo "botitas"!

viernes, 16 de noviembre de 2012

Una tarde tonta

Ayer que tenía una tarde tonta por delante (rara avis, no estaba planificada) y no estuvo mal. Dormí un poco la siesta, de la que me despertó, y se lo agradezco el perito de la compañía de seguros, al que tuve que acompañar a la casa del vecino para ver unas humedades que al final no existían. Reyes se llevó a los pequeños a "devolver" a otro que había comido en casa. Y Reyitas se quedó con mi suegra, que también había venido a almorzar (hubo overbooking). Aproveché y me fui a correr, sólo veinte minutos, no creáis, aunque dada mi vejez avanzada debo "calentar" antes, pues si no me da un tirón a la primera zancada. Oh tempos en que hacía deporte a lo salvaje y sin tantas tonterías.
Eso sí, correr por la Avenida a las seis de la tarde es ir saludando a media Sevilla. Después me llegaron comentarios al respecto. (La próxima vez iré con burka) Esquivo al tranvía, veo la Catedral, los jardines de Murillo y regreso por las callejuelas, Aire, Pimienta, Vida, Santa Teresa...hasta llegar a casa.
Ahora tenía a dos a mi cargo, Manolo y Santiago, mientras Reyes acompañaba a su madre de vuelta a casa. Los bañé rápidamente y me los llevé a misa de siete a la Capillita de San José, (qué gozada barroca). Había una misa  por los fallecidos del Círculo de Labradores. Mira por donde pues, también en memoria de mi padre. Me alegré de coincidir. Por suerte para mis dos potros (que arrastraban las sillas plegables sin cesar) no fue larga y me dio tiempo al regresar, de coger la bici e irme al Convento de Santa Clara a un recital de poesías que organizaba la editorial Vandalia. El sitio es único. En una sala, no sé si antiguo dormitorio o refectorio, los poetas invitados recitaron, bastante bien por cierto. Como llegaba con una hora de retraso pensé que casi estaría terminado, pero no, al contrario, tuve la suerte de librarme de la mesa redonda y de escuchar a todos los poetas. Estos estaban en una mesa delante de una gran cruz que presidía, en los frescos recién restaurados, de fines del XVI pienso,  rodeada con todos los símbolos pasionistas: el gallo, la mano, la caña, los clavos, la esponja, las monedas, la palangana y una gran leyenda, In cruce triumphans. Mors morten superavit... Muy sugestivo, ¿no?
Vicente Gallego, Nuria Barrios, Álvaro Salvador... Se creó un ambiente sutil. Muy emocionante los versos de Juan Cobos Wilkins, dedicados a su madre, con alzheimer.

Porque me sujetas, por tí,
me tendrá que esperar la tierra.

Recitó Nuria Barrios como final de un poema de amor.

Y a las nueve y diez estaba de nuevo en casa, donde cené un salmorejo de elaboración propia, y unos pimientos rellenos, de factura materna, umm!

Los niños a la cama. Tuve que tragarme diez minutos de una serie horrenda de teenagers para controlar si tiene o no dos rombos (qué antiguo) y dar mi aquiescencia a que pueda verse sin mi presencia. (Gajes del oficio). A rezar y a dormir todos.
Reyes  madre, terminó de brujulear por la cocina acabando la comida de mañana.
Me disponía a ver dos capítulos de "El ala oeste de la Casablanca". Para picotear, unos dátiles que compré en el Supersol y una copita de una botella de Carlos I, que me regaló mi hermano y que a su vez a él (médico) le regalan. Esta serie me la va prestando un amigo que me la recomendó y me dosifica por capítulos. Voy por el sexto. Me ha sorprendido, tienen unos diálogos  chispeantes e ingeniosos y es bastante “sana”. Vamos que estamos enganchados. Unos más que otros, Reyes se durmió a mi lado nada más empezar...
A las doce menos veinte ya estaba en la cama. Qué pena que no lloviese fuera. Era lo único que faltaba.

y así fue de tonta mi tarde...
                                    
