jueves, 31 de diciembre de 2015

COSAS QUE ME HAS CONTADO

Con dos poemas de José Luis de la Cuesta os despido el año.



Cosas que me has contado es un libro deliciosamente bien editado por Los papeles del sitio.
Es ácido, divertido, irónico, alejado de los lugares comunes y, por supuesto, lleno de verdadera poesía.
Me lo leí de un tirón y lo recomiendo vivamente.
Leanlo. Es un consejo de fin de año.
Muchas felicidades para el nuevo. Disfrútenlo aunque  la vida NO son dos días:





lunes, 28 de diciembre de 2015

SANTOS INOCENTES

Celebrando la Nochebuena se le cayó un diente a Santiago. Al día siguiente lo puso junto a su cama para que se lo llevase el ratón Pérez. Cuando me iba a acostar vi el montaje que había hecho con los artilugios de los clicks. Un cubito con agua, una rampita para subir y otra serie de elementos que yo no sabía que utilidad podrían tener, pero que él y el ratón seguro que sí.
Además una nota


que trascribo: EL DIENTE SE ME CALLO ALLER pero yegamos Tan Tarde que se me olbido ponerlo. Lo siento Feliz Navida

El ratón Pérez les suele contestar con notitas que ellos guardan encantados.












Me fui a la cama alucinado de la bendita inocencia de los niños, que a veces se nos olvida, y están en otra galaxia, en otro mundo. Qué responsabilidad.

jueves, 24 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD

En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.…

miércoles, 23 de diciembre de 2015

...peñasco tan dichoso que gozó del resplandor y gloria de Dios humanado.



"Salidos de aquí, entramos por un pasaje angosto para entrar en la capilla del Nacimiento, que parece que entramos en el Paraíso. Esta capilla donde parió la Virgen al hijo de Dios es en la peña viva como esotras, será de doce pasos de largo, y de ancho cuatro, y de dos estados en alto. Toda ella está cubierta de mármol y jaspe, y de mosaico hermosísimo. Hay un altar que es una losa, y debajo de ella está vacío, porque el suelo es el lugar puntual donde nació Jesucristo, hijo de Dios, hombre y Dios verdadero. Está señalado este santísimo lugar con una losa muy blanca y en medio una estrella de jaspe. Sobre este celestial altar dijimos dos días misa del Nacimiento. Dos pasos de este altar está un lugar como una pileta de mármol cuadrada más bajo que el suelo, donde fue reclinado el niño Jesús nuestro Dios en el pesebre. Aquí está descubierto un pedazo de peñasco tan dichoso que gozó (si se puede decir) del resplandor y gloria de Dios humanado, y digo verdad que este peñasco nos dio más contento que todos los demás jaspes y mosaicos". (El viaje de Jerusalem. Francisco Guerrero)

martes, 22 de diciembre de 2015

"Tiempo es ya de tratar del bendito y alegrísimo camino a Belén"

Como se acerca la Navidad, aquí os dejo las imágenes (no muy buenas, lo sé, mi móvil no da para más) que he hecho esta mañana temprano, en el maravilloso convento de las Teresas que, suerte que tengo, está justo en la puerta de enfrente de mi actual oficina, la casa donde vivió Murillo sus últimos años, nada menos.
Hoy han colocado bajo el altar un misterio recién restaurado, atribuido a la Roldana.
El San José y la Inmaculada son de Juan de Mesa, y se nota. Son verdaderamente espléndidos.
Del cuadro de la Adoración, necesitado de restauración, no sé su autoría, pero lo pongo porque el tema es muy apropiado, y el marco es muy bueno.

Y por último, un texto del gran músico sevillano, Fco Guerrero, sobre su viaje A Tierra Santa, en el siglo XVI, cuando va llegando a Belen, una verdadera delicia de lenguaje, ingenuidad y devoción.

La cuna vacía aún...
Tiempo es ya de tratar del bendito y alegrísimo camino que hay desde Jerusalén a Belén, que son dos leguas a la parte del mediodía. Salimos de la ciudad cuando salía el sol por la puerta de Jafa, y pasando por la fuente de Salomón y la casa de Bersabé su madre, subimos una cuestecilla y luego comienza el camino todo llano, aunque hay muchas piedras. Es este camino muy apacible, porque la una legua de él todo es heredades de viñas, y olivares, y frutas, y muchas torrecillas, y casas que hacen una hermosa vista, y muchas de ellas fueron casas de profetas, y algunas han sido iglesias. Vimos en un campo una gran suma de piedras tan pequeñas como garbanzos y de su hechura, de lo que se dice de esto es que la Virgen vio a un labrador sembrar garbanzos, y le pidió le diese de ellos, y él respondió burlando que no eran garbanzos sino piedras, y así se quedaron hasta hoy; estos garbanzos yo los vi y traje de ellos. Vimos en este camino un árbol grande que me pareció lentisco, y le nombran terebinto; de éste tomamos ramos con devoción, porque a la sombra de él dicen reposó la Virgen nuestra Señora. Vimos el sepulcro de Raquel, el cual tienen en guarda y por mezquita los moros, es muy hermoso edificio, dentro de un muy pulido cuadro como un muro cubierto con un capitel sobre columnas. Vimos una cisterna de mucha y buena agua, adonde los santos tres Reyes Magos se recrearon y alegraron en gran manera, porque allí les tornó a aparecer la estrella que se les había escondido antes que entrasen en Jerusalén, y desde allí los guió hasta el lugar donde estaba el niño Dios en el portal de Belén. Vimos así mismo una iglesia de griegos, que es la casa donde estuvo Elías; vense muchas antiguallas dignas de ver, y curiosas en este camino. Desde esta casa de Elías, se descubre en un cerro la muy dichosa y deseada ciudad e iglesia de Belén. Cuando la vimos todos los peregrinos y frailes que con nosotros iban, de rodillas en tierra cantando himnos y oraciones, dimos muchas gracias a Dios. Fuimos cantando hasta llegar a la ciudad y puerta de la iglesia, la cual está fuera de las casas de la ciudad que ahora tendrá pocos más de sesenta vecinos


Han colocado las monjas una alfombra muy navideña y flores de Pascua...

sábado, 19 de diciembre de 2015

Joaquín Turina os saluda desde mi azotea (y yo también)

El músico sevillano. Nacido muy cerca de este lugar


Mi amigo Antonio P. que consigue unas fotos de lo más interesante, me envía esta de Joaquín Turina, el gran músico sevillano,  y me pregunta si es desde mi azotea, que da nombre a este blog.
No exactamente. Por la edad del músico debe ser anterior a la construcción del edificio donde vivo, de Juan Talavera y Ramón Balbuena, sobre 1926. típico del regionalismo sevillano.
El mismo lugar (casi) 100 años después.
En todo caso, la perspectiva no es la misma, lo comprobarán en la foto en color. 
Esa toma ya es imposible, puesto que se trataría de un edificio contiguo que ha desaparecido, en su lugar no se construyó nada, hoy hay un kiosko y supuso un pequeño ensanche de la plaza.
Pero me ha gustado mucho, claro está, la casi coincidencia.

