miércoles, 5 de junio de 2019

HOY ANDREA CHENIER



Ayer tuvimos la mesa redonda en el Maestranza, y hoy  se estrena la opera fascinante de Giordano.

Se trata de un espectáculo muy visual, aquí si que habría que aplicar el termino tan usado de "espectacular"… salones palaciegos, cabezas cortadas, pelucas empolvadas, trajes de seda, la plebe sedienta de sangre, las pasiones mas descarnadas, el odio, el deseo, la lujuria y como no el amor… el amor que todo lo sublima, como sublime es la música en esas escenas delicadísimas en que los dos amantes se declaran sus mas íntimos sentimientos en medio de una vorágine revolucionaria de terror y muerte.
El amor que sobrevuela como un el ala de un ángel y transforma la oscura mazmorra en un lugar delicioso, donde los amantes se elevan sobre la mezquindad de la vida real, como ocurre siempre con el enamoramiento, porque el amor es ciego, ciertamente y solo ve lo que quiere ver…
Es una obra donde la rueda de la fortuna gira y convierte al criado en autoridad y a la delicada dama, cuyas manos níveas solo habían tocado las marfileñas teclas del clave de taracea o asido las exquisitas porcelanas de Limoges en la hora del té, en una joven temerosa, huida y en inminente peligro. ¡Ay, la que vivía rodeada de cien lacayos y doncellas que cumplían el mas mínimo de sus deseos apenas atisbado, ay, de la ingenua y bella Magdalena de zapatos de raso, altos tocados de plumas y chales de finísimos encajes como espumas sobre los hombros suaves de nácar. Ahora, la vemos descalza, miserable, tomando un trozo de pan basto, comprado al precio del cuerpo voluptuoso de la criada devota…
Esa tragedia de amor y guerra y venganza y lujuria, de revolución y sincronizados pasos de minué, seguro que nos arrebatará de nuevo, así lo esperamos… no duden, si aun no tienen su entrada en adquirirlas porque la música, la pasión, la muerte, el duelo y la tragedia no les van a defraudar.



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