Qué bueno es Woody Allen. El otro día pusieron Annie Hall en la Dos. Hacía años que no la veía, no la recordaba bien. Es un WA más joven, año 79, y menos pesimista, más piadoso con el mundo. La melancolía que tiñe la obra tiene un atisbo de esperanza, la del que todavía tiene años de vida por delante, la que ha perdido en su vejez.
Creo que no había leído ¡Gracias Jeeves! Qué grande Wodehouse, cómo nos llenan de alegría sus novelitas, con esa mirada jovial sobre el mundo. El final es una descripción magnifica de una hierofanía, entre Francisco de Asís y Marinetti:
No es fácil hallar palabras en esos supremos momentos, si es que entienden ustedes lo que quiero decir. Y lo que quiero decir es que en un momento así- supremo, como bien se puede asegurar-, todas las nubes se disipan, y el bello sol brilla sobre todas las cosas, y su luz relampaguea en las bruñidas superficies de todos los buenos coches de seis cilindros, y uno se siente...¡Bueno eso quiero decir, maldita sea!
Necesitaba un chute de buen humor.
Gracias, Jeeves.
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