sábado, 24 de marzo de 2018

Noche de Vísperas

A esta hora de la noche la ciudad tiembla como los pabilos de las candelarías encendidas de los pasos preparados para salir mañana.
A través de mi ventana veo las vidrieras iluminadas del Salvador donde van entrando los hermanos para la misa de media noche ante las imágenes.
Han tenido que pasar muchos días de intensa preparación para que todo sea perfecto como ahora; han tenido que decantarse muchos siglos para que cristalicen en la maravillas de los pasos montados en el interior de los templos.
Tenemos los sevillanos la emoción infantil de la noche de Reyes, porque mañana estrenaremos la luz de un nuevo Domingo de Ramos. Nuevo, pero tan antiguo como los primitivos hermanos que veneraron estas imágenes antes que nosotros. Llevamos dentro, depositado, el recuerdo de aquellos que las amaron y que reviven cada Semana Santa.
Renovaremos esos momentos íntimos, pues aun en medio de la bulla cada espectador es capaz de confinarse en sí y vivir un instante de sencilla soledad con el Cristo o la Virgen de su devoción.
Oh, inefable Sevilla que te preparas coronada de azahar para la fiesta mas hermosa.
Esta noche previa al domingo de palmas, todos nos estremecemos, como las hojas rizadas de las palmeras del paso de la Borriquita, cuyos candelabros encendidos atisbo a través de mis balcones.





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