Actual solar donde se hallaba el edificio de la primera foto.


martes, 15 de diciembre de 2015

La niña de las trenzas

Veo a la niña yendo al colegio, porta una mochila rosa, con princesas dibujadas, a la espalda. Los calcetines dejan al descubierto sólo las corvas, debajo de la falda. Tendrá unos cinco años y lleva dos trenzas, sujetas con dos gomillas, una rosa y otra amarilla.

Son esas trenzas lo que me conmueve tanto. Presiento, el tiempo dedicado entrelazando amores, con los dedos dormidos, a la madre.

Trenzas minuciosas, raya que divide la cabeza pequeña en dos mitades. Con la punta del peine, la madre ha trazado los dos hemisferios, perfectos, del mundo.


Camina, niña, al cole, que ignoras que tu pelo se haya entretejido con la fuerza que mueve los planetas.

lunes, 14 de diciembre de 2015

¡Oh, qué preciosas margaritas!

En la misa de una del Santo Ángel, anunciaron que ayer tarde habría unas vísperas de meditación, con música y poesía sobre la muerte de San Juan de la Cruz.
Cuando los niños estaban cenando, me acordé e hice mutis por el foro, aprovechando que lo veía todo bastante en calma, cosa rara.
Me alegré lo indecible.
La iglesia estaba en penumbra y los Carmelitas lo habían preparado todo cuidadosamente.
A tres voces iban leyendo, muy bien leído por cierto, rara avis too, las últimas horas de San Juan, en una tarde del 13 del día de Santa Lucía de 1591. Verdaderamente emotivo.
Llagado todo su cuerpo, se asía a una soga que colgaba encima de su cama para poder moverse. Rezaron el De profundis, todos los monjes del Convento de Úbeda y, a petición del agonizante, le leyeron, no podía ser de otro modo, el Cantar de los Cantares, que al escucharlo clamaba:

-¡Oh, qué preciosas margaritas! –

 como si fuera el comienzo de uno de sus poemas.

-Siento los gastos que le ha ocasionado mi enfermedad- se excusaba después, apenas sin fuerzas, ante el prior que le tenía ojeriza y que quedó desarmado ante tanta humildad.

Entre esas lecturas, un trío de voces deliciosas, cantaban poemas del Santo: Noche Oscura del alma, Llama de amor viva, Que bien se yo la fonte que mana y corre

Yo estaba en un banco del final de la iglesia, porque no quería estar mucho tiempo, pero no podía irme, estaba profundamente emocionado. Los poemas de San Juan, cantados, resonaban entre las bóvedas dulcemente,

Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche. 


Y en la oscuridad, latía palpitante, la llama del sagrario en la capilla sacramental.

¡Momentazo sublime! no exagero.

Siguieron narrando la muerte del poeta y ya tuve que irme, que no quería dejar a mi mujer con la tropa sola, a la hora de mandarlos a la cama. Me arranqué del banco, mi trabajo me costó.

Eran más de las nueve y media. Ya las calles comerciales estaban, por fin, vacías. Los escaparates brillaban solitarios y yo pasaba en bicicleta bajo las luces de navidad de colores, incongruentes sin la bulla y el ruido habitual.

Ya en casa tuve que romper el hechizo y pegar cuatro voces, para que todos se fueran a la cama, - cinco minutos más, me falta el batido, un momento que voy al baño, quiero un vaso de agua- y mil excusas que eternizan el momento.

De la mística a la ascética (vía purgativa) en cuestión de segundos.


domingo, 13 de diciembre de 2015

Promesas engañosas

Estamos todos en la mesa y Manolo se queja de que su hermana le prometió un huevo Kinder si le ayudaba con algo de los deberes y de que después la incumplió, pues no tenía ninguno.

Pilar se defiende y dice que le dio no se qué, y algo más...

El qué, el qué- contesta Manolito airado.

Sí, responde Pilar muy decidida... ¡esa cosa que a mi no me gustaba!

Todos nos echamos a reír y lo mas graciosos es que ella, muy digna, no entiende porqué.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La Iglesia y el IBI


Ya he oído varias veces en los últimos debates lo de que la Iglesia pague el IBI, en un ejercicio de lamentable demagogia, porque la Iglesia no deja de pagar el IBI por ser Iglesia, sino como otras muchas de las entidades benéficas que existen y se benefician de ello. Prácticamente todas las llamadas ONGs.
Todo ello se regula en la Ley 49/2002 de 23 de diciembre de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, que estable en su artículo 15:
1.   Estarán exentos del Impuesto sobre Bienes Inmuebles los bienes de los que sean titulares, en los términos previstos en la normativa reguladora de las Haciendas Locales, las entidades sin fines lucrativos, excepto los afectos a explotaciones económicas no exentas del Impuesto sobre Sociedades.

Es decir todas las entidades sin fines lucrativos se benefician de la exención del IBI, ya sean las de protección de las ballenas y las focas,  las de igualdad de género, las deportivas, las culturales, hasta la Asociación Española de jugadores de mus, derviches y danzarinas del vientre, se pueden beneficiar de ello.

A mayor abundamiento, los edificios emblemáticos de la Iglesia como catedrales, palacios episcopales, capillas, santuarios, etc por su carácter de bienes integrantes del patrimonio histórico español con su categoría de BIC en su mayoría, están doblemente exentos de pagar el IBI, ya que la Ley 16/1985 de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español establece en su artículo 69 dicha exención:
2.   En los términos que establezcan las Ordenanzas Municipales, los bienes inmuebles declarados de interés cultural, quedarán exentos del pago de los restantes impuestos locales que graven la propiedad o se exijan por su disfrute o transmisión, cuando sus propietarios o titulares de derechos reales hayan emprendido o realizado a su cargo obras de conservación, mejora o rehabilitación en dichos inmuebles.

