Son más de las doce de la noche. No tengo línea fija, ni despertador para el día siguiente, ni me pueden llamar si pasa algo ni puedo yo llamar si me da un parraque de pronto. Basta que esté uno incomunicado para que pase algo y después se cuente -y para colomo es la única vez que el móvil no funcionaba-. Me paso la noche intentando arreglar el telefóno. No hay secador de pelo, se lo han llevado a la playa. Pongo el telefono pegado al ventilador. Sigue sin funcionar. Abro un paquete de arroz e introduzco el aparato y lo pongo junto al ventilador de nuevo.
Trato de dormir. Ojú, otra vez enchfo y nada.
Bajo de la cama y me tropiezo con el arroz que se desperdiga por la habitación de madrugada.
Se me ocurre poner el horno a ver si calentandolo se seca... Me tropiezo con la esquina de un mueble en la oscuridad y me destrozo el dedo "índice" del pie. Ahhh! Introduzco el movil en el horno caliente pero apagado. Regreso a la habitación. Me pincho con el arroz desperdigado.
Saco al movil del horno procurando no quemarme. Tampoco funciona.
Trato de dormir, pero con el temor de no despertarme a la hora. Amanece y el dichoso chisme sigue missing. En fin un horror.
La vida -dijo- Santa Teresa es como una mala noche en una mala posada ¡y sin movil, añado yo!
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