Pero antes de darle a la tecla me pregunto… ¿Y esto a quien le interesa?  
A nadie, eso es cierto.
¿Para qué le doy a publicar, entonces?
Bueno, no pasa nada, quillo,- me tranquilizo- a nadie se le apunta con una pistola para leerlo y a lo mejor nadie lo lee.
¡Po palante entonces!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

En busca del tiempo perdido

Los plátanos estaban demasiado maduros y como aquí no se tira nada, y menos ahora en que me sobra mes al final del sueldo, mi mujer le añadió zumo de naranja e hizo unas papillas de frutas como las que tomaban cuando los niños eran bebés.
Manolito al probarlo, a Proust le surgieron seis tomos de una magdalena, se le vino su larga vida a la memoria (siete añitos) y exclamo ante el asombro y las carcajadas de su madre y mía:
                                                         ¡¡OSTRAS QUÉ RECUERDOS!!

lunes, 12 de noviembre de 2012

Al pan, pan y al vino...

A la unión estable de parejas homosexuales deben reconocérsele efectos jurídicos. Los que permitan proteger sus derechos e intereses de acuerdo con su función y su encuadre en la sociedad.
A los matrimonios también.
Está claro que la función social de unos y otros es distinta, de ahí que deban tener derechos y deberes distintos.
Por poner sólo un ejemplo: ¿en base a qué debe tener un homosexual derecho a una pensión por la muerte de su pareja? Hombre si hay dinero de sobra, me parece muy bien,  pero no es el caso...  ¿Por qué razón la muerte de un hermano no genera una pensión para el supérstite en el caso de que hayan vivido juntos  y solteros toda la vida?  Yo tengo tías abuelas solteras que han convivido hasta su muerte en amor y compaña. ¿Hay alguna diferencia con una pareja homosexual? Y me refiero a una diferencia que permita discriminarla con respecto a otras parejas estables (lo recóndito de la alcoba, precisamente por respeto a la intimidad, no puede, ni debe ser un criterio)
Si se generaliza la poligamia en un futuro (por ejemplo porque la sociedad se islamice) habrá que regular sus efectos, claro está, por razones de seguridad jurídica,  pero ¿le llamaremos también matrimonio? Como poder podemos, pero no lo es. Yo puedo llamar al pan, pan y pan al vino, pero que lío entonces.

Dejo aquí el enlace al blog que me ha sugerido esta entrada. http://egmaiquez.blogspot.com.es/2012/11/el-fuero-y-humpty-dumpty-o-sea-el-huevo.html (este blog merece ser seguido, es, literalmente, magistral)

Añado hoy el enlace a un escrito del Obispo de San Sebastián. Mon. Munilla, que parece que me ha leído el pensamiento y que se explica bastante bien: http://www.enticonfio.org/enticonfio095.pdf

martes, 6 de noviembre de 2012

MIDDLEMARCH. 1874. George Eliot. Seudónimo de Mary Anne Evans. (Astley 1819 - Londres, 1880)

Acabo de terminar este pedazo de novela.
¿Qué porque me ha gustado?
Porque está muy bien escrita, porque refleja “la vida de provincias” de la Inglaterra del primer tercio del XIX con fidelidad al ser un relato de una coetánea. Porque la autora es inteligentísima y audaz. Porque es sarcástica y sutil (que no cínica).  Porque nos hace disfrutar con su ironía y buen humor. Porque nos acerca a sus personajes, con los que trabamos a la postre una relación de amistad. Porque describe la naturaleza humana divinamente. Porque se introduce en las acciones sublimes, mediocres, mezquinas, de la gente y nos entrega un retazo de la realidad de entonces perfectamente trasladable a cualquier época, ya que los resortes psicológicos que los mueven son por humanos, intemporales. Porque es un novelón larguísimo de los que ya no se estilan. Y sobre todo porque derrama una mirada piadosa sobre el mundo. Describe el mal y el bien, que distingue sin marearnos con medias tontas. No es moralista ni hipócrita y deja entrever un optimismo compasivo (que hartura del “sinsentido de la vida”) destacando los valores y hasta el heroísmo de vidas aparentemente ordinarias. Se podrá decir que algunos de sus personajes (Dorothea, entre otros) son excesivamente virtuosos y que eso no ocurre nada más que en casos fuera de lo común. Y efectivamente, son ejemplos escogidos, pero no falsos. La autora describe personajes extraordinarios, que además sólo lo son a los ojos del lector, que conoce las motivaciones excelsas de sus acciones. Son admirables en su interior, sin aspavientos. Los ciudadanos de Middlemarch, en su confortable medianía moral, nunca llegarán a conocer la elevada categoría humana de algunos de sus paisanos. En definitiva, espléndida, léanla los que tengan la suerte de no haberla leído aún.

sábado, 3 de noviembre de 2012

¡SÓLO ANTE EL PELIGRO!