Los que lanzan esas soflamas “laicistas-revolucionarias” no tienen disculpa, o lo hacen por ignorancia de la ley, lo cual en un político es gravísimo o dolosamente para engañar a las masas, lo cual es peor. 

jueves, 3 de diciembre de 2015

La fragata Mercedes




Y al final como en una cámara del tesoro, 30.000 doblones de plata, encontrados en el fondo del mar. Impresiona.
Merece la pena ver la exposición sobre la Fragata Mercedes en el Archivo de Indias. Está hasta mayo. Nada más que por los dos retratos de Goya de los reyes y por entrar en el edificio herreriano hay que ir, pero además el contenido.
La historia de la fragata Mercedes, la felonía de los ingleses, la tragedia de las familias que viajaban, las mercancías que transportaban, el rescate del fondo del mar por los caza tesoros sin escrúpulos, el proceso judicial en Estados Unidos, el regreso del tesoro, después de tantas peripecias a su punto de destino original, todo eso bien explicado y acompañado de objetos, documentos originales y maquetas se expone bajo las bóvedas de la antigua Casa Lonja y entre las estanterías de caoba de Cuba atestadas de documentos americanos.
La historia de D. Diego de Alvear es asombrosa. Esos tipos estaban hechos de otra pasta. Sirva de ejemplo de la capacidad de superación del ser humano.
A los 56 años, vio perecer ante sus ojos a sus mujer y sus siete hijos, en la explosión de la Mercedes, junto a ellos se hundía también la fortuna que había acumulado después de toda una vida al servicio de la Corona. Su hijo mayor, de 15 años fue el único superviviente.
Se podría pensar que a esa edad y en esas trágicas circunstancias, ya no estaría uno para mucho más… para meter la cabeza debajo de la almohada y no salir ya nunca.
Pues no. Tuvo tiempo de luchar de nuevo por  su patria, defender Cádiz contra los franceses y prestar mil servicios más a España. Además, esto es lo más insólito, rehacer su vida familiar. Se casó con una joven católica irlandesa, que conoció cuando estaba preso en Inglaterra y de nuevo en España, tuvo nada y más y nada menos que diez hijos más. Qué ejemplo de fe en la vida, ¿no?.
La saga de los Alvear se expandió por España e Hispanoamérica, llegando a ser una de las familias porteñas de más lustre y uno de sus descendientes presidente de la República Argentina. Por allí siguen, orgullosos de su antecesor que todo lo perdió, y por aquí, en Córdoba, llevando la bodega secular de la familia con sus famosos vinos de Montilla.

No se la pierdan.

martes, 1 de diciembre de 2015

Adviento



Otra vez
Las luces y las compras
Las comidas, los dulces
Las flores coloradas
Y el ruido
Las calles atestadas
Los buenos deseos
La paz, el amor, la solidaridad
Los villancicos
El estruendo
El olor del guiso
Las compras, los regalos
Las comidas, las calles
La solidaridad
La nieve artificial
La calefacción a tope
El corcho
Papá y mamá
Las calles atestadas
Las luces, el ruido
Las figuras de plástico
La paz, la fraternidad,
Los buenos deseos
Las compras, los gastos
Las uvas
Las panderetas
la ropa interior roja
y
la
lotería
del

NIÑO

martes, 24 de noviembre de 2015

SOS

Y me iba relatando su excursión a una fábrica de arroz (SOS) con tal entusiasmo que yo apenas le escuchaba, no hacía falta. Cómo movía las manos, el tono de la voz, los ojos asombrados, las interjecciones... no permitía que apartase mi atención. ¡pero mira, papá, mira! y seguía... el ruido de las máquinas, la rapidez de las empaquetadoras ¡uno por segundo!...
Mucho mejor que si yo hubiese estado allí. Impagable.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Real Maestranza de Sevilla

Son los maestrantes unos señores muy serios y circunspectos
Que llevan unos trajes siempre sobrios y unas corbatas que jamás transigen con los colores del mundo.
En realidad, no transigen con casi nada del mundo y de sus modas, gracias a Dios, y son un reducto de buen gusto en este mundo nuestro tan ordinario.
Como tienen que demostrar cuatro apellidos, por lo menos, que confirmen que llevan sangre noble por los cuatro costados, sangre de aquella que derramaron sus tatarabuelos en la guerra contra los moros al reconquistar Sevilla, eso les garantiza tener unas manos sin callos y unos modos distinguidos y displicentes.
Habrá después de todo, como es lógico, y los habrá listos y lerdos, pero como corporación flota sobre ellos un halo de distinción, fruto de los siglos, que se superpone a la individualidad.
Digo esto porque el otro día fui de visita a la casa de la Maestranza, anexa a la Plaza de los Toros.
Es entrar en un mundo casi extinto, donde el ruido externo queda apagado, como los pasos sobre las alfombras de la Real Fábrica. Donde las lámparas de la Granja relucen esplendentes sobre los cuadros y tapices y al abrirse las ventanas entra la luz del rio Guadalquivir, que juega con el dorado de los marcos de los retratos de los reyes antiguos.
Son estos maestrantes, como guardianes de unas costumbres añejas, que a pesar de venir en moto hasta la puerta, cuando cruzan sus umbrales, se revisten de la solemnidad de los salones suntuosos y todo lo piensan y meditan, y todo los miden y sopesan minuciosamente, de modo que nada, nada, se salga de los cánones y las medidas que han impuesto los siglos lentamente, y así, todo en la casa es un cúmulo de delicadeza exquisita, de cuidadosa recreación de lo mejor del pasado.
La biblioteca, con los tomos de piel encuadernados en colores, el despacho del Rey con el sillón de oro y los retratos de los Tenientes sobre la seda de las paredes, las fotos dedicadas de infantes y reinas en blanco y negro, la salita donde la Condesa de Barcelona invitaba a sus intimas a tomar el té cuando venía a Sevilla, con sus muebles coquetos y los retratos al pastel  de González Santos de sus hermanos, como ese joven rubio que mataron en la guerra.
En fin una gozada, pasear por la casa maestrante.
Ay, si la misma delicadeza y sensatez con que cuidan los maestrantes sus cosas  se diera en la gestión de la ciudad de Sevilla, otro gallo nos cantaría, no habría ni Setas, ni extravagancias varias.
Todo sería, como en la plaza de los toros, como tiene que ser.


lunes, 16 de noviembre de 2015

EL FOCO


Como un sol triste y pequeño
su cerco de luz sobre la mesa
y el resto en la penumbra.

Sobre el papel a cuadros, con fórmulas
de senos y cosenos,
sobre los párrafos del libro de “Sociales” subrayado
o en el cuaderno azul, de pastas duras, de “Ciencias”
y todo lo demás en la penumbra

El radio cassette  apagado
los libros de “Los Cinco” en los estantes
el armario entreabierto
doblados los pijamas
mío y de mis hermanos
las zapatillas de fieltro
locas, desparejadas
las pelotas de tenis, los patines,
las voces allá lejos
en la cocina donde
se está haciendo la cena

y el resto en la penumbra

Oh, qué ganas, Dios mío,
de que entre mi madre o la “muchacha”
pulse el interruptor
y diga que ya está la tortilla.


viernes, 6 de noviembre de 2015

( )

Para nuestra salud mental siempre viene bien pararse.  Ayer (cómo un paréntesis en el tráfago diario) tuve la suerte de asistir a la lectura de poemas  de Pablo Moreno, Paco Gallardo y M. Eugenia Reyes. Incluso bajo la lámpara gigante, la noche se puso íntima como una pequeña plaza, y  no se aplaudió entre poemas, lo cual, a pesar de los poetas, impidió romper el hechizo. (Wagner ya prohibió hacerlo en sus largas obras) 
Hoy más a las siete en la Casa de la Provincia, y los próximos jueves y viernes.

