Me subleva la cobardía de los políticos del PP cuando se habla del aborto. Las medias tintas, la tibieza.
O se está en contra o a favor. Que lo digan, pero que no mareen la perdiz.
Se equivocan. Oponiéndose al aborto abiertamente no perderán votos, los ganarán. Es lo que se espera de ellos. No quieren hablar claro porque creen que esa masa informe de tibios, que se imaginan en un hipotético centro, se van asustar y no los van a votar. Si existiere, que lo dudo, son pocos y además de entre ellos, si su ligereza moral les permite aplaudir el “derecho” al aborto (repugna escribirlo) que es el derecho a matar criaturas (seres humanos o no humanos, me la trae al fresco cómo quiera calificárseles) en el seno materno, seguramente la bonanza económica que se avizora, suplirá con creces en importancia esas digresiones éticas futiles.
Mi cabreo llega a su límite cuando, lo he visto por dos veces en los últimos debates, puestos en la tesitura de tener que responder al tema, y no pudiendo evadirse abiertamente, utilizan el estúpido subterfugio de hablar de las menores de 16 años y "el permiso paterno", y se rasgan las vestiduras alegando que eso …¡¡es una barbaridad!! Y salen del paso. ¡Se puede ser más estulto!
Cómo si lo importante estuviera en la formalidad de la autorización. Eso es mirar el dedo que señala la luna. ¡Qué más da que el niño muera con o sin permiso del abuelo materno! ¡Lo importante es la vida, estúpidos!
Con ese argumento las matanzas de judíos por los nazis estarían legitimadas siempre que se hicieren cumpliendo con todos los trámites burocráticos.
¡Vaya tropa!
No se puede decir mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Juan. Es de pena.
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