La mañana del sábado puede ser mortal. Estoy en fase de superarla. Ya son las doce cuando esto escribo.
Mi mujer trabaja hoy en la farmacia. Los sábados no tenemos ayuda en casa. Cinco fieras están dispuestas a acabar conmigo. Necesitaría una caja de transiliums pero no la tengo a mano.
Me mentalizo. Hoy voy a ejercer las obras de caridad. Enseñar al que no sabe, vestir al desnudo, corregir al que yerra, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento…
Tengo por delante siete camas sin hacer, seis desayunos, con sus tostadas, cola caos, etc.…
Unos quieren mantequilla, otros patés, otro aceite. Santiago y Manolo se pelean, mientras suenan los dibujitos de fondo, alguien ha cambiado de canal ante la furibunda negativa del otro. Hoy no se ha derramado la leche, qué suerte. Vacío el friegaplatos de ayer, limpio la encimera y la mesa de migas y restos diversos. Lleno de nuevo el friegaplatos. Todo queda recogido. Barro el suelo.
Reyes tiene que repasar el inglés, Manolito matemáticas, Ignacio flauta travesera. Pilar ha de, poner su nombre varias veces y el número de lista de clase, el 27 y Santiago, que es buenísimo se conforma con dibujar…
Mientras enseño el do  y el does y las negativas e interrogativas, Manolo tiene dudas sobre las restas y los paréntesis. De fondo he puesto las variaciones Goldberg, a ver si se amansan las fieras, mientras escribo esto suena un concierto para piano de Mozart y un balón de futbol en el salón.
Me llama mi madre, ha muerto una querida amiga de la familia, ya muy anciana. Paro el inglés y rezo un padrenuestro. (Rogar a Dios por los vivos y difuntos) Continúo. Doesn´t she likes?
Los mayores se van vistiendo solos.
Tengo que preparar la comida, pollo con cous-cous. Ignacio pela las cebollas, las zanahorias y lo pone al fuego. Corto los trozos del pollo (he de descongélalo en el micro antes) y todo se pone el fuego con muchas especias, y vino (por cierto voy a echarle un ojo en este instante) Va bien. EL cous- cous se hace en un momento. Le tengo cogido el truco.
Las camas las he ido haciendo entre una cosa y otra. Yo sabía hacerlas muy rápidamente antes de casarme. Pero el sistema de mi mujer es distinto, no vale con echarla colcha por encima y tapar una maraña más o menos arrugada. ¡No! Se requiere deshacer todo, estirar, cual cirujano estético, y ni una arruga. Ya casi lo consigo. Los  bordados de flores y los encajes de las sábanas han quedado impolutos. Ah, al levantarme me puse una vieja camiseta y he hecho entre tanto algunas flexiones para desentumecerme.
Ahora me voy a duchar y ya que está la casa recogida nos vamos, aleluya, a dar un paseo. Me gustaría ir a la exposición de Murillo que me coge cerca, además los niños no pagan, pero no sé si atreverme con todos…
Me acabo de duchar, son las 13 h. Voy sin afeitar, pero bueno, esta tarde lo haré. Tengo la fiesta de cumpleaños (40) de mi hermana.
Aún quedan algunos pijamas sueltos aquí y allá, los recojo, y un caballito y una comba.
Me voy, que los mayores me esperan abajo en la plaza. Me llevo el libro por si acaso. Me quedan escasas páginas de Middelmarch. ¡¡Qué novelón!! No quiero ni acabarlo. Cuanto estoy disfrutando. ¿Me dejarán abrir el libro? Veremos…
Por hoy ya he cumplido con las obras de caridad

viernes, 2 de noviembre de 2012

1, 2, 3...