¿Todo se puede debatir?

Dice nuestro, siempre cauto, en algunos casos cautííísimo,  Tribunal Constitucional con referencia a la posibilidad de suspender la convocatoria del pleno Catalán donde se quiere declarar la independencia: "Este Tribunal ha destacado, como uno de los fundamentos del sistema democrático, que el Parlamento es la sede natural del debate político y que el eventual resultado del debate parlamentario es cuestión que no debe condicionar anticipadamente la viabilidad misma del debate"

Bueno, según esto, mañana podremos "debatir"en el Parlamento sobre si se puede matar a los negros, por ejemplo...

jueves, 5 de noviembre de 2015

martes, 3 de noviembre de 2015

Walking to work

Aunque sigo en la misma Consejería he cambiado de puesto, y ahora voy caminando cada día al trabajo.
A cinco minutos de casa, ya sólo esto justifica el cambio. La suerte de pasear por la zona más bonita de Sevilla, que, aunque me tomen por chauvinista, es decir del mundo.

Esta mañana, el sol se colaba por las calles estrechísimas del barrio de Santa Cruz, de la antigua judería, y se reflejaba en un suelo mojado, tras días de lluvia oscura. 
En los charcos se miraban los aleros de las casas, los balcones de forja. Tanto fulgor de sol y espejos me cegaban. Las farolas de brazo, pegadas a los muros, parecían absurdas, blancas al trasluz, por un sol que avasallaba a las tristes bombillas, y se elevaba, triunfante, a un cielo azulísimo y limpio y claro.

La calle vacía aún. Detrás un muchacho con un carro pregonaba, como hace siglos- ¡recojo los hierros viejos!- Como en las mil y una noches -¡Cambio laaamparas nuevas por viejas…! parecía que iba a aparecer la mujer de Aladino de un zaguán.
El soniquete era el mismo de siempre, el del que vendía cisco picón antes de la Guerra, el del que reparaba paraguas, el lañador de pucheros o el que repartía alhucema fresca del Ocnos de Cernuda; el anacalo que llevaba el pan a hornear de Azorín, pero actualizado, porque continuaba, con el mismo son: ¡ordenadores, lavadoras, secadoras microooondas!

Los patios se abren, prometedores, tras las cancelas, con las plantas frescas y chorreantes aún, con los canalones desaguando las lluvias rezagadas de la madrugada.

El sonar de las últimas gotas, el trino de los pájaros mañaneros, el grito del pregón que me persigue y las persianas de los cafés que se levantan chirriantes, me hacen sentir, intensamente, agradecidamente, la vida.

jueves, 29 de octubre de 2015

Por un pañuelo de encaje...

Ayer en el ensayo. Foto ABC
Reyes y yo dejamos a los niños bañados y cenados y nos fuimos a la ópera.
El móvil conectado, por si acaso. No hubo llamadas, menos mal.

El Verdi de Otello es distinto del de 30 años antes, nos encontramos con una música continua, envolvente, con gran protagonismo de la orquesta y sin números o arias separadas.

Ayer la Sinfónica de Sevilla funcionó muy bien con el maestro Halffter, y el trío protagonista fue redondo.
G. Kunde, fue un Otello poderoso,  Julianna Di Giacomo, dulce, frágil y con gran delicadeza en la voz, y A Ódena, un Yago malicioso y espléndido.
La escenografía, intemporal , me gustó mucho ya que el vestuario, fastuoso, con ricos tejidos y damascos espléndidos, las máscaras, saltimbanquis, enanos... lo completaba otorgando el carácter colorista y soberbio que ha de tener siempre Venecia.

El dúo final del primer acto fue delicioso, y el posterior  concertante de los cuatro protagonistas.

Absurdo e incomprensible, sin embargo, el trasiego de muñecos muertos que arrastraban los dos protagonistas en el dúo, sobre el que se recostaban después, en pleno idilio. ¿Qué (póngase lo que se quiera) quería decir el escenógrafo?

En la canción del Sauce y el Ave María, Di Giacomo supo estar a la altura de tan bella melodía.

Quedamos sobrecogidos cuando el telón cayó. Todos muertos por la maldad de Yago y los terribles celos shakesperianos. Música, canto y drama se unen en esta ópera con una fuerza infrecuente, incomparable.

Dormidos y tranquilos estaban los niños al regreso. De la nevera sacamos un salmón frío con salsa de soja, estábamos muertos de hambre, y cenamos en la cocina silenciosa, aunque no lo acompañamos con Champagne que es lo que hubiese correspondido.

Nos acostamos algo más tarde de la cuenta, pero con gran contento.

Merece escuchar a la Callas en la canción del último acto y el Ave María famosos:





























miércoles, 28 de octubre de 2015

¡VAYA ABUSO!

Vamos charlando de regreso del conservatorio, Manolito, con su guitarra a la espalda, y yo.
Ya han cambiado la hora y oscurece pronto. A pesar de que mi niño es un tarugo, que sólo piensa en el fútbol, de repente se para asombrado- ¡mira papá! y señala la luna, tras los edificios... Está realmente impresionante. Tan hermosa como es siempre la luna llena, que parece falsa y teatral. Además un celaje misterioso la cubre y se mueve delante de ella como un velo sutil que la hace aún más misteriosa, aun más irreal.

¡Qué abuso, papá! y me obliga a hacerle una foto con el móvil, aunque le advierto que nunca salen "favorecidas" las fotos de la luna.
Y es que verdaderamente, como dicen mis niños ahora para ponderar algo, es de una belleza abusiva.

jueves, 22 de octubre de 2015

Tan lejos, tan cerca...

Rumbo a Budapest, a través de la ventanilla del avión, veía Venecia asi...
El Gran Canal la recorre como una serpiente. Pude distinguir el pequeño cuadradito de la Plaza de San Marcos. Y me emocionó estar tan cerca, a 4000 m de altitud.
Al fondo los Alpes nevados, y en mi imaginación, los Dogos, las galeras, el Bucentauro, los esclavos negros, los mercaderes, Shakespere, los púrpuras de Tiziano y las perlas del Veronés...

domingo, 18 de octubre de 2015

Domingo: tarde de otoño.

