jueves, 29 de mayo de 2014

GRANDE DE ESPAÑA

Me llama mi amigo G. para requerirme el Currículo para presentarme en una conferencia que imparto la semana que viene.
No hay nada más chocante que estar en una mesa escuchando una retahíla sobre los “méritos” de uno que, con razón, no interesan a nadie. ¿Qué cara ha de ponerse mientras? A mí me dan ganas de levantarme y gritar, déjense de rollo y vamos al lío…

Me advierte de que si no, el presentador, se va a limitar a decir que soy el padre de mis cinco hijos.

La respuesta va de suyo y sale del tirón: eso me basta, esos son mis grandes títulos, inmerecidos además, y el resto, evidentemente, sobra.

3 comentarios:

  1. Hummm... Hay que tener cuidado, Ignacio. Si yo voy a una conferencia y como gran mérito del conferenciante se nos dice (sólo) los hijos que ha tenido, empiezo a sospechar de su valía. Mejor aportar algo más, aunque no discuto que esto sea lo más importante que hayas hecho.

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    1. Tienes toda la razón. Lo de los hijos, en principio, no debe ni mencionarse, salvo que pueda tener alguna relación. Pero desde un punto de vista subjetivo a uno le parecen lo más importante, aunque a los demás les importe poco, claro.

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  2. Por cierto, muchas felicidades por tu santo, patrón de Sevilla, además. Un abrazo.

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