Como un niño ante el escaparate de la pastelería, veo un montón de libros alineados en la estantería del despacho de mi amigo. Como me suenan, me dirijo a ellos flechados, y efectivamente, alli está flamante, la colección de la Isla de Siltolá, con sus bellas ediciones ajedrezadas.
Como al niño al que le dicen entra y atiborrate, me incita a que me lleve todos los que quiera. ¡Umm!. No se por donde empezar. Me gustaría decir: ¡todos! pero mi esmerada educación me lo impide y elijo apresuradamente, como al desgaire: Enrique Baltanás, Suso Ares, Corina Dávalos...
Ya en casa abro el de Pablo Moreno Prieto,http://siltola.blogspot.com.es/2011/04/pablo-moreno-y-juan-pena.html, que yo no conocía y me deslumbra.
15 de enero
El corazón tiene una forma extraña
de nombrar lo perdido. A cualquier hora,
sin saber bien qué aroma o sortilegio
la despierta, te ronda la inquietud
de una imágen antigua y que creías
olvidada. Han vuelto en esta tarde
otras tardes guardadas no sé dónde,
un trajín de peroles al fondo, con su olor
inmemorial a leche hirviendo en la cocina.
"Así huele mi infancia", pienso con inquietud
al comprobar la fecha de este día:
hoy hubiera cumplido abuela Antonia
los cien años.
P. Moreno Prieto.
Muy buen poema, pero se ha dejado los dos mejores: Sergio F. Salvador y Jesús Cotta.
ResponderEliminarSaludos,
Pedro.
¡Deseando estoy! En la próxima iré a por ellos, sin duda. Gracias.
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