Esta tarde he recordado los países fronterizos con Bélgica, lo que es un diagrama de Behn, qué espanto esos "conjuntos" y demás historias semejantes que aprendimos en EGB y que nunca sirvieron para nada... las tablas de multiplicar, el Génesis, inglés y música... Ah, y correr tras Pilar que está aprendiendo a montar en su nueva bicicleta.

A Santiaguito he tenido que calmarlo cuando se ha puesto a llorar y gritar porque no le daba tiempo de hacer "tantos" deberes. Mientras Reyes sacaba la ropa de invierno, montañas de bolsas bajadas de los altillos, las camas repletas de cajas, zapatos, chubasqueros, abrigos... me puse con él. ¡Por fin hemos terminado!
Pilar no tenía que hacer nada y se "aburría" dando la lata. Se puso a leer un cuento a mi lado, pero como lee en alto, su hermano se quejaba y según decía se "desconcentraba" al hacer las sumas y las restas...

Ahora vienen los baños y la cena. La ropa sigue pululando por todas partes, precisamente como las aves y los peces del Génesis.
Como la música amansa a las fiera puse de fondo a Vivaldi y Gluck. Con la famosa pieza de flauta del Orfeo y Eurídice parece que llegó la calma.

Fuera llovía. Encendí una vela. La apagué cuando vi que Pilar trataba de "calentar" la envoltura de un paquete de gusanitos vacío. La encendí de nuevo.
La plaza estaba vacía y gris. Los canalones de la Iglesia del Salvador resonaban furiosos sobre las losas de granito. Parecía el edificio como un gran animal prehistórico, sobrecogido, encerrado en sí bajo la gran cúpula, reguardándose de la tormenta.

Ahora llueve tenuemente, el suelo de la plaza vacía espejea con las luces de las farolas tristes y las sombras de los viandantes que huyen bajo los paraguas. Los niños cenan albóndigas. Están todos bañados. Manolito se acerca peinado, descalzo y en pijama y me dice que "choque" las manos. Oigo estrellarse el cuenco de melocotones en almíbar de Pilar contra el suelo de la cocina y la bronca de su madre. Manolito viene de nuevo, ¡con el pijama lleno de manchas!

Queda acostarlos y subir, en equilibrio inestable sobre las escaleras de mano, algunas bolsas con la ropa de verano ya recogida y trufada de alcanfor a los armarios...

Espero que después siga lloviendo y podamos Reyes y yo sentir el sonido del agua tras las ventanas, sentados tranquilitos en el sofá.

lunes, 12 de octubre de 2015

¡Viva España. Viva la Virgen del Pilar!

Es Ojén un pueblecito blanco de la sierra malagueña. A cinco minutos de la famosa Marbella, se conserva ajeno a la modernidad.
Sus calles estrechas y empinadas están llenas de plantas que entrechocan de una pared a otra.

Hoy paseábamos por ellas y cuando las rozábamos caían los goterones de las buganvillas y los jazmines porque había llovido.

En la plaza de la iglesia, una fuente de cinco caños frescos y caudalosos mana ininterrumpidamente desde hace siglos. Agua de la sierra. La Virgen del Pilar es la patrona de este minúsculo pueblo andaluz. Estaban en feria. Unas cadenetas de papel rizado engalanaba las callejuelas haciendo un zig.zag. La gente muy arreglada. La misa de doce llena de señoras con sus mejores galas. La niña vestida de gitana, con cuatro o cinco años, y unos tacones rojos lleva las ofrendas, su madre le ayuda y porta, a su vez, una bandeja con un tricornio de charol y una bandera de España. Las canciones a María son muy de monjas antiguas. Al final cantan ese himno a la Virgen del Pilar que parece un romance de ciegos secular. Como buena misa de pueblo, todos desafinan y es muy emocionante.

Las imágenes de los altares laterales, por decirlo suavemente, tremendas. Un santo de escayola policromada, truculento, con la cabeza en la mano, que chorrea sangre, la una y la otra. Flores de trapo.

Me acerco al pequeño paso de la Virgen del Pilar. La iglesia está casi vacía. Necesitan ayuda para bajarla del presbiterio y arrimo el hombro a uno de los brazos de las andas. Una vez abajo continúan por el pasillo adelante y sin interrupción, salen en procesión a la calle, así que me encuentro en la plaza Mayor, meciendo a la Pilarica a los sones del Himno de España, entre aplausos, vítores y vivas, y el pasmo de mi familia, que esperaba en la puerta y que, como yo, no sale de su asombro.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Como pez en el agua

Preparando una conferencia, me tropiezo con la figura, inconmensurable, casi desconocida en la propia Sevilla, donde nació en 1528, de Francisco Guerrero, uno de los grandes del Renacimiento y de toda la historia de la música. Sacerdote, tuvo una vida interesantísima, entre otras cosas viajó a Tierra Santa a los sesenta años,y publicó sus vivencias; no me resisto a compartir aquí, estas palabras de su relato, por su belleza, ingenuidad y emoción:

nos apeamos besando muchas vezes la tierra, dando muchos loores a Dios y mil suspiros deuotíssimos, dando cada uno su deuoción a la santa ciudad, reyterando muchas vezes: Vrbs beata Hierusalem (19) (p. 18); la muy dichosa y desseada ciudad e yglesia de Bethleem (p. 41); vn pedazo de peñasco tan dichoso que gozó (si se puede dezir) del resplandor y gloria del Dios humanado (p. 43); la santa Ciudad (passim); ... llegamos antes del medio día al bendito Río Jordán, que, aunque no fue por esta parte el bautismo de Christo, por ser el mismo río, fue grande el alegría y deuoción que nos dio su vista. Apeámonos todos (...) y llegamos con grande ansia al agua, y beuiendo quanta se pudo beuer, y lauándonos las cabeças y rostro y manos, parecía que desseáuamos convertirnos en peces, por no salir de aquella bendita agua (p. 65); ...este bendito Río (p. 65).

viernes, 18 de septiembre de 2015

Mis 15 segundos

Ya anochecido, venía de hacer cambios en el horario de Manolito del conservatorio, que veremos a ver cómo le va este año con la guitarra y si no me la estampa en la cabeza. Sólo piensa en futbol y deportes…

Por la calle Sierpes tengo que bajarme de la bici y tratar de abrirme camino andando. Una bulla entre la puerta del Labradores y la relojería el Cronómetro. Caras conocidas. Trajes oscuros ellos, de cocktail ellas. Se trata de la presentación de ROLEX en Sevilla. Me tropiezo con Eduardo Dávila y Carmen, niegan que regalen los relojes a pesar del tumulto, con lo cual decido no entrar. Logro pasar con dificultad cuando de pronto me comienzan a acribillar los flashes, que me deslumbran. ¡Ostras, creo que me han descubierto! A pesar de mis vaqueros y mi bicicleta, que tengo que confesar que parece robada…

Pero,¡oh no, mis cinco segundos de gloria se esfuman rápidamente! Me estoy interponiendo en el camino de la pareja de moda, Francisco Rivera, el torero y su flamante esposa, que me tienen que esquivar para llegar a la puerta.
Anda despacio y garboso, como corresponde, como si hace un mes no le hubiesen seccionado la aorta en una plaza. Ella como si no hubiese parido hace unos días. Será cosa de la fama…
Yo continúo hasta casa, donde no está Reyes, que ha ido a recoger a Santi de un cumpleaños, y por ende, me pongo a preparar los huevos fritos con salchichas de la tropa.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Poesía o prosa?