Pilar está aprendiendo las vocales y los números a la vez. Creo que no lo está asimilando como debiera. Al ver el calendario, en el que el número uno era un palito, la escucho como va contando: i, dos, tres... y cuando llega al 10, continúa: i cero, i dos, i tres...

lunes, 29 de octubre de 2012

Tempus fugit

Si cuando tú leas esto
ya me he muerto
(seguro, pues la vida
dura lo que el instante en el que escribo)
piensa que también fui 
yo como tú

y como tú pensé
que era la muerte
aquello que le ocurre a los demás

pero ser es capricho
fugaz
como la estrella
que súbito se va

entre la nada y todo
el batir de las alas
de un insecto minúsculo
un parpadeo silente
-estaba, ya no está-

y las letras que escribo
perdurarán más tiempo
que el pálpito cálido
que me habita

y aunque llenas de oxido
ahí estarán escritas
en papel polvoriento
o en un archivo viejo de un pc.

y yo ya me habré ido
y tu estarás
escuchando los ecos
de una tarde soleada
que se fue
de un latido lejano
que cesó.

Mi hermana pequeña

Es joven y muy guapa, mi hermana Pilar, la menor de los cinco,  y como siempre la que mejor se lo monta. Desde pequeña nos hemos reído con ella a carcajadas, y así sigue.
Ayer llegó de Roma. ¡Lo bien que se lo había pasado!  Y me contaba cómo  disfrutaba cogida de las manos de Benedicto XVI. Ella y otras de su grupo veían como al Papa le temblaban los hombros de la risa. Es que somos como niñas, se excusaban. Todos somos como niños les respondía él feliz.
Mi hermana es monja de clausura y ha estado en Roma los tres últimos años en un pequeño convento que hay en los jardines vaticanos. La semana pasada se despedían del Papa tras el ángelus del domingo, en su apartamento privado. Ya regresó a Sevilla.
Ayer la vi tras las rejas.
Como siempre, muerta de risa, es la que mejor se lo monta.

viernes, 26 de octubre de 2012

THAIS

Ayer fué el estreno de Thaís de Massenetet en el Teatro Maestranza.
Brillante representación en todos los sentidos.
Un acierto el trabajo de la escenógrafa Nicola Raab y el traslado al decandentismo propio de la época en que se compuso. http://www.diariodesevilla.es/ocio/article/galeria/1382642/thais/imagenes.html

Las voces magníficas: Plácido Domingo, un lujo que vuelva a Sevilla, en su papel de barítono justifica su merecida fama y Nino Machaidze tiene una voz clara, cálida y untuosa que llena el teatro y fascina cada vez que sale a escena, además es guapísima (lo de las sopranos sistemáticamente gordas parece que, afortunadamente, pasó a mejor vida) y otorga verosimilitud a su personaje. La orquesta bajo la dirección de Halffter sonó maravillosamente, cuidando todos los matices, sin caer en la blandenguería dulzona.

El día anterior presentamos la ópera (una especie de mesa redonda) en el propio Teatro, Pedro Halffter y yo. A pesar de las críticas de música meliflua y facilona, el maestro confirmaba la dificultad de llegar a componer eso que parece "tan fácil". Por mi parte realicé un "montaje" con la célebre "meditación" de fondo y unas imágenes de obras plásticas (prerrafaelistas, orientalistas, Ingrés y todo eso) que se relacionaban con el esteticismo propio de la época y música de Massenet, a la vez que reflexionaba sobre esa lucha entre materia y espíritu que se plasma en el argumento y el carpe diem que preconiza la perdida Tahis del primer acto.

