Ayer cumplió Santiago su mayoría de edad.
El tiempo pasa que se las pela. El día que nació fue casi en el coche, sin anestesia, de madrugada. Cuando llegamos al hospital subimos directamente al paritorio y en 20 minutos estaba en el mundo desde entonces este es mucho mejor y no ha parado, al igual que los otros cuatro, de darnos alegrías continuas.
Hoy ese bebe acaba de entrar en la universidad y casi ni lo vemos los fines de semana, se quita la chaqueta y se pone el smoking, (arreglado de uno antiguo del padre de nuestra vecina, que todo se reaprovecha) a veces el mismo día para ir a los múltiples cumpleaños de tantos amigos/as que celebran su años.
Ayer celebramos el evento comiendo todos juntos en un restaurante en Triana, faltó Manolo que está en Bolonia de Erasmus, (bueno hoy está en Cracovia unos días) y después fuimos a felicitar a mi madre que cumplía también años, aunque no dieciocho, pero qué está casi tan bien como si los tuviera.
En fin una alegría. El año que viene la última será la que alcance su mayoría de edad.
Madre mía! Qué rápido todo.
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