Y tras leerle el cuento en el que un ratón logra morder la luna, Pilar me pregunta: Pero papá, ¿ la luna se come?
Yo me sorprendo de que sea tan ingenua.
¿Tú qué crees?
¡Si... porque tiene la forma de un queso!

Y yo ya no sé si lo dice en serio o en broma.

En esos momentos la disyuntiva es si quitarle la poesía o decirle que sí, que la luna se come y sabe a queso o a nata o a oblea.  

Opto por lo primero. Con seis años, pienso, ya debe saber que es un satélite que gira alrededor de la tierra y todo eso.
Aún así, me consuelo. A una noche de luna, ya lo comprobará a lo largo de su vida, nadie le podrá robar su belleza y su misterio.

domingo, 13 de septiembre de 2015

ESTA NOVIA TAMBIÉN DIJO SÍ.

La última semana ha habido cierta expectación y ajetreo en casa.

Se trataba de una boda especial, ya que es el segundo sobrino de Reyes que la celebra, y era la primera vez de muchas cosas. Mis hijos, como primos ya mayorcitos, tenían cierto protagonismo. Reyitas a sus trece años ya no iba vestida de niña pequeña. Los dos mocosos llevaban los anillos y las arras, para lo cual tenían planchados unos trajes de plumetti (creo que se escribe así) blancos y vaporosos y unos zapatos como de bailarinas teñidos del color a juego con los fajines. Todo ello era objeto de las burlas de Manolito, al que no le cabía en la cabeza que el pobre de Santiago tuviera que llevar tal cosa, “de niña”- aunque él no decía precisamente eso. Este a su vez ayudaba en misa, junto a su primo Alberto, y D. Adolfo los había aleccionado sobre cuando habían de tocar la campanilla, llevar las vinajeras, y hacer reverentemente la genuflexión en el momento oportuno. (¡Aquel trueno vestido de niño bueno! Pensaba para mí, parafraseando al poeta)

Este D. Adolfo, es el sacerdote que caso a los padres del novio, bautizó a este, y ahora lo casaba.
También me dio catequesis a mí, y me impartió la primera comunión en el colegio, hace ya algunos años… como unos cuarenta, pero ahí sigue, al pie del cañón o del altar, para ser exactos.

Alvaro, el novio, fue a su vez "monaguillo, de mi propia boda hace quince años. ¿Lo será su hijo en la boda de Manolito dentro de otros tantos?

El novio, muy serio, con su primo, en mi propia boda.

Sombreros, tocados, trajes, colgaban el día anterior de una percha corrida instalada en mi habitación. Todo tan pulcro y cuidado que a Manolito le sugería las más truculentas ideas: ¿te imaginas- me decía contemplando tal aparato- que tiramos el Cola-Cao encima o que cuando esté dormida le pintamos las uñas de morado y le damos la boda a mamá? ¡No, hijo, ni me lo imagino!
La iglesia del Santo Ángel está al lado de casa, así que fuimos andando toda la familia formando un conjunto pintoresco. Entre los turistas y la abigarrada multitud de la calle Sierpes, cruzábamos la gran comitiva de los siete. “ Ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines” cantaba el exótico modernista, pues algo así- me figuraba yo- pero sustituyendo lanzas y armaduras por sombreros y floripondios…

La ceremonia fue emocionante acompañada por un coro esplendido.

A la entrada y salida las señoras entrechocaban sus pamelas, en una lucha inútil por alcanzarse las mejillas. Yo opté por besar las manos de mis cuñadas antes que arriesgarme a alterar el perfecto equilibrio con el que estaban organizadas sobre sus cabezas alas, plumas y tocados, que nada tenían que envidiar al concierto celeste de las esferas cósmicas con sus satélites y sus planetas…

No se han dado el beso, me comentaría después Manolo, que lo vio todo desde el presbiterio, muy formal. Le tuve que explicar que, a pesar de las películas americanas, no forma parte ineludible del rito católico romano y que, aún así, el matrimonio es perfectamente válido.

La lluvia de arroz que puebla las mentes infantiles o los “cañones de pétalos de trapo” que ven mis hijos explosionar a la salida de las bodas de la iglesia del Salvador, cabe casa, también la esperaron en vano y les supuso una desilusión, como la del beso o, qué se yo, las latas atadas al coche y el letrero con globos de recién casados…

Tras la ceremonia, la ristra de invitados fuimos caminando al cercano palacete de la celebración.
Es este un edificio muy interesante, desconocido para el gran público, ya que no se celebran eventos en él, ajenos a la familia.

Tenía por ello, el sabor y la fruición de poder adentrarnos en patios y salones secretos que normalmente tenemos vedado el común de los mortales. A uno le gusta especialmente conocer estas mansiones, cuando aún viven en ellas los propietarios y no se han convertido todavía en sedes de fundaciones, bancos o fríos entes gubernativos, que los despojan del encanto y la pátina de los siglos. 
Como nos decía el propietario, que nos acompaño, a unos pocos, a los salones de arriba, el solar lo ocupa la familia desde las particiones del Rey San Fernando.

Aunque, en solar tan antiguo, el edificio no lo es, ni mucho menos, tanto. Se trata de un capricho historicista del marqués de entonces, fines del XIX, que quiso hacerse un palacio florentino renacentista en pleno centro de la Ciudad. Y a fuer que lo consiguió. Y allí que te ves una pedazo de torre, que ni la de la Signoría, un patio con ventanas geminadas y estucos de candelieris y guirnaldas floreadas, unos mármoles polícromos y hasta un replica exacta de la “barcaccia” berninesca en medio del gran recinto.

Claro, que ver todo eso, en pleno centro histórico, adornado con velas y ramos de rosas, con el toldo corrido, y otorgando al ambiente una luz de oro y sueño, hay que decir, que impresiona.


