FERIA EN SEVILLA
Hoy empieza la feria.
Es una fiesta alegre, luminosa y bella.
Todo se suspende cuando se pisa el albero. La ciudad cambia, nos adentramos en un mundo ficticio, que no falso. Es la ciudad utópica, donde todo es bueno. Es el retorno al paraíso perdido. A veces se va con preocupaciones, que se disuelven cuando uno entra en una caseta y apoyado en la barra se toma una copa de vino. Cuando se ve un grupo de mujeres bailando al son de las guitarras. Volantes, lunares, flores y cante.
Me voy a sentar a la puerta a ver pasar los coches enjaezados, a la calesera, a la inglesa… Suena el cascabeleo argentino. Madroños de colores, mulas, catites, sombreros de ala ancha, de copa, caireles y zahones…
El sol destella sobre el vino de oro y el albero se deshace en partículas mágicas y etéreas… a su través veo los caballistas, la bella amazona, como una diosa efímera. ¿Dónde estoy?
Suena la música de las sevillanas. Una mujer canta. ¿Sueño o velo?
Como se enredan en el botón de la chaqueta los flecos del mantón de una hermosa gitana, no hay prisa en liberarse, la feria te engancha. Ya nos iremos…
Ahora, vamos a pasarlo bien.
Qué envidia, Ignacio.
ResponderEliminarMe planteé seriamente ir este año a la Feria, pero como ya salí en Semana Santa y quizá vuelva a salir el 15 de mayo (San Isidro) lo dejé estar. Creo que me he equivocado.
Bueno, no importa, aprovecha San Isidro. Pero el año que viene te esperamos...no lo dudes.
EliminarLo cuentas muy bien. Visto desde aquí es otro mundo, o yo lo veo así. Una conversación habitual con mi mujer, desde hace años, es que cuando nos jubilemos iremos a la Feria de abril, en Sevilla. Sevilla, tan cerca y tan lejos.
ResponderEliminarUn abrazo
No esperéis a la jubilación. Y sí, es otro mundo, también para el vernáculo. En la Feria se pierden las nociones del espacio y el tiempo.
ResponderEliminarDisfrutareis un montón y te saldrán unas fotos espectaculares...
Un abrazo.