Tengo que decir que me ha apenado la noticia de la muerte del orangután, porque era un hombre y no un orangután, a pesar de que ha hecho todo lo posible en su vida para parecerlo. Realmente es triste que no haya vencido a la malhadada enfermedad. Lo siento.
Pero que espectáculo tan lamentable ese duelo del populacho alentado desde el poder. ¿Cómo puede ser dirigido un país con tipos que van en chandal de colores horteras? Es una cuestión estética, mucho más profundo que la mera estética.
¿Donde está la excelencia? ¿Cómo ha podido llegar al poder de una nación como Venezuela un personaje tan chabacano? Qué alejados de la verdadera cultura y del refinamiento al que, quieran o no son herederos de España, de Europa, deberían aspirar. ¿o es que su referente va a ser las culturas primitivas y barbaras de los indios precolombinos?
Ya los ingleses perdieron varios puntos de mi admiración con los excesos en la muerte de Lady Di,
pero de Venezuela me desborda.
Me asusta y me averguenza ese carnaval escatológico, ordinario e indecoroso que he atisbado en las pantallas.
Que nadie me diga que para dar pan a un pueblo es necesario disfrazarse de mono y dar saltos y voces ante los micrófonos.
No es sólo una cuestón estética, no,
No hay comentarios:
Publicar un comentario