lunes, 11 de febrero de 2013

Insólita decisión

La alegría es que no ha muerto y que la elección, siempre ilusionante de un nuevo Papa, se hará sin ese sentimiento de pérdida. La tristeza es que deje el pontificado una persona de la bondad y talla intelectual de  Benedicto XVI. Aunque seguiremos escuchando su voz, ya que se espera que siga escribiendo.
En todo caso su paso por el pontificado ha sido un regalo para el mundo. Su claridad en el magisterio, su esfuerzo en poner la caridad por encima de todo, su lucha contra el relativismo y a favor de la justicia social, su carácter dialogante con otros credos, son un legado del que la Iglesia y el mundo se irán alimentando durante años. Con una honradez intelectual y una  inteligencia extraordinarias ha creado un corpus doctrinal que nos enriquecerá por siglos. Esgrimiendo la razón ha luchado siempre contra todo fundamentalismo.

Creo que uno de las razones que más han podido influir en su renuncia es la posibilidad de que un pontífice de una edad tan avanzada como él pueda quedar incapacitado, y con los medios actuales, se alargue esa situación ya sin posibilidad de renuncia, dejando a la Iglesia en una situación delicada, (según he oído, ya ha sufrido algún pequeño ictus y obviamente está mayor).

Por último destacar que, si como dicen se va a un convento de clausura dentro del mismo Vaticano, este lo conozco perfectamente, ya que es el que ha abandonado mi hermana hace escasos meses y precisamente ahora estaba en obras para la llegada de la nueva orden. Es significativo, que para revisar las obras que se iban a emprender, fuese hasta allí, comenta mi hermana, el mismísimo cardenal Bertone. Quizá ya lo preveía,

Por si alguien tiene curiosidad, este conventito, es lo más alejado a un recinto palaciego o conventual al estilo tradicional. Se trata de una modesta y pequeña construcción de dos plantas, de ladrillo visto, supongo que de hará unos treinta o cuarenta años. Allí estaba, creo recordar la sede de Radio Vaticana en un principio y se adaptó a este peculiar convento hace unos años, cuando por decisión de Juan Pablo II, se instalaron allí unas monjas de clausura femenina de ordenes diversas que han ido rotando cada varios años.

Tiene varias habitaciones sencillas, una cocina, y una capilla moderna y agradable, con cabida no creo que para más de quince o 20 personas. Aunque tiene calefacción estaba ahora algo deteriorada y necesitada de reformas. Para hacerse una idea es como un pequeño chalet de los años setenta, de lo más sobrio y humilde que pueda imaginarse. Funcional y sin pretensiones. Eso sí, esta  ubicada en la parte de atrás del Vaticano, en medio de los jardines y a sólo unos pasos de la gruta de la Virgen de Lourdes, donde el papa suele rezar el rosario cotidianamente. Otra consideración, el día elegido para anunciar su renuncia, hoy, es la festividad de la Virgen  de Lourdes, a cuya gruta  cada día pasea y ora.
No tengo fotos ahora a mano. Cuando las encuentra las colgaré, para que se pueda ver de primera mano este convento que, quiza,  a partir de hoy será famoso. Aquí hay algunas realizadas desde la azotea y los jardines que colgué el otro día
http://desdemiazoteaveo.blogspot.com.es/2013/01/guerra-y-nieve-en-el-vaticano.html

Y, continuo, como desde esta mañana vengo haciendo, recitando con gran confianza: Venga a nosotros Tu Reino, y hágase Tú voluntad...

2 comentarios:

  1. Cuando leí lo del convento me acordé de esas fotos y pensé que ibas a ser una buena fuente de información en el futuro a través de tu hermana. Ya se ve que no.

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  2. Una pena, pero mi hermana vino a finales de octubre a Sevilla. Ayer hablé con ella, y me moría de risa, porque conocía y hablaba con gran confianza de todos estos cardenales papables que iban continuamente a visitarlas y dar misa allí, (Bertone, Sodano…) el Papa también fue y celebró una misa sólo para ellas. A lo mejor ya se veía allí en un futuro no muy lejano.
    En principio le tocaba ir a las Agustinas, pero por el tema de las obras se demoró. Ahora pienso que el motivo era otro, claro. Pues de hecho no creo que vuelva a ser ocupado por monjas, ya que es muy pequeño y creo que sería inviable estar el Papa y ellas juntos. Con mi hermana estaban seis monjas más y les venía algo estrecho. Yo he dormido allí en una pequeña habitación que tenían para las visitas y he rezado en la capilla, además de comer una lasaña espectacular en el locutorio, que había cocinado una de las monjas que era italiana. Para mí fue un viaje maravilloso, que hicimos hace poco más de dos años, con mis padres y hermanos, ya de despedida pues éramos conscientes del poco tiempo que le quedaba a mi padre enfermo. Fue muy divertido, y una gozada pasear por los jardines privados, sin nadie y entrar en la Basílica y los Museos por una entrada ajena a los turistas gracias a un "salvoconducto" especial que nos dieron. ¡Quien me hubiera dicho entonces que el Papa iba a vivir allí!

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