Comedor ruso
Pero no tanto como cuando, en la “salita” que comunica con el comedor de paneles tallados, (adquirido por un antepasado de la familia, a un príncipe ruso arruinado por la Revolución) nos topamos con un cuadro, que a todas luces imitaba a la perfección un Greco. Un crucificado maravilloso, de fondo tenebrista, cuerpo lánguido y tembloroso, cerúleo y descarnado, esplendente sobre la trágica tormenta. La imitación era tan pasmosa, que pronto comprendimos el porqué, se trataba de un auténtico Greco.
Nos informaron de que acababa de llegar de la magna exposición del centenario Toledano de hace unos meses y está recién restaurado. Su propietario nos dijo que allí estuvo enfrentado a otro similar del Louvre, pero que, no tenía más remedio que reconocer, y lo decía con sencillez e intima satisfacción “el de casa era mejor”.

Como la música sonaba sin recato entre los venerables muros del patio, bajamos de nuevo a la barahúnda que tenía formada el disyei, como ahora dice la nueva generación a lo que la nuestra llamaba disyoquei y la anterior pincha discos










La copa en el patio de los bambúes gigantes fue exótica y excelente, el menú inmejorable y el postre de chocolate, espléndido, como la compañía de mesa. Mi sentido del decoro y mi exquisita educación impidieron que en un arranque de valentía y desvergüenza pidiese repetir el postre, lo cual ahora lamento amargamente.

Bailamos hasta la medianoche, como la cenicienta, aunque no precisamente valses y polkas. Hubo momentos cumbres, como cuando mi cuñado "Juanito" que frisa los sesenta, se lanzó a  bailar un twist con la agilidad y frescura de los veinte años, dejandonos a todos literalmente pasmados. A su vez,  Bosco y María, matrimonio respetable y de reconocido buen nombre en la sociedad sevillana, así como padres de numerosa prole, me reconciliaron conmigo mismo, porque he de confesarlo, hicimos el payaso juntos, y creo poder afirmar que se lo pasaron tan bien como nosotros. 

Mis hijos quedaron alucinados, pero oye, ¡un día es un día!

sábado, 12 de septiembre de 2015

CAMINO II: De Sarria a Portomarín. 21,8 km.









Nos levantamos temprano. Bajamos a la gran cocina del pazo, con una ventana dando al campo que amanecía. Las tostadas, el café recién hecho, con un pan portugués buenísimo. Gerardo se encargaba de despertar a las cuatro niñas, que dormían en una habitación enorme con cuatro camas, suelo de madera y vigas en el techo. La guerra de almohadas era épica y se escuchaban desde abajo los gritos desesperados de las doncellas.
Íbamos bien concienciados de las necesidades básicas del camino. Cremas anti roces, los famosos Compeed para los pies, calcetines de algodón y sin costuras… realmente, esas pequeñeces permitieron que hiciéramos un trayecto sin problemas.
El microbús de 20 plazas nos estaba esperando en la puerta. Para nuestra sorpresa era una chica la conductora. Con su dulce acento gallego nos recibió alegremente, era la misma que habíamos visto el día anterior en Melide. Pura- nos dijo-Purita, me llaman todos. Y fue nuestra acompañante el resto de los días, verdaderamente amable y servicial.
Íbamos emocionados y temerosos ¿resistiríamos todos? ¿y los niños se negarían a caminar a mitad del trayecto?
Teníamos concertado una “recogida” a mitad del camino si fuese necesario, pero todos estábamos dispuestos a evitarla en la medida de lo posible.
En la puerta de la casa leímos una oración medieval del Codex Calixtino y recibimos los bastones y las mochilas:

"En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, recibe este morral hábito de tu peregrinación para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, a donde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por todos los siglos Amén.
Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos Amén"

Hasta Sarria en autobús se tardaban unos 45 minutos, que aprovechamos para cantar “el árbol de la montaña” y otras similares para evitar los mareos de los niños… aún así, Ángela y Reyes vomitaron. También aproveche para explicar el origen del Camino, la historia de Santiago, las leyendas, y el significado espiritual que tiene.

En Sarria comenzamos en el Convento de la Magdalena, donde estrenamos el carnet de la Compostelana, ¡ el primer sello!. Un pequeño claustro luminoso, unos monjes mercedarios, los mismos que pocos años ha, habían sellado el carnet de Sara y Gerardo, cuando hicieron el camino  solos.
Lo iniciamos cruzando un puente de piedra y adentrándonos en unos bosques frescos y umbríos por donde se colaba el sol.


Fueron unos kilómetros cuesta arriba, a veces con un calor que nos hizo pensar que no resistiríamos. A los 7 u 8 km, yo pensé si llegaríamos. Realmente después el camino comienza a bajar y se hace más ameno. Purita nos esperaba
Antes de empezar yo había hecho estiramientos varios contorsionándome hasta lo imposible para evitar tirones musculares. Creo que fueron efectivos.
Al cabo de las horas el camino se hace largo… estábamos deseando llegar. Las piernas doloridas y pesadas. El puente hasta Portomarín da miedo. Al final unas escaleras larguísimas reciben al viajero, parece desde lejos que se va a ser incapaz de subirlas. Y justo al lado de la entrada…¡el autobús de Purita! ¡Aleluya!
Entramos en las ermitas románicas que jalonan el camino, rezamos el rosario, los niños se alejaban y había que atraparlos con lazo, pero en fin, se conseguía a trancas y barrancas…
De vuelta en el autobús, descalzados y muertos, “cansados pero contentos”. Esa sensación de deber cumplido. Nos dimos un aplauso a nosotros mismo y nos jaleamos ufanos.

¡Primera etapa: conseguida!

miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA MUJER DE ROJO


En  el Gran Salón Verde del Real Círculo de Labradores y Propietarios no podían entrar las mujeres, ya que se trata de un Club fundado, hace más de 150 años, por y para hombres.
La norma no era discriminatoria, puesto que no se permitía la entrada a “ninguna” mujer, pero sí obsoleta.

Lo que era un casino se convirtió, con los años, en un club social con piscina e instalaciones deportivas.

A pesar de que se cambiaron las normas y las mujeres pueden ser socias de pleno derecho por sí mismas (antes sólo eran esposas, hijas o viudas de socio) y por ello podían acceder al salón prohibido, nunca, hasta ayer, había visto una señora en él.

Este salón antiguo de grandes lámparas y mullidas alfombras es un reducto del pasado anclado en el siglo XXI.

Los periódicos aprisionados con su listón de madera, descansan sobre la gran mesa de lectura de fieltro verde. Las revistas de caza y pesca, de agricultura, antes de la era internet, el BOE y el BOJA…

Todo exactamente igual que hace 150 años, incluso las personas. Esos señores venerables que se trataban de usted, siempre con chaqueta y corbata, que era obligatoria hasta hace poco. Esta norma también ha quedado obsoleta, ahora somos nosotros, los cuarentones, los socios que frecuentamos el Círculo y nadie lleva corbata de forma habitual, si lo hacía mi abuelo, incluso cuando estaba en casa.

