lunes, 17 de enero de 2022

VIVA ER BETIS

Que el futbol ha degenerado y es un foco de mala educación lo vemos todos los días. Todo a su alrededor desmedido e inmoderado.

Mi hijo Manolo es un fanático, y ayer fue la gota que colmó el vaso.

Grita, se enfada con el arbitro, se encara con los jugadores... y el resto de la familia lo escuchamos desde todos los rincones de la casa. Inadmisible. 

No hace mucho dio un golpe de rabia sobre la mesa de camilla y rompió el cristal, ayer cuando ganó su equipo bajaba las escaleras como un verdadero cafre, gritando barbaridades en contra del Sevilla, disparado hacia el balcón para gritar enloquecido, pero, ay, resulta que de tanto ímpetu, se dio un golpe en el dedo del pie, iba descalzo, y se le quedo como un acordeón.

Le debió de doler tela marinera. Le dije que yo no le llevaba al hospital, que se buscase él la vida, que era su (falta de) responsabilidad. El pobre insistía, hasta que al final su hermano mayor, que ya conduce (ventajas de las familias numerosas) accedió a llevarlo.

Como yo iba a ver a mi madre, desde su casa, cercana al hospital me acerqué a ver como iba (padre al fin) y allí estaba esperando los resultados de la radiografía: luxación en uno de los dedos del pie.

La médico de familia, jovencita y agradable trato de colocarlo en su sitio. Le dio unos palos, de esos de la garganta,  como en las películas del oeste. para morder ¡qué dolor! yo le cogí la mano, qué lastima daba, y el pobre apretaba mientras le tiraban del dedo y trataban de componerlo. Fue en balde. Al final vino la traumatóloga y con un ligero movimiento lo puso en su sitio, ¡lo que es la técnica y la experiencia!

Espero que todo este trauma y traumatismo le sirva de lección, aunque acto seguido entró en casa de su abuela cojeando y gritando desaforado, ¡VIVA ER BETIS! 

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