miércoles, 3 de septiembre de 2014

Retorno a Benagila






Ayer regresé a Benagila
Cuando vuelvo a este cortijo andaluz en pleno campo llano, rodeado de trigo, de olivos, de horizontes extensos, de nubes sobre los surcos de la sementera, de terrones y polvo, de pinos, de eucaliptos, de galgos, de sol, es como si volviera a tener 18 años…
Benagila es un cortijo antiguo y blanco que desde hace siglos se renueva cada verano con las espigas rubias, cada otoño con las aceitunas prietas del aceite de Minerva.
Seguramente ya las prensarían los romanos, como muestran las toscas piezas de columnas con las que han tropezado los arados y que se hallan colocadas junto a las paredes del gran patio empedrado. Sería lugar de acequias frescas y aljibe, donde descansaban los moros. Había allí una ermita, hoy integrada en el caserío, simple, de piedra y ojiva, encalada. La torre es del XVIII y la capilla de la casa principal, con sus balconcitos para escuchar la misa desde arriba, su bóveda pintada al fresco y su retablo polvoriento, de enroscada madera oscura, con un gran lienzo de la Natividad, húmedo y descolorido...
Cuando doblo la curva en lontananza, apenas elevado, al final de un camino de tierra, se alza bello de luz y cal. Con su gran arcada de entrada, con unos azulejos muy viejos, con letras azules, en los que pone una fecha, y el nombre de la Hacienda; y la torre ancha, cuadrada, con su tejado y su mirador con arcos geminados desde donde se divisa el inmenso llano, el puro campo recio, sobrio, seco, de color gris, ocre, que lo rodea y se difumina en polvo y luz en sus confines.
Ayer volví de nuevo a allí.
Y como siempre, al doblar la curva se me llena el pecho de recuerdos y risas, los ecos de la juventud pasada que resuenan aún entre sus gruesos muros viejos. Atisbos de ojos azules, niñas rubias… baños en la alberca, partidas de cartas, largas caminatas por el sendero…

Ayer volví a Benagila... Después de tantos años, aún conserva para mi, toda la emoción de ayer.


3 comentarios:

  1. Me han gustado el texto y las fotos, ya lo creo. Conozco poco Andalucía, demasiado poco, pero bueno, tú ayudas. Sí conozco lo que describes, que lo haces con la emoción justa, creo yo.

    Un abrazo

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  2. Muchas gracias a ambos. El campo andaluz es muy profundo, de una sobria belleza. Merece la pena conocerlo. Las fotos son del móvil con el cual salen hoy día bonitas fotos a pesar de uno. Gracias de nuevo. Un abrazo.

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