Aquí dejo la bellísima meditación del segundo acto, que no por ser muy conocida deja de ser impactante.
http://www.youtube.com/watch?v=LasbhkKzfOo&feature=related

martes, 23 de octubre de 2012

Niebla en Portugal

Cuando llegué el pasado viernes a Alcoutín para una ponencia, el pequeño pueblo portugués estaba rodeado de niebla y encima, conocedor de que llevan una hora de diferencia llegué, equivocadamente, una hora… ¡antes! (que sumaban dos).
Tan temprano, el castillo, donde se celebraban las jornadas,  en lo alto vacío, todo gris, ni un alma... ¿Dónde está el pintoresco  pueblo que me dijeron? ¿Donde el rio que lo cruza? Incomunicado, el móvil no tenía cobertura fuera de España, ni internet. La pequeña iglesia encalada cerrada a cal y canto, los cafés con las sillas apiladas aún. Todo gris, húmedo y brumoso.
Yo sabía, porque me lo habían dicho, que tras la espesa niebla había un gracioso paisaje, que desde las murallas debería verse el pueblo, y las barquitas de colores y España al otro lado.
A mediodía lo comprobé con mis propios ojos. El cielo estaba contento, por limpio y fresco, y lo gritaba al aire azul y a la tierra y al campo y al río y las casitas blancas que se arremolinaban felices en las laderas a ambos lados del agua.

A veces sólo la fe nos salva. Aunque sólo veamos nubes, hay que creer. Tengamos la certeza entonces de que hay una realidad oculta y bella, ahí, muy cerca, que casi podemos tocar y que veremos tal cual es cuando se disipe la niebla

lunes, 22 de octubre de 2012

Más simple que un cubo (o que un balón de fútbol)

Me escribe la profesora de Manolo: "le he corregido el control de lengua, no es que lo haya hecho mal pero me ha dejado preocupada. Tenía que completar oraciones con un verbo, una de las oraciones era la siguiente: Los maestros.........  a sus alumnos en el colegio, el verbo correcto era enseñar y el lo ha completado con el verbo PEGAN, no sé porque ha puesto eso...”

He soltado la carcajada cuando lo leía, y es que Manolo no se complica mucho la vida, la respuesta es “gramaticalmente” correcta y punto, no se le ocurriría otra cosa. Él con una pelota en el recreo es feliz. No existe ningún trauma, no…

martes, 16 de octubre de 2012

"Do ut des"

Los hijos son un don, que verdad esta tan certera, que además nos regalan cosas constantemente. Es admirable como nacen con su individualidad propia: Como toda persona, son  irrepetibles, únicos, distintos, y además te transforman para bien. Me he descubierto ilusionado por ver esta tarde ¡un partido de futbol! España-Francia, que a mí me importa- me importaba- lo que se dice un...ardite.
No que estoy descubriendo a la vejez la pasión por el deporte. ¡Quién lo dijera! Pues nada, nada, que esta noche me veo sentado frente a la TV, como uno más de millones de españoles (¡anda ya ese esnobismo de ser diferente!) con una cervecita y  Manolito vestido de colorado, gritando: ¡España, España!

sábado, 13 de octubre de 2012

Sábado de octubre


En la azotea cae la tarde. Desde la plaza llega el acordeón de unos rumanos, con su aire tristón. Reyes y Manolito juegan al futbol  con una pelota de tenis. Las porterías dos macetas . El sol poniente convierte la pantalla en un espejo, donde veo las campanas de la torre y mi imagen fantasma sobre estas letras, con el pelo alborotado y el polo azul. Los demás niños están abajo jugando plácidamente. ¿Plácidamente? Al menos por ahora no escucho gritos, ni llanto. Bendito sea Dios. Los pájaros, que hicieron sus nidos entre los pináculos de la iglesia de piedra, trinan despidiendo al día. Y mi mujer me va contando las reformas que hará en esta, nuestra casa, “cuando tengamos dinero”. La pantalla, claro, me devuelve la sonrisa.

martes, 9 de octubre de 2012

Y vinieron las lluvias...

