martes, 12 de enero de 2016

¡Buenos días!

Cuando camino por la mañana, tempranísimo, al trabajo, me cruzo con escasas personas, en unas calles tan estrechas y solitarias a esas horas que se crea una especie de intimidad.
En las ciudades no es costumbre darse los buenos días con aquel que te cruzas, pero cuando casi te das con el hombro del transeúnte, en el silencio de los adoquines, da apuro ni mirar siquiera. Parecemos  zombis.

Hoy he hecho la prueba. Ha dicho buenos días al pasar. De cuatro, tres no me han contestado, y una señora, quizá por automatismo me respondió, sorprendida.

2 comentarios:

  1. Comprendo bien a esos 3 señores, Ignacio. Si alguien me dice "buenos días" por la calle sospecho que es porque me quiere pedir dinero con mejores o peores modales. Después suele ocurrir que sólo te preguntan por una calle o un monumento, pero la primera reacción es de sospecha.

    Espero que no les guardes rencor y que si otro día ellos te dicen "buenos días" les respondas educadamente.

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  2. Bueno, se trataba de unos "buenos días" sin pararse, sólo durante el cruce, como cuando te encuentras a un desconocido en una portería de un edificio, sin alharacas... Te confieso que, aunque resulta extraño no decirlo, más aún lo es el hacerlo. De todos modos, mañana continuaré con mi experimento sociológico. Saludos,

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