Esta la tarde ya caída. Una tarde de domingo caluroso de julio.
En la azotea se ha levantado el aire ahora y las nubes, como tizones, flotan. Del del incandescente al cárdeno en unos minutos. Los vencejos revolotean en grupos y giran sobre el sol que se oculta.
Todo es silencio, todo es vida callada, todo es paz contenida, como la burbuja en el instante justo antes de quebrarse.
¡Qué maravilla, Ignacio!
ResponderEliminarLa cúpula ¿es la del Salvador? Recuerdo que estaba cerca de tu casa.
Estos días de julio se ven unas puestas de sol espectaculares, que en invierno no disfrutamos. Esa foto es lo que se ve en frente. La cúpula del Salvador está justo a la derecha. Ya pondré una imagen porque es muy bonita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por la aclaración, Ignacio.
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