Los usos van cambiando moderadamente, naturalmente, sin necesidad de revoluciones, (siempre he odiado todas las revoluciones que en el mundo han sido) simplemente, han muerto todos esos señores que yo veía hace 25 años sentados en los gastados sillones de piel y las costumbres han cambiado, pero ellos se fueron a la tumba sin ver “profanados” sus salones ni por mujeres, ni por descamisados. Y yo que me alegro. Ahora nos toca a nosotros adaptar las normas. Por ello, me sorprendió ayer tarde, pero me agradó, ver una mujer de rojo sentada en el venerable salón.

domingo, 6 de septiembre de 2015

LA NOVIA DIJO SÍ

Pilar, a la que se le ha caído la primera paleta y luce esa risa incompleta que hace a los niños más feos, más tiernos y por ello, más guapos, viene a nuestra cama muy interesada a preguntar, incluso antes de mirar bajo la almohada, "si la novia había dicho que sí". Su madre y yo nos reímos medio dormidos y nos percatamos de que ven demasiado la tele.

Pero la novia dijo sí, claro, en el altar ante Dios y ante todo los invitados que llenaban la iglesia.

En las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, ...hasta que la muerte nos separe... y todo lo demás... y me sorprendo, como una solterona- ¡qué pareja tan linda!- con los ojos húmedos. Y es que es verdaderamente emocionante, profundo, valiente y sincero, ese Sí sacramental de una boda "por la iglesia".

En este mundo nuestro donde el compromiso, la lealtad, la responsabilidad, el sacrificio... y siga usted diciendo, están tan devaluados, donde todo es de usar y tirar, y las lavadoras y las neveras, que antes duraban una eternidad, ahora están programadas para escasos años, no digamos los móviles y los ordenadores; donde todo se queda obsoleto a velocidad supersónica, emociona, cómo no, este sí de los novios para siempre. Este "para siempre" es una locura, por supuesto que sí, pero el amor o es ilimitado o no es.

Era la boda de Felipe y María. El salmo entre las lecturas fue elegido por el novio: "Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado".
Se presta a una primera sonrisa: Ojú, con la novia resplandeciente a su vera cómo puede decir esto; Pero es tan impactante, que cuando el lector lo va desgranando, uno se da cuenta de que no es una oración pensada para que quede "mona" la boda. Es un salmo para que quede para toda la vida, como báculo que sirva, precisamente, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de nuestra vida.

Es un grito conmovedor, angustioso, que desgarra:

Estoy como agua derramada,
tengo los huesos descoyuntados;
mi corazón, como cera,
se derrite en mis entrañas;
mi garganta está seca como una teja,
la lengua se me pega al paladar;
me aprietas
contra el polvo de la muerte.
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.

lleno de espanto y ternura:

Tú eres quien me sacó del vientre,
me tenías confiado
en los pechos de mi madre;
desde el seno pasé a tus manos,
desde el vientre materno tú eres mi Dios.
No te quedes lejos,

y de gran esperanza:

En tí confiaban nuestros padres;
confiaban, y los ponías a salvo;
a tí gritaban, y quedaban libres;
en tí confiaban, y no los defraudaste.

y Ellos me miran triunfantes,
se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
líbrame a mí de la espada,
y a mí única vida de la garra del mastín;
sálvame de las fauces del león;


Porque el matrimonio, como la vida misma, no es un juego bonito y ñoño, es mucho más hermoso y mucho más tremendo.

lunes, 31 de agosto de 2015

Fin de verano

Después de dos días nublados y grises, que han hundido aún más a todos los que se despedían del veraneo en su triste ánimo; equipajes arrastrados de aquí para allá, coches cargándose con el maletero hasta los topes... después de dos días bochornosos, ha vuelto a salir el sol.

Está la tarde clara y luminosa. El Coto de Doñana se ve, como rara vez, nítido: se distinguen los troncos de los pinos, las ramas de los dos eucaliptos gigantes, el pequeño faro, las dunas blancas pobladas de matojos secos, los fortines de ametralladoras de la Guerra Civil.

Como un reducto prehistórico, Doñana se ha conservado virgen, y los afortunados que miramos desde la orilla de Sanlúcar vemos la misma escena que contemplaron los señores de Medinasidonia, a quien perteneció, donde cazaron ciervos Austrias y Borbones, en medio de grandes fiestas y agasajos que casi arruinan el Señorío; la misma línea de agua y bosque, de arena y cielo de gaviotas y garzas, que vieron los 18 supervivientes de la Nao Victoria tras circundar el mundo; el mismo horizonte perdiéndose en la Punta de Malandar hacía el océano ignoto, que asombró a la joven Reina Isabel la Católica cuando conoció por primera vez el mar desde esta misma orilla.

Un velero, como una pincelada de Sorolla, se mece con las olas, y las motoras perezosas atracadas en Bajo de Guía nos vuelven al siglo XXI, así como la moto de agua que cruza, ruidosa, veloz, salpicando, como un tritón furioso, zigzagueante, surgido de las aguas.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Intensa melancolía

Durante la siesta he soñado con mi abuela. Estaba en la cocina de su casa de Utrera, sentada, de espaldas a mí, en una silla baja. Alargue la mano y la toqué.
Después no sé qué siguió. Creo que estaba en la playa de Sanlúcar, por la tarde, pero lo que percibí de una forma nítida y terrible a la vez, fue la sensación de pérdida irreparable que me invadió. Algo que nunca me sucede despierto, algunas veces, escasas, gracias a Dios, en el sueño.

Es una nostalgia condensada, absoluta, sin la dulzura piadosa que la suele acompañar. Brutal, dolorosa, como si fuese plenamente consciente por un instante de todo lo pasado que jamás volverá. Todo lo que entonces era bello, sencillo, ingenuo, joven y por venir... Ese yo sin hacer todavía…

No sé explicarlo. Es tan intensa esta sensación de la contingencia de las cosas, que tuve que abrir los ojos y mirar el techo, el armario, la silla junto a la pared sobre la que se filtraba la luz de las persianas, para darme un baño de realidad.

Imagino que algo como esta extraña clarividencia sucede a los que han tenido un accidente y dicen que ven pasar toda tu vida por la mente en un instante.

Ese sentimiento de nostalgia en el sueño al que me refiero, es como esas porciones mínimas de materia que tienen una masa infinita y condensan en su interior una capacidad y una fuerza inconmensurable, como una minúscula gota de un ácido muy fuerte, que si cae sobre una plancha gruesa de plomo, la atraviesa como si de cera se tratase.

Es una sensación extraña, no es exactamente dolorosa, ni auténticamente triste, aunque den unas ganas tremendas de llorar. Es Lúcida, de una nitidez cruel, como si de pronto penetráramos en los entresijos del tiempo y nos permitiese ver sin maquillaje ni anestesia, toda la fugacidad de la vida.