lunes, 26 de mayo de 2014

LA MACARENA

La cola salía de la Iglesia del Sagrario, daba la vuelta por las gradas, hacía un quiebro en la puerta del Perdón, giraba por Matacanónicos y llegaba hasta el pie de la Giralda.
¿Cuánto tiempo tardaban en llegar? ¿Dos horas?
Más de dos horas a pie quieto, para estar un instante ante la Macarena y rozar sus manos con un beso.
¿Es eso lógico, es eso racional? ¿No es una exageración, un desbordamiento desproporcionado?
Hay que ver para comprender.
Ayer entré en la Iglesia y allí estaba la Virgen espléndida y llena de Gracia. Delante del altar barroco de Roldán. Y doy fe del milagro. La gente llegaba tras esa larga espera y la mirada de la Esperanza les compensaba de todo, el instante se hacía eterno y borraba lo demás. Gente de toda clase, edad y condición, niños, viejos, chavales, sanos, enfermos, hombres, mujeres…
Era emocionante ver las lágrimas en la cara de la gente enfrentados a la Esperanza.
¡Tras la espera, la Esperanza! ¡Ay, quien me hilvana eso con los hilos cartesianos de la razón pura, de la razón práctica!
¡Que no, Señores, que el corazón tiene razones, que la razón no entiende…!
Y ahí está la Macarena, espléndida, guapa, sublime. Fuerte como la torre de David, hermosa como la torre de marfil, Casa de oro y Vaso insigne de devoción, Estrella de la mañana y Salud de los enfermos y Auxilio de los cristianos y, y, y…
Yo lo vi ayer en el Sagrario de la Catedral, a la que fue Sagrario y Templo del Espíritu esperando en el templo al pueblo de Sevilla.
No hay palabras, no hay razones, pero si una respuesta rotunda y sonora en el gozoso latido, unánime, de los corazones.
El que quiera oír que oiga…
Foto ABC

3 comentarios:

  1. ¿Qué fiesta era, Ignacio? (perdona mi ignorancia).

    Me recordó lo que pasa en Madrid el primer viernes de marzo, cuando la gente está 10 o 12 horas para besar el pie de Jesús de Medinaceli. No tiene nada que ver con mi religiosidad, pero lo respeto como algo auténtico.

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    1. Es el cincuenta aniversario de la Coronación canónica de la Macarena. (Es una salida extraordinaria)
      Hay quien se lleva las manos a la cabeza, por que se saquen los pasos con esa "facilidad". Yo, la verdad, aunque a veces pueda ser crítico, me rindo a la evidencia. Visto la devoción de la gente y el bien que seguro que hace a su paso por las calles de Sevilla, no puedo por menos que estar de acuerdo, con la iniciativa. No te puedes imaginar cómo está la Ciudad, cuantos miles de personas han salido a la calle para verla. Esto va a durar una semana. EL sábado que viene hay una Misa multitudinaria en la Plaza de España...triduo en la Catedral, besamanos tres días... Estoy seguro de que todo esto, al final, trae más bienes que otra cosa. La religiosidad popular, es cierto, yo lo veo estos días, tiene mucho, mucho de auténtico. Un abrazo

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    2. Gracias por la aclaración, Ignacio.

      ¡Cómo me gustaría estar ahí!

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