Nunca me ha gustado el otoño. Qué triste los días cortos, de nuevo el colegio, los deberes, los exámenes, la lluvia, la televisión encendida...
El verano era la libertad, la piscina, las vacaciones larguísimas,  los días eternos, la playa, la falta de horarios, acostarse tarde, levantarse sin prisas, las niñas, los viajes, leer hasta las tantas, montar en bicicleta, el cine de verano…
Eso era antes, ahora me encanta el otoño, este año estoy paladeando, creo que por primera, vez esta estación de paso.
Las vacaciones son cortas, el calor insoportable, los días no se acababan nunca…
¡Vaya resulta que me estoy haciendo viejo! Lo cual no está nada mal, a ver si así me hago más maduro, más reflexivo, más sosegado, más ecuánime, más tolerante, más sereno…como el otoño; con esa luz difusa de los atardeceres, que ahora aprecio como el oro, con los días avaros que invitan al recogimiento. Con la lluvia que serena el ánimo y difumina los perfiles y convierte el paisaje en una acuarela plateada. ¡Qué ganas de quedarse en casa refugiado  en la falda de camilla! ...ver a través de las ventanas la cúpula brumosa entre el humo del puesto de castañas y los adoquines mojados y el chapoteo de los coches al pasar y los faros reflejados en los charcos, en el asfalto brillante, en los escaparates de la noche, y mi libro esperando, y la lamparilla encendida junto al balcón...
Nota: todo esto sólo se hará posible cuando los niños estén acostados  y aún se conserven fuerzas  para seguir despierto. Grado de dificultad: ED (extremadamente difícil)

viernes, 5 de octubre de 2012

Otro juez imbécil

No se pueden hacer juicios de valor, personales, en el cuerpo de una sentencia. Estas deben ser perfectamente asépticas, sin que se note la personalidad de este o aquel juez. Se supone que todos ellos imparten Justicia y que al aplicar las leyes debieran ser intercambiables y llegar a la misma conclusión, unos u otros. Siempre me ha parecido un error nombrar a los jueces por sus nombres cuando se informa sobre una sentencia. Debiera dar igual quién es el juez.
No hay nada mejor para ir destruyendo la justicia que un juez estrella. ¡Pero, ay, España y yo somos así, señora!

jueves, 4 de octubre de 2012

Que nadie se entere

Ilusionadísima a la salida del colegio:

¡Papá, estoy haciendo una estrella y es un secreto, no se puede decir...!
Pero, ¿entonces por qué lo dices?
Porque es un secreto y no se puede decir.
¡Ahh!

miércoles, 3 de octubre de 2012

Revés

Pues no me da la gana
de hundirme.
Con dos dedos
alargo la comisura de los labios
y...sonrío.

lunes, 1 de octubre de 2012

Noche de lunes

Acelerando
vuelvo la esquina con prisas,
me desarma de frente
la Luna llena
¡Que no se abra el semáforo!

Vida retirada

Con cierta envidia, estoy leyendo una compilación de las colaboraciones que Eugenio d'Ors publicaba semanalmente en un periódico en la sección de  "Gran Mundo". Ese sólo nombre lo dice todo. Es de una exquisita e ingeniosa frivolidad.
Digo con cierta envidia porque no acierto a comprender como podía estar en todos lados a la vez: en la inauguración de exposiciones de vanguardia, en la recepción de una embajada, en las aristocráticas fiestas de los dorados palacios madrileños de la belle epoque, entre artistas de prestigio, esquiando en los Alpes... Se carteaba y codeaba con artistas e intelectuales españoles y extranjeros... y además escribía, y bien, y daba conferencias y viajaba por el mundo...
Y yo, mientras parto cebolla en la cocina y me salta en los ojos, mientras le pongo el pijama a los niños y limpio la nariz a la pequeña, pienso en esa vida regalada y hermosa.

En el sofá Pilar se ha dormido, su pie descalzo descansa sobre mis rodillas, le beso la planta y sus dedos, todavía de recién nacido, sobresalen encogidos, como una hilera de garbanzos asustados, (cuando se estilizan, oh, ya dejan de ser bebés), y me cosquillean bajo la nariz. Entonces ni las perlas irisadas de las más bellas damas me enturbian el pecho, ni los dorados techos en jaspes sustentados y todo eso...

martes, 25 de septiembre de 2012

A vueltas con Mahoma

Bendita libertad de expresión, sí, pero... este derecho no es absoluto.
Ahora bien, dejemos a los tribunales que  determinen en cada caso si su ejercicio ha  vulnerado otros tan respetables como aquel: la dignidad, los sentimientos religiosos, la intimidad, el honor...
Los jueces deberían tomarse esto en serio. La verdad es que a todo el mundo le toca las.... narices que le mienten a la madre.
Esto parece de cajón ¿no? Pues no lo tienen tan claro unos y otros…