miércoles, 11 de mayo de 2016

MEDALLA DE PLATA

Ayer, Ignacio, cumplió quince años.
El fin de semana fue espléndido para él, y yo creo que más para su madre y para mi.
Quedó subcampeón de España en piragüismo, K4, haciendo una emocionante carrera con su equipo.
Al día siguiente sus amigos le organizaron una fiesta sorpresa, en la azotea desde la que escribo.
Su cara de pasmo y su alegría fueron inmensas. Después jugaron, cantaron e hicieron las gansadas propias de la edad. Su madre y yo escuchábamos y reíamos también. La alegría de los teenagers es contagiosa. Entre bromas y juegos se fueron todos a misa de ocho, no sin antes agradecernos muy educadamente nuestra acogida, los postres que Reyes preparó, lo bien que se lo habían pasado, etc, etc.

A un padre, sus hijos siempre le parecen los mejores, son siempre medalla de oro, le den o no alguna, por eso somos tan tontos y yo hoy no lo quiero disimular.

El equipo exultante tras el triunfo. Ignacio primero por la derecha.

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