miércoles, 23 de abril de 2014


DIA DEL LIBRO

La historia del libro se puede resumir así:

“De la tablilla a la tablet”

Quién diría que tras la original tablilla sumeria acabaríamos leyendo en otra tablilla.
Y en medio, el papiro, el rollo, el pergamino, el cuaderno, el papel de pasta de trapo, el de pasta de madera, la linotipia, la teletipia…Y los griegos y romanos que leían en alta voz, y la escritura corrida sin cesuras, y los monjes pacientes en sus conventos, y los chinos que descubren el papel de hojas de moras, hace ya dos mil años, y los prisioneros de Samarcanda que revelan la técnica a los árabes y como estos lo trasladan por el Norte de África a la Península Ibérica (AL Andaluz) y por esta a Europa, y el raer de las pieles de manadas inmensas para cubrir de conocimientos todo occidente, y los corderos non natos sacrificados para escribir en sus pieles frágiles, delicados libros de horas donde mediten altas damas que pasean por jardines de setos geométricos y la biblioteca de Alejandría con sus miles de recipientes de barro, custodiando los rollos mojados en aceite de de cedro para evitar los xilófagos, y Pérgamo y Átalo I preservando los manuscritos originales aristotélicos y Cicerón que sólo necesitaba una biblioteca y un jardín para sentirse el más féliz de los hombres y la ruptura de las rutas comerciales con la llegada de los bárbaros y el encarecimiento del papiro egipcio, y el orfebre teutón ingenioso que descubre los tipos móviles y se inventa la imprenta, y el cálamo y la tinta de agallas inducidas por insectos en las hayas o el roble, y la pluma de oca y la caña afilada,y el estilete sobre el album, y la escritura de derecha a izquierda, y la bustrofedon, esto es, como aran los bueyes, primero se lee para un lado y luego desde el otro, porque el que escribe siembra y los pictogramas, y los jeroglíficos, y el alfabeto fenicio y arameo, cuyas letras nos retrotraen a los bueyes, las casas, los camellos, elementos primarios de las civilizaciones antiguas, alfa, beta, gamma… y las enciclopedias, y los periódicos impresos, y las novelas por capítulos y los románticos, y los realistas y los naturalistas, y los poetas y los dramaturgos , y… y…y…
Apasionante.
Y hoy tenemos nuestra gran biblioteca, por la que estarían dispuestos a morir muchos de nuestros antepasados, en nuestro pequeño e-book extraplano y ligero, donde caben volúmenes que tardarían mil años en escribir una docena de copistas del Medievo inclinados en sus scriptorium, donde no entraba nunca el fuego para evitar que devorase la ingente obra y sólo se escribía a plena luz del día y se calentaban en los gélidos meses con ladrillos ardientes envueltos en trapos…
En fin, el libro, su historia, su vida, la nuestra, apasionante.
Cuánto agradecimiento…

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